El Complutense Cisneros muestra que el éxito de un rugby amateur todavía es posible

Guardar

Fernando Castán

Madrid, 31 may (EFE).- La final que el Complutense Cisneros disputará mañana, domingo, en Valladolid, ante el Inexo El Salvador, muestra cómo con un modelo amateur y universitario todavía es posible el éxito, al menos en un país con un desarrollo de este deporte como el que hay en España.

El Cisneros es uno de los clubes históricos del balón oval y tiene su origen en el Colegio Mayor Ximénez de Cisneros hace 82 años. No es el más laureado, pero sí está entre las entidades que mayor peso, tradición y personalidad tiene en este juego. Un curioso dato: el "Cole" -como lo llaman ellos- está a 20 metros del Campo Central o Estadio Nacional de la Complutense, la Catedral del rugby patrio.

Su apuesta ha estado clara a través del tiempo: enseñar valores y apostar por los canteranos y universitarios. En ese sentido y en otros muchos - por ejemplo, su color azul o su vinculación con un centro educativo- recuerdan al Estudiantes de baloncesto.

Su secretario general, Tobías Cagigal, uno de esos hombres de club que ha hecho y hace de todo cada día para que la organización funcione, declaró a EFE que es la segunda entidad con más fichas de cantera, tras el también madrileño Alcobendas, y el primero en lo que se refiere a las sénior.

Tiene 330 licencias esta temporada, que cada jugador se paga religiosamente a principio de temporada, que forman en sus nueve equipos (7 masculinos y 2 femeninos), mientras que en su cantera cuenta también con más de 300 niños y niñas para completar los 24 equipos federados esta temporada.

La de mañana, en los Campos de Pepe Rojo, frente a otro gran club será la primera final del cuadro azul desde que, desde 2011-12, el título de Liga se disputa en con el actual formato y los contendientes se deciden por el sistema del eliminatorias.

El Cisneros tiene dos Ligas de División de Honor, las de 1976 y 1985, y en 1989 fue subcampeón, pero no en una final. En 2015, perdió el encuentro decisivo en el mismo escenario en el que mañana abordará a El Salvador, pero frente al otro cuadro de la ciudad castellana, el VRAC Quesos Entrepinares, que, precisamente, batió al su rival local hace una semana en la Copa del Rey disputada en el estadio José Zorrilla.

El XV de la Complutense suma cuatro Copas de España, en 1967, 1969, 1979 y 1982; dos Copas Ibéricas, en 1968 y 1985; una Liga División de Honor B, en 2012; y cuatro Ligas Nacionales M23, en 2021, 2023, 2024 y 2025.

El equipo femenino atesora una de Liga División de Honor, en 2021; una, Copa de la Reina, en 2021; y Copa Ibérica Femenina, en 2022.

De sus campos de juego han salido jugadores internacionales como, entre otros, el actual apertura de la selección española, Gonzalo Vinuesa.

La final del domingo será la que disputen dos equipos que vienen desde más abajo en la fase regular y posterior liguilla entre un primer grupo y un segundo: los vallisoletanos fueron cuartos y los madrileños séptimos. Los colegiales dieron la sorpresa eliminando a dos de los favoritos a domicilio: Recoletas de Burgos en cuartos y Alcobendas en semifinales.

En un artículo publicado en la página del club, su director deportivo, Daniel Vinuesa, explica la base del éxito de la presente temporada.

"Veintisiete de los 44 jugadores (que ha utilizado el primer equipo) son estudiantes que han compaginado durante la temporada sus obligaciones académicas con entrenamientos, gimnasio, viajes y partidos", señala.

Y añade: "Es curioso que ese plantel de 44 jugadores se puede descomponer en tres XV que representan la naturaleza y la esencia del club. Un tercio del grupo, quince jugadores, llegaron siendo niños y se formaron en nuestra academia".

"Otro tercio llegaron al club, y a Madrid, en su primer año de universidad, con 18 años, y no han jugado después en ningún otro club", revela Vinuesa, que añade que "la mayoría de ellos, once, han vivido en el CMU Xímenez de Cisneros. Los catorce jugadores restantes se han sumado al club en estos últimos años atraídos por la posibilidad de entrenar y competir al más alto nivel en el entorno acogedor y lúdico que siempre ha caracterizado al Colegio".

Como me explicó hace unos meses un exjugador y excolegial, nada hay comparable con levantarte y ver, a unos pocos metros, el estadio en el que en una hora vas a jugar. EFE