Svetlana Alter
Madrid, 1 ago (EFE).- El campeonato SailGP 2025 se ha convertido en una batalla a tres bandas. Con solo dos puntos de diferencia entre los tres primeros equipos, España (51), Australia (52) y Nueva Zelanda (53), la lucha por el liderato entra en su fase decisiva. En medio de penalizaciones, desafíos logísticos y evolución técnica, los equipos líderes valoran su rendimiento con la vista puesta en Sassnitz (Alemania) y en la parada final de Cádiz, donde se decidirá el título.
El equipo español, liderado por Diego Botín y con Nicole van der Velden, que está de vuelta tras una lesión, ha consolidado su posición como candidato real al título. “Este año ha cambiado mucho: tenemos una base más sólida, hemos gestionado mejor los errores, y los resultados han llegado”, afirma Botín en declaraciones a EFE. El patrón también destacó el papel de Cádiz como sede clave: “Es una oportunidad enorme para que la gente nos vea de cerca y conecte con el proyecto”.
Nicole, por su parte, explicó cómo ha sido volver al equipo: “La lesión fue dura, me rompí el hombro, pero volver al barco y recuperar la confianza ha sido un paso importante. Me reincorporé en Copenhague, y estamos ya en ritmo”. También valoró, en declaraciones a EFE, la regla que exige al menos una atleta femenina por equipo: “Es una medida positiva, pero queda camino por recorrer para asegurar oportunidades reales”.
En cuanto a la seguridad, Botín se mostró prudente: “Siempre hay riesgo en este deporte, pero los protocolos funcionan. Lo importante es que se mantenga el equilibrio entre espectáculo y seguridad”.
El australiano Jason Waterhouse valoró la temporada de su equipo: “Estamos a un solo punto del líder. Tuvimos contratiempos como la pérdida del ala en San Francisco, pero seguimos siendo competitivos”. También reconoció, en declaraciones a EFE, el crecimiento del rival español: “España ha sido impresionante. Antes sufrían con viento fuerte, ahora son uno de los equipos más sólidos. Todo el mérito es suyo”.
Sobre la presión del campeonato, Waterhouse no dudó: “En nuestro ADN está ir a fondo. No levantamos el pie. Sabemos que los contactos son el mayor riesgo, pero siempre salimos a ganar”.
Además, describió las dificultades logísticas que enfrentan como equipo: “El jet lag, los viajes... es duro. Estamos en el otro lado del mundo para estas etapas. Dormí solo dos horas volviendo a Australia, pero ya estoy en el gimnasio. Tenemos un gran equipo de recuperación”.
La regatista Liv Mackay, del equipo neozelandés, destacó a EFE que el foco está en el trabajo interno: “En una liga tan dinámica como SailGP, puedes perderte en el drama o en los movimientos de otros equipos. Nosotros preferimos centrarnos en lo nuestro y en cómo usar los datos a nuestro favor”.
Sobre las polémicas de Portsmouth, Mackay fue diplomática: “Fue un evento de alta tensión. Los jueces tienen un trabajo difícil y cometen errores, pero intentan ser coherentes. Las penalizaciones pueden ser duras, eso quizá cambie, pero la coherencia es clave”.
En lo técnico, valoró los progresos recientes: “Hemos invertido mucho en mejorar la comunicación en las salidas y el uso del T-FOIL. En Portsmouth se notó el avance, sobre todo el domingo, y queremos seguir construyendo sobre eso”.
Con solo dos puntos entre ellos y varias regatas por delante, el tridente líder de SailGP encara una de las temporadas más reñidas de su historia. Sassnitz y Cádiz serán escenarios clave no solo para definir al campeón, sino también para confirmar si el proyecto español está preparado para alzarse, por primera vez, con la gloria mundial. EFE
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