
T.G.S., el acusado de saltarse una orden de alejamiento y matar de una puñalada a la hostelera Mari Ángeles R.G. en julio de 2023 en plena calle de Dalías (Almería), ha insistido este jueves en que "no tenía ninguna intención" de matarla. Un jurado popular delibera sobre los hechos para determinar si el crimen se cometió de forma accidental, si la víctima tuvo capacidad de defensa o si todo ocurrió bajo un plan preconcebido.
La Fiscalía ha mantenido a lo largo del juicio oral su petición de 15 años de prisión por un delito de homicidio agravado al entender que el acusado actuó con intención de matar a la víctima después de enfrentarse a ella en la Plaza del Olmo, donde la habría insultado cuando pasaba con su vehículo por la zona un día después de que un juez lo hubiera condenado por quebrantar el alejamiento hacia ella.
El fiscal ha recalcado la versión dada por los testigos que los vieron discutir "de frente" entre sí y cómo uno de ellos relató como el acusado le dio a la víctima una puñalada en el pecho mientras gritaba "te mato, te mato" con un cuchillo que llevaba oculto en la parte trasera del pantalón y que, apenas una hora antes, había llevado a un taller para que lo afilaran y arreglaran la punta.
Así, ha incidido en que la puñalada se dirigió a una zona de "riesgo vital", de tal forma que la mujer falleció en apenas unos minutos puesto que la hoja de 18 centímetros del arma homicida le atravesó el pulmón y el corazón, toda vez que la fuerza del impacto le rompió dos costillas, conforme indicaron los forenses. "No fue algo accidental", ha recalcado el fiscal Luis Arán ante el tribunal.
De igual modo, ha rechazado que el acusado tuviera afectada su visión porque la víctima usara contra él un espray de defensa de color rojo, puesto que en ese momento llevaba puestas unas gafas de sol. "No le cayó en los ojos, veía perfectamente", ha valorado al respecto.
No obstante, para el fiscal la víctima tuvo "un poco de tiempo para reaccionar" ante la única puñalada que recibió por parte del acusado y, por tanto, no hubo "sorpresa" en el ataque. Este extremo, junto con que no intentara "asegurar" la muerte con nuevas cuchilladas, le lleva a considerar la ausencia de alevosía para estimar que se produjera un asesinato.
"SE LO CLAVÓ AUTOMÁTICAMENTE"
Frente a la interpretación del fiscal, las acusaciones particulares ejercidas por los letrados Francisco López Gutiérrez y David Bonilla han señalado a tenor de las pruebas y declaraciones que el crimen se corresponden con una plan trazado por T.G.S. desde el mismo momento que acudió, por primera y única vez, a que le afilaran el cuchillo que, más tarde, le "clavó automáticamente" sin que ella lo viera venir.
La acusación particular sostiene que, según explicaron los testigos, fue el acusado quién llamó la atención mediante insultos y voces de la víctima cuando la vio pasar por la Plaza del Olmo, en la que él mismo se había situado después de llevar el cuchillo a afilar.
"Ella se enfrentó a él porque ya estaba cansada", han apuntado las acusaciones particulares ante el hecho de que la mujer se bajara del coche y se encarara al acusado, quien en un acto "rapidísimo" y "sorpresivo" sacó el cuchillo que llevaba en la parte trasera del pantalón y se lo clavó.
Las acusaciones inciden en que para clavarle el arma a la altura de corazón "tuvo que ejercer más fuerza de lo normal", toda vez que una vez que lo introdujo "lo giró y tiró de él hacia abajo" para "seguir con el sufrimiento" y "asegurarse el resultado".
"Hay alevosía y sorpresa", ha insistido López Gutiérrez más allá de que la mujer presentara una herida defensiva en el dedo de una mano que ha achacado a un intento instintivo de quitarse el cuchillo antes de perecer.
Del mismo modo, han rechazado que el acusado no viera lo que hacía después de que pudiera ser rociado con un espray defensivo ya que, en el momento de su detención, pudo narrar a la Guardia Civil cómo había agarrado el arma por el mango cubierto con una bolsa de plástico que dejaba al aire la hoja recién afilada. "Vio el cuchillo y vio cómo cometía el ataque".
Las acusaciones han puntualizado además que el hecho de que la mujer pudiera emplear un espray defensivo contra el acusado no constituyó "una lucha entre iguales", máxime cuando el hombre iba armado y, tras los hechos, se marchó del lugar "sin pedir ayuda" y "con calma" mientras que la víctima quedaba desplomada en una zona próxima a unos contenedores.
Por su parte, el abogado defensor Antonio García Rubio ha mantenido la accidentalidad con la que se pudo producir el crimen. "Una concatenación de circunstancias o hechos pueden desatar la fatalidad", ha manifestado a la hora de argumentar que su cliente "no tuvo intención de acabar con la vida" de la mujer sino que su acción se debió a una "reacción impulsiva y no planificada".
Últimas Noticias
Junts asegura que la ruptura con el PSOE es "irreversible" y avisa: "No hacemos nada de farol"

Acusado de agredir sexualmente a su hija con discapacidad en Santa Ponça (Mallorca) evita cárcel al llegar a un acuerdo

Lara Hernández (Sumar) descarta que se esté ante el final de la Legislatura por el "no" de Junts: aquí está todo abierto

ERC, Bildu y BNG piden a Albares hablar al Congreso del futuro del Sáhara y de las "cárceles" de migrantes en Mauritania

El Gobierno inicia la declaración de lugar de Memoria Democrática a la ciudad de Ferrol con 22 lugares identificados



