Cuenca a la secretaria de Mazón a las 23:25 del 29O: "Sigo parado en el mismo sitio. Situación controlada"

Los mensajes revelados en sede judicial plasman cómo altos funcionarios coordinaron respuestas y evaluaron daños durante la trágica riada en Valencia, mientras se investigan omisiones clave y discrepancias en la comunicación de víctimas y decisiones tomadas por el gabinete

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A las 23:25 del 29 de octubre, José Manuel Cuenca, entonces jefe de gabinete, transmitió a la secretaria de Mazón que “sigo parado en el mismo sitio. Situación controlada”. Este mensaje, registrado y analizado en sede judicial, buscaba ofrecer un parte de tranquilidad en medio de la riada que acabó con la vida de 230 personas en Valencia. Estos intercambios, incorporados al sumario tras nuevos aportes de la consejera Salomé Pradas, resultaron clave para reconstruir la cronología y las decisiones de los altos cargos autonómicos durante las horas críticas que siguieron a la emergencia, según detalló el medio original.

Según consignó el medio, la jueza del juzgado de Catarroja integró en la causa penal mensajes de WhatsApp entre Cuenca y Pilar Montes, entonces directora general de la Secretaría del gabinete, así como otras comunicaciones consideradas fundamentales. Montes optó por entregar de manera voluntaria la totalidad de los mensajes cruzados con Cuenca la tarde y la noche de la catástrofe, cubriendo desde las 16:09 hasta las 23:34. Todos los registros pasaron por revisión de la Letrada de la Administración de Justicia antes de sumarse formalmente a la investigación.

La reconstrucción del suceso permite seguir los movimientos de Cuenca aquel día; salió de Xàtiva, donde participaba en un acto vinculado a sus funciones partidistas, y quedó inmovilizado en Carlet por la suspensión de trenes y el bloqueo de carreteras, como reportó el medio. A las 20:02, notificó su situación por mensaje y la imposibilidad de avanzar. Este atasco forzado por las inundaciones generó la anulación de actos públicos que formaban parte de la agenda oficial, manteniendo al gabinete en alerta y en comunicación continua.

Durante la noche, las comunicaciones entre Cuenca y Montes giraron en torno a la coordinación de la información a responsables de emergencias, fuerzas policiales y bomberos, y sobre la conveniencia de demorar la notificación oficial de cancelación de eventos hasta contar con más datos al día siguiente. El estado de las carreteras y la gravedad de la situación habían motivado la suspensión de varias actividades.

El sumario judicial recoge también que, aproximadamente a las 17:00, Cuenca informó por WhatsApp al president Carlos Mazón sobre el empeoramiento de la situación en Utiel, mientras que Mazón, por entonces almorzando en el restaurante El Ventorro con la periodista Maribel Vilaplana, instruyó a Cuenca sobre los pasos a seguir. Posteriormente, Cuenca contactó a Emilio Argüeso, exsecretario autonómico de Emergencias, para ponerlo al tanto de los incidentes vividos durante el desplazamiento de regreso, datos que el medio confirmó fueron sumados al expediente judicial como parte de la evaluación de la respuesta institucional frente a la catástrofe.

En su comparecencia ante la jueza, Cuenca alegó no poder presentar los mensajes originales de aquel 29 de octubre porque cambió de teléfono en julio y no poseía copias de seguridad, circunstancia consignada en el expediente, que incluyó soportes impresos y registros alternativos, según publicó el medio.

La consejera Salomé Pradas jugó un papel central al coordinar la gestión de la emergencia. A las 16:28, Pradas informó a Cuenca que se había confirmado la primera víctima mortal en Utiel, dato que no se reflejaba en la declaración inicial de Cuenca. Más tarde, Cuenca comunicó a Pradas una instrucción de Mazón para acudir al centro de emergencias 112 a las 19:00, recibiendo confirmación de Pradas. Entre las conversaciones destacadas figura una petición de Cuenca a Pradas: “Salo. De confinar nada por favor. Calma”, postura con la que se descartaba la emisión de órdenes de confinamiento a la ciudadanía en esos momentos.

A lo largo de ese día, el flujo informativo entre altos cargos del Consell se centró en el seguimiento de los partes meteorológicos y en la actualización permanente de la situación. Pradas remitió a Montes un primer balance técnico a las 10:46, acompañado de la orden de imprimir una copia para Mazón, y distribuyó otros resúmenes a discutir en la reunión del Consell. Los mensajes de voz y escritos entre los funcionarios detallaban el tiempo asignado para preparar los informes y la frecuencia de los reportes hacia el president autonómico.

Las alertas meteorológicas mantenían la roja activada hasta las 18:00 para el litoral y el interior norte de Valencia, con el resto del territorio bajo riesgo naranja o amarillo. Según la recopilación del medio, los partes oficiales emitidos hasta esa hora daban cuenta de daños materiales: numerosos vehículos arrastrados por el agua, viviendas anegadas y muerte de animales de granja, entre ellas cabras halladas muertas en Turís. Los primeros balances no incluían víctimas mortales a nivel oficial.

Las comunicaciones con el 112 aportaron datos sobre la alta demanda: entre las 7:00 del 28 y las 9:30 del 29 de octubre se produjeron 162 llamadas relacionadas con las precipitaciones, lo que llevó a movilizar un helicóptero para asistir al rescate de camiones en Alzira. El servicio de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana quedó cortado entre Alginet y Castelló, y tanto estaciones como vías en Carlet sufrieron importantes inundaciones. En esta localidad, la crecida del agua afectó dos pabellones de una residencia de mayores, situación gestionada con el traslado interno de los residentes, reportó el medio.

A raíz de la catástrofe, las agendas oficiales se redefinieron y la comunicación entre los responsables políticos y operativos se intensificó, alterando las estrategias de actuación administrativa. Los mensajes y documentos entregados al juzgado siguen bajo examen y han derivado en la citación de nuevas comparecencias para esclarecer lo sucedido.

El sumario hace referencia especial a las omisiones del testimonio inicial de Cuenca sobre la primera víctima mortal y la postura expresada en mensajes en los que se desaconsejaba ordenar confinamientos. El proceso judicial sigue centrado en la revisión exhaustiva de chats, documentación y acciones bajo análisis para determinar cómo el gobierno autonómico gestionó la tragedia. La investigación prioriza el seguimiento de la cadena de mando, la reconstrucción de las decisiones adoptadas y el contexto en que altos funcionarios coordinaron su respuesta durante la crisis, como narra el medio de comunicación que reveló estos hechos.