Logroño, 31 may (EFE).- El Logroño La Rioja pondrá fin mañana a una segunda vuelta de récord, en la que ha sido el mejor equipo de la Liga Asobal, y tratará de concluir la liga con una victoria más, ante Ademar, que le puede dar una plaza europea, aunque no se centra demasiado en ello porque no depende de sí mismo y debe esperar la derrota del Torrelavega.
Los riojanos han compensado en la segunda vuelta una primera mitad de la campaña muy discreta; eso ha hecho que un equipo, que solo ha perdido un partido en la segunda vuelta, no esté en las plazas europeas, aunque tiene la posibilidad de ser cuarto.
Pero durante la semana el equipo riojano se ha centrado en rebajar esa expectativa, no solo porque necesita que pierda otro equipo sino porque quiere evitar un gran desgaste que le perjudique de cara a la Copa del Rey.
Porque dado el estado de forma que han mostrado los riojanos en esta segunda vuelta, ese es otro objetivo al que ahora no se quieren referir pero que nadie oculta: llegar a Europa por la "vía" de la Copa.
En cualquier caso, en lo que afecta solo a este partido, el Logroño quiere cerrar la liga con un buen resultado ante sus aficionados para dejar en su recuerdo una segunda vuelta impecable.
"Otros años también hemos tenido dinámicas y rachas buenas, pero es cierto que perder solo un partido, y en el último segundo, es algo complicado", ha explicado a EFE el entrenador del Logroño, Miguel Ángel Velasco, a falta del choque de mañana.
Ahora, admite, "se trata de poner la guinda" y "despedirnos de los aficionados con una victoria para que la gente se vaya con buenas sensaciones" aunque, reconoce, "no va a ser fácil porque Ademar se está jugando mucho también y ha hecho buena segunda vuelta".
Por eso "no hay que obsesionarse demasiado" y "solo jugar como una final más, porque desde el inicio de la segunda vuelta casi cada partido lo ha sido" y "solo nos ha quedado cada semana pensar en el siguiente partido, y este es lo mismo" y "si al final no tienes plaza europea habrá que estar contentos por lo hecho".
La despedida ante los aficionados tendrá también un fuerte componente emocional porque será el último choque en Logroño de media plantilla o más.
Hace algunas campañas el Logroño trató de cambiar la situación por la que cada verano debía sustituir a muchos jugadores que se iban a clubes en los que recibir ofertas económicas mayores; este año, la buena marcha deportiva ha contribuido a que regrese esa dinámica y se vayan a despedir mañana siete u ocho jugadores.
Se conocen los casos de El Korchi, Javi García, Modi, Ángel Rivero, Mezaza, Rolando Uríos y Xavi Túa, varios de ellos con destinos confirmados ya; a ellos se podría unir alguno más que confirme su baja mañana, con el tradicional "manteo" de sus compañeros.
"Ese componente emocional siempre hace que sea un partido complicado, pero espero que los jugadores sean capaces de gestionarlo cono naturalidad, sobre todo porque luego viene la Copa" ha explicado el preparador. EFE
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