Los niños sufren más dolor crónico que los adultos, pero se les diagnostica y trata menos

Aumento del dolor crónico infantil y escaso diagnóstico: un impacto significativo en la calidad de vida de 3,2 millones de niños en España, según expertos en el XXI Congreso Nacional de la Sociedad Española del Dolor

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Málaga, 30 may (EFE).- Los niños sufren más dolor crónico que los adultos, pero se les diagnostica y trata menos, según los expertos reunidos en el XXI Congreso Nacional de la Sociedad Española del Dolor (SED), que se celebra en Málaga.

Cuatro de cada diez niños, unos 3,2 millones, sufren dolor crónico, que afecta a su calidad de vida, cifra muy superior a la de los adultos (26 %) y que está creciendo en todo el mundo.

Tanto las familias como los profesionales sanitarios tienden a creer menos a esos niños y hay 300.000 de ellos en España que sufren dolor grave incapacitante, según han informado en un comunicado la organización del congreso.

Las mujeres suelen tener más problemas para que se reconozca su dolor a nivel de diagnóstico y bajas médicas, sobre todo en algunas patologías.

Una investigación pionera que se presenta en el congreso relaciona cada tipo de dolor con una huella de inflamación en tejidos cerebrales, lo que abre la posibilidad de objetivar el dolor y el desarrollo de nuevas terapias.

 En la infancia y adolescencia el dolor es más prevalente en el abdomen, la cabeza y las extremidades, y las niñas lo sufren más que los niños.

De ellos, unos 300.000, tienen "muy graves dificultades de funcionamiento físico y psicológico", según estudios coordinados por el director de la Cátedra del Dolor URV - Fundación Grünenthal, el doctor Jordi Miró.

A pesar de eso, "no suelen recibir el diagnóstico y tratamiento adecuados, entre otras cosas porque no hay programas especializados específicos para el manejo del dolor crónico en la población infantil y juvenil de las mismas características y recursos que sí existen para adultos", destaca el facultativo.

Otra de las causas del infradiagnóstico es la "falta formación de los profesionales sanitarios y de la población general, que tiene tendencia a pensar que los niños no pueden sufrir dolor como los adultos o que el dolor les afecta menos".

También influye "la dificultad de objetivarlo con una prueba de imagen", advierte la presidenta de la SED, la doctora María Madariaga.

En el congreso se presenta una investigación pionera liderada por el director del Laboratorio de Dolor e Imagen en Neuroinflamación del Hospital General de Massachusetts, en Estados Unidos, doctor Marco Loggia, que relaciona el dolor crónico con la neuroinflamación.

"La implicación más importante de nuestro trabajo es la evidencia emergente del papel de la inflamación cerebral en pacientes con dolor crónico. Queda por determinar si este enfoque puede utilizarse para detectar objetivamente la presencia de dolor", ha afirmado.

"Curiosamente, hemos observado que la señal neuroinflamatoria parece diferir en función del estado del dolor, con distintas distribuciones espaciales. Esto plantea la posibilidad de identificar 'firmas' neuroinflamatorias específicas de cada dolencia que podrían ayudar en el diagnóstico y, potencialmente, en la adaptación de las estrategias de tratamiento", ha añadido. EFE