Pamplona, 31 oct (EFE).- Osasuna encara los tres últimos entrenamientos antes de poner rumbo a Oviedo, una ciudad de la que no guarda un buen recuerdo de su última visita, con derrota por 2-1 en el año 2018 todavía en Segunda División.
Con las lesiones azotando a su plantilla, Alessio Lisci busca la primera victoria del curso a domicilio. Con la duda de Aimar Oroz, quien el jueves entrenó con sus compañeros tras mes y medio lesionado, el equipo regresa a un escenario mítico como el Carlos Tartiere.
El 20 de octubre de 2018, los navarros visitaron por última vez a los asturianos. Unai García anotó el 0-1 antes de introducir el balón en su propia portería en el minuto 62. Ya en el 90, Saúl Berjón dio los tres puntos a los de Anquela, en la primera temporada de Jagoba Arrasate al frente del equipo.
En la 2017/18, el Oviedo venció por 1-0 a Osasuna. Gol de Diego Johannesson que tumbo a un equipo que por aquel entonces lo conformaban futbolistas como Quique González, David Rodríguez, Lillo o míticos como Fran Mérida, Roberto Torres o Lucas Torró, en su primer año en Pamplona.
En la memoria de todos los rojillos, ahí queda el 0-5 de junio de 2016 que valió el pase a los playoff y hacer valer así las más de treinta jornadas llevaba en puestos de promoción.
Kodro, doblete de Roberto Torres, Oier y Urko Vera fueron los protagonistas que pusieron a Osasuna rumbo a Primera División, en una tarde memorable con Enrique Martín Monreal en el banquillo del Tartiere.
El más de medio millar de aficionados rojillos desplazados a Oviedo rompieron en una explosión de júbilo tras saber los resultados de los rivales y celebraron con sus jugadores, a pie de campo, la clasificación.
La siguiente vez que se vieron las caras en territorio oviedista en Segunda hay que trasladarse hasta la temporada 79/80, con un 2-1 para los locales.
Las sensaciones cambian si se mira a la última vez que ambos equipos se vieron las caras en Primera División. Año 2001. Con Lotina como entrenador, los de Tajonar se llevaron los tres puntos.
El Oviedo puso contras las cuerdas a Osasuna en la primera mitad, con un 2-0 que complicaba y muchos las cosas. Anotaron Oli y Tomic, pero el catalán Álex Fernández igualó la contienda en el 53 y el 69. Una leyenda como Iván Rosado puso el definitivo 2-3 en 20 minutos de locura que cayeron del lado visitante.
Con esta fructífera última experiencia, Osasuna encara con sed de victoria la 11ª jornada de Liga para estrenar su casillero a domicilio, habiendo marcado tan solo dos goles en 450 minutos. EFE
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