Un vocal de Belate dice que había una "guerra" entre presidente y secretario de la mesa y eso la "bloqueó"

Tensiones personales y falta de acuerdo entre los principales miembros de la mesa de contratación habrían impedido el avance del proceso para adjudicar las obras en Belate, según declaraciones durante una comparecencia en el Parlamento de Navarra

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Durante las sesiones de la comisión de investigación en el Parlamento de Navarra acerca del proceso para adjudicar las obras de duplicación del túnel de Belate, el vocal de la mesa de contratación, Pablo González, describió ante los parlamentarios la existencia de un conflicto abierto entre Jesús Polo, presidente de la mesa, y Lorenzo Serena, secretario. Esta rivalidad “bloqueó” el funcionamiento ordinario del órgano, según extractos de la comparecencia recogidos por el medio que cubría el evento.

De acuerdo con la cobertura de los hechos realizada por el medio informativo, González explicó que la tensión personal entre Polo y Serena impedía alcanzar consensos y afectaba la dinámica de trabajo durante las reuniones. Relató que ambos representantes “no acercaban posturas”, mientras el resto de los miembros del grupo trataban, con mayor o menor implicación, de facilitar el diálogo. Según detalló González ante las preguntas de la comisión, la situación derivó en una especie de “guerra” exclusiva entre esos dos cargos, lo que derivó en la parálisis de la mesa de contratación. Sus declaraciones se suman a la controversia por los retrasos en la adjudicación de los trabajos en el túnel de Belate, pieza clave de las infraestructuras navarras.

González, miembro con voz y voto en la evaluación de las candidaturas, explicó que sus propias valoraciones ubicaron en primer lugar a la Unión Temporal de Empresas (UTE) formada por Acciona y Servinabar; en segundo lugar puntuó a Obenasa, y en tercero a Mariezcurrena. Esta información fue expuesta ante las preguntas de un diputado de UPN, tal como señaló el medio. El vocal transmitió que, si bien las reuniones de una mesa de contratación tienen gran relevancia, la falta de entendimiento entre los principales responsables desvirtuaba su efectividad, ya que en su opinión era visible la negativa mutua de Polo y Serena para acercar posturas o solucionar sus diferencias.

Respecto a su independencia y métodos de trabajo, González fue explícito en negar cualquier influencia externa a su labor. Aseguró no haber experimentado presiones ni sugerencias del presidente de la mesa en el proceso de valoración, descartando así injerencias internas o políticas. “Con mi trabajo, desde luego no ha habido injerencia política”, declaró, según publicó el medio. Al abordar los rumores sobre una posible adjudicación a favor de Acciona-Servinabar, respondió: “yo no me dedico a eso, yo me dedico a trabajar”. Explicó que considera los comentarios sin fundamento como “ruido de fondo” y opta por no darles importancia, ya que en su opinión “siempre hay rumores y lo mejor es no prestar atención”. Comentó además que la primera vez que escuchó hablar acerca de esos rumores provino del propio secretario de la mesa, aclarando que hasta entonces desconocía tales afirmaciones.

El procedimiento mediante el cual los técnicos entregaban sus puntuaciones fue otro aspecto abordado durante su comparecencia. González aclaró que estas dinámicas no obedecen a un protocolo fijo previo al inicio de cada proceso y varían según las circunstancias de cada mesa de contratación. Relató que, tras diversas reuniones, el presidente Jesús Polo solicitó a los técnicos que transmitieran su valoración, acción que consideró “no tan inusual”. No pudo precisar la fecha en la que remitió su puntuación, aunque estimó que la envió a Polo por correo electrónico. Reconoció la posibilidad de que el presidente hubiera votado después de analizar las valoraciones del resto de técnicos, pero afirmó desconocer el orden en que se realizaron las votaciones porque, según expuso, “nadie controla si eres el primero, el último o el segundo en votar. No tiene ningún valor”, manifestó. Reiteró su confianza en la profesionalidad de sus compañeros, expresando que no alberga sospecha alguna sobre las acciones de los demás miembros y defendiendo el propio rigor con el que, aseguró, desempeña su labor.

Al referirse a las advertencias del secretario sobre la posibilidad de que el presidente hubiera conocido la puntuación emitida por el resto de componentes antes de votar, González afirmó: “esa posibilidad siempre puede existir pero se supone que todo el mundo hace su trabajo bien”. Descartó que tuvieran algún indicio sobre la existencia de votaciones posteriores por parte de Polo para modificar el resultado. “No nos dijo -Jesús Polo- que hubiera puntuado al final mirando las notas de los demás. No tuvimos esa sospecha”, enfatizó en la comisión, según consignó el medio que informaba sobre la comparecencia.

Otro aspecto abordado durante la intervención de González fue la existencia de tres votos particulares presentados durante esta mesa de contratación, un escenario que, aseguró, “no había ocurrido nunca” en su experiencia previa. No obstante, y pese a las singularidades del proceso, remarcó la profesionalidad de los integrantes y defendió la regularidad de los procedimientos seguidos, insistiendo en distintos momentos en que se esfuerza cotidianamente por cumplir con su labor y considera que sus colegas actúan de igual modo.

El contexto descrito por Pablo González durante esta comparecencia ofrece un retrato de la compleja situación vivida en la adjudicación de las obras del túnel de Belate, marcada por desacuerdos personales entre cargos clave y una atmósfera enrarecida por rumores y desconfianza. A través de la reconstrucción de los detalles presentada en la comisión y recogida por el medio citado, se esbozan las razones que habrían impedido el avance normal del proceso y los mecanismos internos que, según el vocal, terminaron bloqueando la decisión final de la mesa encargada.