
Las 21 personas juzgadas por realizar concentraciones antiabortistas frente a la clínica Askabide de Vitoria-Gasteiz --que, entre otros servicios, realiza interrupciones voluntarias de embarazos-- han negado haber "coaccionado, interactuado e intimidado" a las pacientes del centro médico y a sus trabajadores durante las movilizaciones que llevaron a cabo a lo largo de 40 días entre los meses de septiembre y noviembre del pasado 2022.
El juzgado de lo penal número 1 de la capital alavesa ha acogido la segunda sesión del juicio contra 21 personas, doce mujeres y nueve hombres, acusadas de "coacciones" ante una clínica que practica interrupciones voluntarias de embarazo, con los interrogatorios a los procesados, quienes en su mayoría (19 de 21), han respondido únicamente a las preguntas de sus abogados.
Todos ellos han rechazado haber coaccionado, interactuado o intimidado a las pacientes y sanitarios del centro médico y han defendido que "solo se reunían para rezar por la vida" en concentraciones "pacíficas y tranquilas", portando carteles "afables, de ayuda y sensibles", con el objetivo de "ayudar a muchas mujeres que se ven forzadas a abortar" y a las que "se les tiene que dar otra oportunidad".
Así, uno a uno han insistido en el carácter pacífico de sus concentraciones, en que no interactuaban con nadie al margen de su grupo, en que "no increparon, insultaron, siguieron con la mirada o hicieron gestos a las mujeres que pasaban por delante", y han secundado que era imposible saber si estas se dirigían a la clínica o eran simples peatones.
Los procesados han admitido que se organizaban por "turnos" y en grupos pequeños para secundar las concentraciones organizadas por la asociación '40 días por la vida', aunque han negado formar parte de este colectivo.
Según han comentado, las movilizaciones eran "pacíficas" para "rezar el rosario en silencio o en voz baja", con carteles con el lema "No estas sola. Estamos aquí para ayudarte". Los rezos se realizaban en "voz baja" y "pegados a la pared, mirando al suelo" para oírse los unos con los otros, sin utilizar altavoces ni megáfonos. De entre ellos, varios se desplazaron desde Pamplona para secundar las concentraciones.
"REZAR NO ES DELITO"
Los acusados han defendido que "solamente se dedicaban a rezar", ya que "el rezo actúa como una lámpara en la oscuridad de las tinieblas" y han señalado que "rezar en un lugar público no es delito", sino "legítimo, lícito y para bien"; unas plegarias que, han insistido, se realizaban en voz baja o en silencio", por lo que eran "inaudibles" e "imposibles de escuchar desde la clínica".
Asimismo, han sostenido que los lemas de sus pancartas son "afables, de ayuda y sensibles", con el propósito de "ayudar a muchas mujeres que van forzadas a abortar". "Se les tiene que dar otra oportunidad y que, sin coacción, vengan con nosotros, y con nuestra ayuda puedan sacar adelante a su hijo", ha indicado uno de ellos.
Una de las procesadas ha señalado que "no estaba en las concentraciones para que ninguna persona interrumpiera su embarazo ni para causar daño a la clínica, solamente para rezar". Otra mujer ha rechazado que acusaran o culparan a alguien al grito de "asesina", puesto que su "manera de actuar no es proferir gritos, sino rezar, ya que la oración puede todo, y es lo más efectivo". "Creo en el poder de Dios", ha apostillado.
UBICACIÓN DE LAS CONCENTRACIONES
Los acusados han admitido que se situaban cerca de la clínica Askabide, enfrente, pero "en diagonal y pegados a la pared", en un calle con doble aparcamiento a cada lado y "ruidosa", por la que transitan numerosas personas y tráfico rodado.
Dos de ellos han reconocido que el lugar escogido no era casual. Una mujer ha explicado que son "pro-vida y allí (en la clínica) se realizan unos hechos contra la vida", mientras que otro hombre, que ha respondido a las preguntas del Ministerio Fiscal, ha señalado que "orar por la vida y hacerlo en un lugar próximo donde se manifiesta la atrocidad del aborto", le "da mayor espiritualidad, más intensidad y más fervor".
Además, han explicado que, cuando la Policía acudía a identificarles a petición de la clínica, los agentes nunca les pidieron que se marcharan o que estuvieran cometiendo una ilegalidad, ya que todas las concentraciones tenían su permiso y estaban comunicadas previamente.
Todos han negado haber interactuado o haberse dirigido a las mujeres que pasaban por delante, ya que su intención "no es molestar a nadie, simplemente rezar por la vida". "No hacíamos nada malo ni tenemos nada que ocultar", han defendido.
PETICIONES
El fiscal ha elevado a definitiva su petición de cinco meses de cárcel para cada uno de ellos por un delito de coacciones que podrían sustituirse por 100 días de trabajos para la comunidad por obstaculizar el ejercicio del derecho a la interrupción voluntaria del embarazo y la actividad de los trabajadores de la clínica.
La clínica Askabide, personada como acusación particular, se ha sumado a la petición del fiscal de cinco meses de prisión con su posible sustitución por 75 días de trabajos para la comunidad. Solicita además 20.000 euros de indemnización; 10.000 para el centro médico y otros 10.000 euros para su administrador único.
Por su parte, la defensa solicita la libre absolución, por entender que las concentraciones no afectaron a las usuarias y trabajadores de la clínica, sino que se limitaron a rezar y exhibir pancartas, en uso de su "libertad de expresión". El juicio continuará este próximo jueves con la presentación de los informes finales de las partes y el derecho a la última palabra de los acusados antes de quedar visto para sentencia.
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