CSIF ve "inadmisible" que una cárcel de Barcelona dé papel de plata a internos drogodependientes: "Facilita el consumo"

CSIF critica la medida del Centre Penitenciari Brians 2 de proporcionar papel de plata a reclusos drogodependientes, argumentando que favorece el consumo de drogas en lugar de promover la rehabilitación

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El sindicato CSIF ha asegurado que la decisión de la dirección del Centre Penitenciari Brians 2, en Sant Esteve Sesrovires (Barcelona), de repartir papel de plata sin plomo a reclusos drogodependientes es una medida "destinada a facilitar el consumo de drogas inhaladas" en prisión.

Así se ha pronunciado este jueves en un comunicado, en el que indica que la medida se suma al Programa de Intercambio de Jeringuillas vigente desde hace más de dos décadas y que ha sido "fuertemente cuestionado por contradecir las funciones de seguridad y disciplina" propias del ámbito penitenciario.

Desde el sindicato sostienen que la Administración está evolucionando hacia "un modelo de apoyo logístico al consumo de drogas", en lugar de apostar por la reeducación, tratamiento y reinserción de los internos drogodependientes y señalan que se trata de una estrategia errónea, textualmente.

PREVENIR RIESGOS

La Conselleria de Justicia y Calidad Democrática explicó el miércoles que se trata de una medida adoptada en 2020 en Brians 1 y recientemente en Brians 2 para favorecer que el consumo de determinadas sustancias se haga por vía nasal y no intravenosa.

Esto evita que el daño que provoca el tóxico sea mayor, "reduce notablemente el riesgo de sufrir una sobredosis y el riesgo de transmisión de enfermedades infecciosas", dado que disminuye el uso de jeringas.

Se hace siguiendo las recomendaciones del Centre d'Atenció i Seguiment (CAS) de la drogodependencia que ayuda y acompaña a los internos drogodependientes a rehabilitarse con diferentes programas, así como a reducir los riesgos mientras la rehabilitación no es completa.

PARTE DE QUE El CONSUMO ES "INEVITABLE"

Sin embargo, desde CSIF señalan que la propuesta no hace más que "intitucionalizar el fracaso del sistema penitenciario, ya que parte de la premisa de que el consumo de sustancias es inevitable", pese a ser ilegal.

Consideran "inadmisible" que la Administración reparta material para el consumo de drogas en lugar de evitar su entrada en el entorno penitenciario y sostienen que los internos tienen derecho a una atención psicológica y sanitaria, pero también tienen deberes, y drogarse no es uno de ellos.