AVT aboga por aplicar la Ley o reformarla, si es necesario, "sin excusas", frente al enaltecimiento del terrorimo

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La presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Maite Araluce, ha abogado por "aplicar la Ley o reformarla, si fuera necesario, frente al enaltecimiento" del terrorismo, "sin excusas ni tibieza", algo que, a su juicio, "solo es cuestión de voluntad política".

Además, ha defendido que la reinserción de los presos de ETA "no puede significar olvido, ni puede construirse sobre el silencio de las víctimas", sino que es "reconocimiento real del daño causado y reparación" y "todo lo demás es un atajo peligroso, un paso hacia el olvido".

Araluce se ha referido en estos términos durante la inauguración de las XI Jornadas de Terrorismo en el País Vasco 'El dolor no prescribe: víctimas, memoria y política penitenciaria', organizadas por la AVT y la Plataforma de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo (APAVT), que ha comenzado con un minuto de silencio en memoria de las víctimas del terrorismo y en la que también ha intervenido la consejera de Justicia y Derechos Humanos del Gobierno Vasco, María Jesús San José, y la presidenta de APAVT, Mónica Muñoz.

En las jornadas han tomado parte, entre otros, la directora general de apoyo a víctimas del terrorismo del Ministerio del Interior, Montserrat Torija, el exfiscal de la Audiencia Nacional Ignacio Gordillo y víctimas del terrorismo como Aurora Intxausti, José de Jesús o Lucía Ruiz.

La presidenta de la AVT ha subrayado que "la justicia, cuando se cumple y se aplica con rigor, es una forma de reparación", pero "cuando se utilizan todos los atajos posibles para reducir las condenas y los beneficios penitenciarios se conceden sin tener en cuenta la ética ni la moralidad" las víctimas del terrorismo "volvemos a sufrir, a sentirnos solas, olvidadas y engañadas".

Por ello, ha aseverado que "mientras existan atentados sin esclarecer, cada vez más asesinos en la calle sin haber cumplido íntegramente sus condenas, homenajes a terroristas y discursos que blanquean", seguirán "exigiendo y contando la verdad de lo que pasó". "Las víctimas no pedimos privilegios, pedimos verdad, memoria, dignidad y justicia" y también "que no se confunda el perdón personal, que es libre y pertenece a cada una de las víctimas, con la obligación del cumplimiento de la Ley", ha señalado.

Además, ha sostenido que "la justicia no es venganza, nunca la ha sido, pero tampoco puede ser complacencia, indiferencia, ni intercambio político".

"MONEDA DE CAMBIO"

En este sentido, ha opinado que la política penitenciaria "debe de ser un reflejo de esa justicia" y que no aceptarán que se utilice a los presos de ETA "como moneda de cambio política, ni que se convierta su situación en una herramienta de negociación".

Así, ha criticado que se esté buscando "siempre cómo mejorar" la condición de los presos de ETA en prisión, "cumpliendo condena en sus lugares de origen y buscando todos los atajos posibles para reducir sus condenas". Tras reconocer que "el Estado de derecho debe ofrecer salidas a la reinserción", ha advertido de que ésta "no es igual a impunidad, no puede significar olvido, ni puede construirse sobre el silencio de las víctimas".

A ello ha añadido que sólo existirá reinserción si hay "reconocimiento real del daño causado y reparación", porque "todo lo demás es un atajo peligroso, un paso hacia el olvido".

"BATALLA DEL RELATO"

También se ha referido a "otra batalla abierta", junto a la política penitenciaria, "la del relato, la de la memoria", porque "hay quien pretende reescribir la historia, presentar el terrorismo como un conflicto político, dar la vuelta a los hechos, repartir culpas o responsabilidades". "No podemos permitirlo", ha subrayado.

Así, ha señalado que "defender la memoria de las víctimas no es mirar atrás, es mirar de frente" y "explicar a las nuevas generaciones quiénes fueron las víctimas y quiénes los verdugos". "Es enseñar que no hay causas que justifiquen el asesinato, que la violencia nunca estuvo legitimada y que el futuro no se construye olvidando y blanqueando el pasado, sino asumiéndolo con verdad y con justicia", ha incidido.

Finalmente, ha pedido a las instituciones que "acompañen siempre" a las víctimas del terrorismo, "no sólo cuando hay fotos o votos" y que sean conscientes de sus "responsabilidades", porque ésta no es "una cuestión ni de ideología, ni de siglas, sino de principios y de respeto a los valores democráticos".

Por su parte, Muñoz ha incidido en la "deuda moral" que la sociedad tiene, a su juicio, con las víctimas del terrorismo, que no son "un capítulo cerrado de nuestra historia, ni un tema del que solo se hablen aniversarios", sino "una parte viva de nuestra democracia y un referente ético". "Defender a las víctimas es defender la democracia, la libertad y el Estado de Derecho", ha sostenido.

Además, ha señalado que "un país que olvida a sus víctimas no puede mirar al futuro con esperanza". "Un país que permite que el relato de los verdugos se imponga sobre el de las víctimas está traicionando sus propios valores", ha incidido, para añadir que "un país que no exige a los terroristas colaboración con la justicia y un reconocimiento real del daño causado está renunciando a la verdad". Finalmente, ha opinado que "la sociedad tiene derecho a saber, a recordar y a entender" y ha añadido que "el dolor no prescribe, la dignidad no se negocia y la justicia no se debate".

"RIGOR, EMPATÍA Y HUMANIDAD"

Por su parte, San José ha apostado por unas políticas penitenciarias que "tomen en cuenta de forma transparente el impacto de la violencia y el dolor vivido por las víctimas, ayudando a que, en la medida de lo posible, no se sientan postergadas, ni excluidas de los procesos". "La escucha activa y la transparencia son fundamentales para fortalecer la confianza social y las instituciones", ha defendido.

Asimismo, ha abogado por "promover una cultura de memoria democrática y convivencia en la que el terror no tenga cabida y en la que el terrorismo, así como todo el daño que ha causando a cada víctima y a la sociedad sea reconocido, recordado y validado como parte de nuestra historia colectiva, para que no se repita".

San José ha opinado que para que la convivencia "sea auténtica", las víctimas del terrorismo deben "estar en el centro, no como un mero símbolo, sino como parte activa de la reconstrucción social". A continuación, ha enumerado "tres líneas de trabajo que serán fundamentales" en su Departamento, la primera, "la transparencia en las decisiones penitenciarias que afectan a quienes cometieron delitos de terrorismo" con el impulso a "mecanismos que permitan a las víctimas acceder a la información relevante y oportuna" y la articulación de "canales de participación y de escucha".

También ha apuntado a la necesidad de "explicar, enseñar y dialogar" sobre terrorismo con las nuevas generaciones, fomentando que "las escuelas, las universidades, las instituciones culturales y los medios de comunicación incluyan este legado con rigor, empatía y humanidad", porque lo que pasó es también prevenir lo que pueda pasar; y, en tercer lugar, "la reparación y el acompañamiento sostenido".

La consejera ha indicado que la reparación "debe reflejarse en políticas concretas, apoyo psicológico prolongado, reconocimiento institucional, programas de reinserción que conlleven la responsabilización del daño por el hecho cometido, con una mirada reparadora y atención personalizada", porque la justicia "no solo requiere que pueda juzgarse al agresor, sino también el reconocimiento, el recuerdo y la validación de la víctima".

Para concluir, ha señalado que la historia del terrorismo en el País Vasco no es un "capítulo cerrado", sino que "puede ser analizada, explicada y comprendida, pero también superada colectivamente" y esa superación "no pasa por el borrón y cuenta nueva, sino por la reconexión social, por la participación ciudadana, por una justicia que atiende a todas las personas".