Le Bourget (Francia), 18 jun (EFECOM).- El fabricante europeo de turbohélices ATR calcula que en los próximos 20 años la demanda de ese tipo de aviones en todo el mundo será de 2.100 unidades para pasajeros, una cifra significativamente inferior a los 2.450 en sus perspectivas de 2022 para los dos decenios siguientes.
Alexis Vidal, el responsable de ventas de ATR (filial a partes iguales de Airbus y del italiano Leonardo) justificó este miércoles esa corrección a la baja porque en ese tiempo han entrado en servicio bastantes menos de los que auguraban hace tres años, de modo que las necesidades para reemplazar la flota actual son más reducidas.
En concreto, en 2022 anticipaban que en los 20 años siguientes el mercado de la sustitución representaría 1.500 aviones, mientras que ahora lo cifran en 1.100 porque en la práctica hay 1.650 aparatos en servicio, menos de los que habían anticipado.
Vidal, que hizo estas proyecciones en una conferencia de prensa durante la tercera jornada del Salón Internacional de Aeronáutica y Espacio de Le Bourget, que se celebra esta semana al norte de París, indicó que dentro de dos decenios estima que estarán operando en todo el mundo 2.585 aeronaves comerciales de pasajeros con turbohélices.
De todas ellas, 650 serán algunas de las que ya están en servicio en la actualidad y 880 responderán a un crecimiento del tráfico en este nicho del mercado aeronáutico. A eso hay que añadir su previsión de que también se comercializarán 500 turbohélices para el transporte de carga.
De las 2.100 entregas de aviones con turbopropulsores para los próximos 20 años, 210 irían para India y 835 para el resto de la región Asia-Pacífico, que constituye, de largo, el principal mercado.
Europa absorbería 360, Norteamérica 255, Sudamérica 200 y África y Oriente Medio 240.
ATR ha recibido en la primera mitad de este año encargos para 30 aviones, después de los 56 que consiguió en todo el ejercicio de 2024, los 40 de 2023 y los 26 de 2022.
Una evolución que, para esta empresa que tiene su sede en Toulouse -la misma ciudad en la que también se encuentra la de Airbus- pone en evidencia la recuperación que se está experimentando desde la crisis de la covid.
Por eso su consejera delegada, Nathalie Tarnaud Laude, insistió en su voluntad de aumentar la cadencia de producción y también de "seguir liderando la sostenibilidad en el mercado de los aviones regionales".
Vidal se esforzó en subrayar la competitividad de los aparatos con turbopropulsores, si se los compara con los reactores regionales, ya que consumen un 45 % menos de carburante, lo que contribuye a que sus costos operativos sean más reducidos para las compañías que los explotan.
Según sus datos, en 10 años de operaciones las aerolíneas pueden ahorrarse 25 millones de dólares con un avión comercial con hélices, respecto a un reactor.
El avión ATR 72-600 que comercializa actualmente el fabricante europeo puede transportar a entre 68 y 74 pasajeros, en función de la configuración, con una carga máxima de 7.500 kilos y un radio de acción de 900 millas náuticas, unos 1.665 kilómetros. EFECOM