José Luis Sorolla
Zaragoza, 2 jun (EFE).- En su duodécima temporada consecutiva en Segunda división, el Real Zaragoza ha facturado su peor registro de estos doce años siendo el equipo que cierra la permanencia, por debajo de él únicamente han estado Eldense, Tenerife, Rácing de Ferrol y Cartagena que han dado con sus huesos fuera del fútbol profesional.
En las cinco últimas temporadas, desde la 2019-2020 en la que fue el peor parado por el parón de la pandemia de la covid con un ascenso que muchos dieron por hecho, la principal pareja competitiva del equipo aragonés para coquetear ha sido la del descenso.
Cada nuevo año ha ido empeorando, y esta ha sido una de las peores en sus 93 años de existencia coqueteando más con el descenso que con otra cosa. Hace ya casi 80 años, desde que ascendió en la temporada 1948-1949, que el equipo maño no pasa por la tercera categoría del fútbol español.
A los mandos de la nave zaragocista, en estos doce años se han producido tres cambios de propietarios, el último hace tres años con el desembarco de Real Z LLC. Y no se ha registrado ningún cambio importante en la cuestión deportiva: todos parecen haber apostado por el a ver qué pasa y la realidad es que lo que pasa siempre empeora lo anterior.
Por el banquillo zaragocista han pasado hasta 22 entrenadores en esta docena de temporadas, en las que su mérito más destacado va a pasar en la 2025-2026 por convertirse en el club más veterano de la categoría.
Una lista que comenzó Paco Herrera, en la que incluso ha repetido Víctor Fernández, y que por el momento cierra Gabi Fernández. Solo Ranko Popovic en la 2014-2015, Natxo González en la 2017-2018 y Víctor Fernández en la 2019-2020, han conseguido que el equipo peleara por el ascenso en la promoción. Y únicamente el serbio llegó a la segunda y definitiva eliminatoria.
La afición zaragocista es la única que no le ha dado la espalda a los colores de sus amores, y para la que cada nuevo año acaba convirtiéndose en una prueba de fidelidad y respeto por volver a alcanzar el sueño de volver a estar en la élite del fútbol español.
La creencia incondicional en las promesas es lo único que le termina quedando, ante la confirmación de que, con el paso de las jornadas, se ve abocado a la misma realidad del año anterior: hacer un esfuerzo supremo para evitar el descenso, algo en lo que al menos hasta ahora no se ha fallado.
Cada nueva temporada se convierte en un carrusel de cambio de cromos de unos jugadores que van y vienen que al parecer no sirven y que en más de una ocasión terminan demostrando lejos de lo que en algún momento fue su casa e incluso el hogar en el que se criaron, lo que en La Romareda no pudieron hacer. El último ejemplo ha sido Marc Aguado que salió en el mercado de invierno para recalar en el Elche con el que ya está en Primera división.
Los dos próximos años ni siquiera será el vetusto estadio el que les contemplará, ahora ya cerrado definitivamente para la construcción de un nuevo campo. El paso durante dos temporadas por un estadio temporal y a desmano de lo que ha sido la cercanía del viejo campo se presenta como una tremenda incógnita ante la respuesta que pueda dar la afición.
Una vez cerrada la temporada competitiva, con una sonrojante derrota en Castellón, la maquinaria blanquilla debería estar funcionado a su máximo rendimiento y sin embargo todavía carece del primer eslabón para emprender la tarea: el director deportivo.
Desde la llegada de Real Z LLC han pasado dos directores generales, Raúl Sanllehí y el actual Fernando López. En la dirección deportiva, en la que todavía no hay nadie, han estado Miguel Torrecilla y Juan Carlos Cordero, cesado en marzo.
Además hasta siete entrenadores, alguno de ellos en interinidad como David Navarro, han dirigido la nave a la deriva del Real Zaragoza: Juan Carlos Carcedo, Fran Escribá, Julio Velázquez, Víctor Fernández, el citado David Navarro, Miguel Ángel Ramírez y Gabi Fernández.
Este verano se espera una nueva remodelación, habrá que ver si se acierta o vuelve a ser una apuesta a la espera de que pase algo importante y que por supuesto no sea el descenso. EFE