Bolaños admite que los casos de acoso en el PSOE "duelen y repugnan" y asume que las mujeres puedan sentir "decepción"

El intercambio parlamentario evidenció una escalada en la tensión política tras revelaciones sobre conductas inapropiadas, desatando reclamos de mayor transparencia y respuestas firmes ante la preocupación de la ciudadanía por la protección de los derechos femeninos en el ámbito institucional

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Durante una de las réplicas en el Congreso, Félix Bolaños, ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, admitió que las mujeres tienen motivos legítimos para percibir desilusión ante la aparición de casos de acoso en el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Estas palabras surgieron en medio de la sesión de control celebrada este miércoles, según publicó el medio que cubrió los últimos intercambios en la Cámara, y sirvieron para resaltar el impacto negativo que los recientes señalamientos por conductas inapropiadas ejercen sobre la imagen de la formación política.

Bolaños reconoció públicamente que hechos como los denunciados afectan de manera grave la percepción del partido y “avergüenzan” a sus miembros, asegurando que situaciones de “machismo y acoso sexual” provocan dolor y repugnancia. Afirmó, en palabras recogidas por el medio citado, que “las mujeres bien hacen en sentirse decepcionadas” ante este tipo de noticias y destacó la obligación del PSOE de resguardar y ampliar los derechos femeninos en todas las esferas institucionales. A su entender, la frustración colectiva resulta comprensible cuando se conoce la existencia de comportamientos que contradicen esos principios.

La comparecencia del ministro se produjo después de que Ester Muñoz, portavoz del Partido Popular, exigiera responsables y respuestas claras sobre los recientes casos de acoso vinculados al PSOE, haciendo especial referencia al presidente de la Diputación de Lugo y alcalde de Monforte, José Tomé, y al exasesor de Moncloa, Francisco Salazar. Muñoz aportó relatos de trabajadoras de la residencia presidencial, quienes denunciaron solicitudes inapropiadas de prendas, simulaciones de actos sexuales y exhibicionismo por parte de Salazar. La portavoz popular calificó estas prácticas como graves y denunció lo que, desde su perspectiva, constituye un mecanismo sistemático de “encubrimiento” de los socialistas tras la presentación de denuncias.

Según consignó el medio que siguió el debate, Muñoz interrogó a Bolaños sobre cuándo tuvo conocimiento de estos hechos y cómo considera que afectan a la imagen pública tanto del partido de gobierno como del Ejecutivo. Insistió en la existencia de un problema “estructural” de acoso y machismo que, en su opinión, atraviesa no solo al PSOE sino también al ámbito gubernamental. Además, la portavoz evocó antecedentes relacionados con exsecretarios de Organización socialista que, según su versión, estuvieron envueltos en casos de corrupción. Cuestionó abiertamente la capacidad del presidente Pedro Sánchez para elegir a sus colaboradores y sostuvo que su gestión normaliza las cercanías con comportamientos vinculados a “corrupción, prostitución y acoso sexual”.

En su intervención de respuesta, Félix Bolaños reiteró la condena del PSOE a cualquier forma de acoso y denunció la existencia de una frustración comprensible entre las mujeres, matizando que la gestión socialista de los derechos femeninos se distingue de la aplicación puesta en práctica por otras formaciones. Declaró que “las mujeres no esperan nada del PP y Vox”, en alusión a posturas que promoverían recortes propuestos por Vox en materia de igualdad. Negó de manera rotunda que el partido hubiera activado mecanismos de encubrimiento equivalentes a una “policía patriótica” o prestado ayuda a encausados, argumentos que devolvió a los propios populares al recordar episodios pasados donde el Partido Popular figuró según el medio informativo, involucrado en polémicas de destrucción de pruebas y apoyo a personas procesadas.

El medio también registró la referencia del ministro al reciente despido de un dirigente acusado de agresión sexual en Galicia, concretamente el consejero Alfonso Villares, y la reacción que este hecho provocó en el ámbito del Partido Popular. Bolaños trasladó al hemiciclo que ese cese fue recibido con celebraciones por parte de algunos dirigentes, lo que a su juicio reflejaba una contradicción ética y política para la bancada popular.

A lo largo de la jornada, la disputa parlamentaria se intensificó ante la aparición de nuevos testimonios y reclamaciones públicas, acentuando la confrontación por la gestión institucional de casos de acoso sexual. El medio detalló que las portavocías aprovecharon sus turnos para poner en contraste los protocolos internos de cada formación en cuanto a la transparencia, la integridad de los procedimientos y la rapidez en la reacción frente a las denuncias. Bolaños remarcó los esfuerzos realizados desde su departamento así como por el PSOE para consolidar marcos legales y prácticos en defensa de los derechos de la mujer, y diferenciarlos de las prácticas atribuidas a otros partidos.

Por su parte, Muñoz reincidió en su denuncia de falta de transparencia y rigor en la actuación del Ejecutivo ante acusaciones de acoso y reiteró la necesidad de respuestas directas y efectivas para la ciudadanía, con especial énfasis en las demandas de la población femenina preocupada por eventuales situaciones de discriminación o abuso en ambientes de poder. Según lo señalado por el medio informativo, la sesión puso de relieve el efecto que estos episodios generan sobre la confianza pública en las formaciones tradicionales, así como el debate acerca de la solidez de los mecanismos institucionales implementados para investigar y sancionar comportamientos inadecuados.

Además, la cobertura informativa destacó la exigencia por parte de la sociedad y de la afiliación militante de una reacción institucional suficiente para recuperar la confianza perdida ante la proliferación de estos casos. Tanto el reclamo de transparencia como las expectativas por la integridad de los procedimientos internos se sumaron a la presión sobre los partidos para demostrar rigurosidad y fidelidad a sus compromisos políticos en materia de igualdad.

La discusión parlamentaria abordó no solo los hechos concretos y las denuncias recientes, sino también la calidad de la respuesta institucional y partidaria a la problemática del acoso y el machismo. El episodio contribuyó a visibilizar la demanda sostenida por parte de sectores ciudadanos para que se adopten políticas claras que garanticen la protección de los derechos fundamentales y la credibilidad del sistema político. La sesión así reflejó la creciente presión social y mediática para que tanto el PSOE como el conjunto de partidos políticos aumenten la efectividad, agilidad y transparencia al abordar denuncias por conductas inapropiadas en sus propias filas.