Benidorm (Alicante), 31 may (EFE).- El Servigroup Hoteles Benidorm está obligado a ganar este domingo (18:00 horas, Palau d’Esports L’Illa de Benidorm) al Nava Viveros Herol y a esperar una combinación de resultados favorables de al menos dos rivales directos para esquivar el que sería el primer descenso de su historia.
El equipo de Marko Krivokapic ha llegado con vida a esta última jornada tras su agónica victoria en Cangas, pero no depende de sí mismo para salvarse, ya que necesita que al menos que dos de los otros tres equipos implicados -Helvetia Anaitasuna, Huesca y Puente Genil- no ganen.
La zona de descenso está tan comprimida que el Benidorm podría incluso evitar la promoción de permanencia en una carambola a cuatro bandas, aunque la realidad es que las opciones de descenso directo son de un 80%, según cálculos realizados esta misma semana por la Liga Asobal.
El club ha declarado jornada de puertas abiertas para intentar ayudar al equipo a conseguir la proeza, ya que cualquier opción de salvación pasa inevitablemente por superar a Nava, que se juega quedar en la octava plaza, lo que supone ahorrarse dos eliminatorias de la Copa del Rey.
Krivokapic ha pedido a sus jugadores durante la semana que se olviden de lo que sucede en otras pistas para centrarse sólo en ganar su partido.
El técnico serbio no podrá contar con las bajas de larga duración Leo Alonso, David Roca y Ramiro Martínez.
La jornada, con independencia del resultado final, también será especial al suponer el último partido en el Benidorm de dos jugadores que han marcado una época, como Pepe Oliver y Nacho Valles, y también el adiós del portero polaco Krystian Witkowski, David Roca y Nikolas Zarikos. EFE
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