La administración estadounidense ha introducido cambios fiscales que han impactado tanto a la sanidad como a los programas de incentivos energéticos, al tiempo que ha fortalecido la vigilancia fronteriza y promovido políticas migratorias más restrictivas. Según informó EFECOM, este conjunto de medidas se ha acompañado de una modificación sustancial en la política de apoyo a las energías renovables, situando en una situación compleja a empresas extranjeras, incluidas algunas españolas, que operan o planeaban desarrollar proyectos de energías limpias en Estados Unidos.
De acuerdo con el análisis publicado por EFECOM, la tendencia comenzó tras la llegada al poder del presidente Donald Trump, cuyo gobierno priorizó el impulso de los combustibles fósiles frente al sector renovable. Anteriormente, la administración de Joe Biden había impulsado la llamada "Inflation Reduction Act (IRA)", una legislación diseñada para promover las energías limpias mediante la movilización de alrededor de 430.000 millones de dólares, de los cuales se contemplaban aproximadamente 370.000 millones en incentivos fiscales dirigidos al sector durante la siguiente década. La entrada en vigor de nuevas políticas supuso recortes y suspensiones de proyectos, lo que incrementó la incertidumbre para las empresas inversoras.
Según el profesor Ricardo Zion, de EAE Business School, en declaraciones recogidas por EFECOM, el país ha comenzado a reducir las subvenciones y los incentivos fiscales clave para el desarrollo de energías renovables. Desde su perspectiva, esta decisión actúa como un obstáculo relevante en el avance de la transición energética a nivel global, además de enviar un mensaje contradictorio a otras naciones. EFECOM también citó un análisis elaborado por Rhodium Group y publicado en el diario Financial Times, que estima que las medidas de la administración Trump podrían reducir en más de la mitad, durante los próximos quince años, el ritmo de descarbonización estadounidense.
En julio, el presidente estadounidense emitió una orden ejecutiva cuya finalidad era eliminar lo que describió como la "distorsión" generada en el mercado por los subsidios a fuentes calificadas como "no confiables", en alusión a tecnologías eólica y solar. Según EFECOM, el documento advertía que la proliferación de este tipo de proyectos desplaza las fuentes "domésticas" y "asequibles", además de poner en cuestión la seguridad de la red eléctrica y afectar el entorno natural.
En contexto, el medio indicó que la orden ejecutiva se enmarca dentro de un amplio paquete fiscal presentado como “la gran hermosa ley”, orientada hacia reformas presupuestarias en sanidad, recortes, y un incremento de fondos para el control de las fronteras y políticas migratorias. Además, un informe liderado por la Universidad de Princeton y publicado por The Wall Street Journal, citado por EFECOM, cuantificó el impacto de los cambios regulatorios en el sector energético al calcular en unos 500.000 millones de dólares la reducción de inversión en generación de electricidad y combustibles limpios entre 2025 y 2035.
El medio recogió también la opinión de Víctor Ruiz, profesor de OBS Business School, quien aseguró que las decisiones adoptadas en relación con los incentivos renovables repercuten en el entorno internacional, dado que numerosas empresas europeas y españolas tienen proyectos en tramitación o en fases iniciales de desarrollo en territorio estadounidense.
Uno de los ejemplos recientes señalados por EFECOM es el caso de la compañía danesa Orsted, que en septiembre presentó una demanda contra el gobierno estadounidense con la finalidad de revertir la orden de paralización del parque eólico marino Revolution Wind, localizado frente a las costas de Estados Unidos. Este proyecto se enmarca en una alianza liderada por Skyborn Renewables, con participación de Orsted.
En el caso español, EFECOM reportó que la filial estadounidense de Iberdrola, Avangrid, afronta la posible cancelación de dos parques eólicos marinos —New England Wind 1 y 2— destinados a instalarse frente a las costas de Massachusetts, lo que aumentó las dudas entre los inversores y ha motivado la suspensión temporal de algunos proyectos por parte de las empresas.
Acciona Energía, según recogió EFECOM en su informe trimestral de tendencias de negocio en 2025, paralizó temporalmente dos proyectos de baterías en Texas a causa de la “incertidumbre” y “volatilidad” derivadas de las políticas arancelarias implementadas en Estados Unidos. Por su parte, el informe anual de Naturgy en 2024, citado por el mismo medio, indica que la exposición de la empresa en el país se centra en proyectos fotovoltaicos, una tecnología que ha recibido un trato algo más favorable por parte de la administración actual con respecto a la eólica, tanto marina como terrestre.
Entre los lemas empleados en la política energética estadounidense se ha destacado el “drill, baby, drill” (“perforar, cariño, perforar”), utilizado como expresión del respaldo explícito del presidente Trump hacia la expansión del petróleo y el gas. EFECOM detalló que entre las decisiones adoptadas se incluyó la reautorización para perforar en áreas del Atlántico y del Pacífico anteriormente restringidas por la presidencia de Biden.
El gas estadounidense, obtenido principalmente mediante fracturación hidráulica, ha ganado relevancia en el mercado internacional a partir del conflicto en Ucrania, ya que los países miembros de la Unión Europea han reducido su dependencia del suministro ruso del 45% al 19% de las importaciones totales al cierre de 2024, lo cual ha sido posible en parte gracias al incremento en la compra de gas estadounidense. Además, EFECOM reportó que la Unión Europea acordó elevar la adquisición de energía procedente de Estados Unidos hasta los 750.000 millones de dólares en los próximos tres años, como quedó estipulado en el pacto comercial alcanzado en julio con la administración Trump.
Durante un foro celebrado recientemente en Madrid, el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, señalaba que la política energética europea renuncia a la producción de gas bajo argumentos de sostenibilidad pero acaba importando este recurso de Estados Unidos. Según EFECOM, Repsol mantiene inversiones en energías renovables en el país norteamericano, como el proyecto Frye en Texas, con casi un millón de paneles solares y una capacidad total instalada de 632 MW, junto a la planta fotovoltaica Jicarilla en Nuevo México.
La combinación de estas iniciativas políticas y comerciales marca un entorno de incertidumbre relevante para las compañías del sector energético, tal como reiteró EFECOM a partir de diversas fuentes empresariales y académicas. El futuro de la descarbonización en Estados Unidos y su influencia sobre la estrategia global para combatir el cambio climático seguirán siendo objeto de escrutinio, dado el peso que representa la economía estadounidense en el mercado mundial de la energía.