El Gobierno precisa que el escollo en el embargo a Israel está en la relación comercial con los territorios ocupados

La aprobación del decreto que limita la compraventa de armas depende de cómo se gestionará la identificación de bienes procedentes de Cisjordania, mientras aumenta la tensión política por la demora y se estudian retos legales y administrativos

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Dificultades para implantar controles que eviten la entrada en España de productos originados en asentamientos ilegales de Cisjordania han sido identificadas como el aspecto más problemático en la elaboración del decreto destinado a limitar la compraventa de armas con Israel. Según publicó el medio, el Ejecutivo todavía no ha aprobado la norma a causa de cuestiones relacionadas con la identificación y clasificación específica de bienes procedentes de los territorios ocupados, situación que coincide con un contexto de crecientes tensiones políticas y cuestionamientos internos por la demora.

Tal como detalló la fuente, la principal traba surge de la necesidad de establecer un sistema de códigos que permita distinguir de forma inequívoca los productos provenientes de los asentamientos ilegales de Cisjordania. Este mecanismo debe garantizar que, una vez vigente la norma, se impida su entrada a España, cumpliendo así con una de las nueve disposiciones anunciadas por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que abordan el embargo de armas y restricciones adicionales en respuesta a la situación entre Israel y Palestina.

El medio informó que la aprobación del decreto fue aplazada por el Consejo de Ministros, alimentando el malestar dentro de la coalición gubernamental, especialmente por parte de Sumar, formación que ha señalado reticencias en el seno del ala socialista. Estos cuestionamientos han sido negados por el sector socialista, que atribuye la demora únicamente a complejidades técnicas. Portavoces oficiales sostienen que la voluntad política es unánime y que la totalidad del Gobierno comparte la decisión de frenar los intercambios armamentísticos con Israel, esperando dar luz verde a la medida en los próximos días.

Entre las nuevas disposiciones, el aspecto más destacado es el embargo legal de armas, medida que, explicó el presidente Sánchez en su intervención sorpresa el pasado 8 de septiembre, busca afianzar jurídicamente el cese del comercio de armamento con Israel, decisión que el Ejecutivo sostiene desde 2023. La iniciativa se integra en un paquete más amplio de acciones dirigidas "contra el genocidio", según transmitió Sánchez desde La Moncloa, e incluye, entre otras, la prohibición de importar productos de los asentamientos ilegales con el propósito de "combatir estas ocupaciones, frenar el desplazamiento forzoso de población palestina y mantener viva la solución de los dos estados".

De acuerdo con el medio, en la redacción y revisión del decreto participan varios ministerios: Exteriores, Comercio, Hacienda y Defensa. Inicialmente, algunas críticas internas apuntaron hacia la cartera dirigida por Margarita Robles respecto al embargo de armas, aunque la propia ministra se encargó este miércoles de desmentir cualquier tipo de oposición. Durante la sesión de control en el Congreso, Robles aseguró que no subsisten vínculos industriales en materia de defensa entre España e Israel. La ministra precisó que únicamente persistían ciertos aspectos relacionados con tecnología israelí, pero que estos quedaron resueltos antes del verano, dando por terminada la relación de las Fuerzas Armadas españolas con el Estado israelí.

El medio añadió que Pilar Alegría, portavoz del Ejecutivo, manifestó la intención de aprobar el real decreto la semana siguiente, subrayando la obligación de asegurar que la redacción sea minuciosa. Alegría justificó el retraso en la complejidad técnica inherente a un texto legal que afecta tanto a leyes internas como a acuerdos internacionales y reiteró que la prioridad permanece en elaborar un decreto preciso y jurídicamente seguro. Fuentes oficiales informaron que los asesores jurídicos de los diferentes ministerios continúan revisando el contenido para solventar todas las dificultades detectadas.

La medida, que pretende dar respuesta a reclamos crecientes por una postura más restrictiva ante la situación de Israel y Palestina, enfrenta desafíos tanto administrativos como políticos, amplificados en el entorno de la coalición y en declaraciones públicas de sus integrantes. Entre los elementos a resolver, la identificación precisa de los bienes originarios de los territorios ocupados ocupa el foco de las revisiones y negociaciones internas, según informó el medio. La cuestión de los sistemas de codificación, necesaria para impedir la importación, ha requerido de consultas técnicas con las áreas jurídicas de todos los ministerios implicados y permanece como el principal reto a superar antes de que la norma pueda entrar en vigor.