
El Pleno del Congreso ha aprobado este miércoles una iniciativa para instar al Gobierno a reconocer el movimiento vecinal y regular las asociaciones con el respaldo de todos los grupos parlamentarios de la Cámara Baja menos Vox, que se ha quedado solo votando en contra de la propuesta impulsada por los socialistas.
El texto que ha salido adelante fue originariamente impulsado con los socialistas pero finalmente ha llegado a un acuerdo con Sumar y Junts para elaborar un texto conjunto.
De esta manera, el Congreso ha aprobado instar al Gobierno a promover el asociacionismo y el desarrollo del movimiento vecinal, como cauce participativo de la ciudadanía, en beneficio de la calidad de vida de los municipios y barrios.
También a que desde el Ejecutivo se analice el establecimiento de una regulación específica que establezca los principios rectores de actuación de las organizaciones vecinales, garantizando sus derechos y obligaciones, aunque siempre respetando estrictamente el marco competencial de las comunidades autónomas con competencias transferidas, que era la demanda que tanto Junts como el PNV habían exigido a los socialistas.
Y por último se ha aprobado que el Gobierno impulse la formación del movimiento vecinal y asociativo en metodologías de participación, acción y desarrollo comunitario, tomando como referencias experiencias consolidadas en algunas comunidades autónomas, así como fomentar la difusión y el uso de repositorios de activos comunitarios que permitan identificar e interconectar los distintos movimientos asociativos y vecinales presentes en nuestros municipios y barrios, que era la exigencia del socio plurinacional Sumar.
NO PUEDE QUEDARSE EN "PALABRAS BONITAS"
Durante el debate de la iniciativa este martes, en la tribuna del hemiciclo estuvieron presentes 35 representantes de numerosas federaciones de asociaciones de todo el Estado y la Confederación Estatal de Asociaciones Vecinales, los cuales han asegurado a Europa Press que están "muy contentos" con esta iniciativa porque consideran que es un paso "histórico".
Según la diputada socialista encargada de defender la iniciativa, Susana Ros, esta medida es un "reconocimiento sincero a uno de los pilares democráticos del país" y un ejercicio de "justicia democrática" que lo que busca es responder a las demandas de las asociaciones "con pasos firmes y convicciones claras" aunque "siempre respetando el ámbito de competencias autonómicas".
Sin embargo, los socios habituales de los socialistas aprovecharon el debate del texto para reclamar que la iniciativa no se quede solo en palabras, sino que se traslade en medidas efectivas y que además, respete las competencias autonómicas. Aunque todos ellos comparten el papel "vertebrador" y la labor democrática de las asociaciones vecinales, creen que la propuesta del PSOE se queda corta.
UNA "PALMADITA EN LA ESPALDA"
Tanto el diputado de Bildu Oskar Matute como el de ERC Jordi Salvador advirtieron que aunque sus formaciones voten a favor de dicho texto, consideran que "no es suficiente" porque la realidad a la que se enfrenta el movimiento vecinal sigue siendo "muy tozuda". "No queremos reconocimiento de trampa y cartón, queremos derechos, autogobierno y dignidad para que la lucha vecinal no sea solo pasado", ha advertido Salvador.
De su parte, el diputado de Sumar reivindicó que "muchas de las conquistas que hoy se dan por sentadas tienen una raíz vecinal" y por tanto, considera que "sin el tejido vecinal sería un país más frágil y más frío" y ve necesario que el reconocimiento al movimiento vecinal que persigue esta iniciativa no sean solo "palabras bonitas" sino que se traslade en las "herramientas necesarias".
En la misma línea, la diputada de Podemos Martina Velarde censuró que el texto propuesto por el PSOE no plantee la acción política que pretenden llevar a cabo para cumplir con sus reivindicaciones y cree por tanto, que lo que buscan los socialistas es dar una "palmadita en la espalda" a las asociaciones vecinales y no hacer nada nuevo cuando "podemos y debemos ir mucho más allá".
Asimismo, tanto el diputado del PNV Mikel Legarda como el diputado de Junts Isidre Galvín coincidieron en reclamar al PSOE que para llevar a cabo esta propuesta se tengan en cuenta las competencias que ya se han transferido a las comunidades autónomas, porque a su juicio, tanto Cataluña como el País Vasco tienen una legislación "madura" y "suficiente" en esta materia y por tanto, podría llegar a vulnerar algunas de sus facultades.
PP Y VOX TENÍAN DUDAS Y HABLABAN DE "INTERVENCIONISMO"
Aunque no fueron solo los socios del PSOE los que criticaron la iniciativa, el diputado 'popular' Fernando de Rosa ha defendido la necesidad de promover el asociacionismo y el desarrollo del movimiento vecinal pero cree que debe hacerse "con claridad y sin caer en el error de promover nuevas regulaciones".
A su juicio, el movimiento vecinal no puede "ser controlado ni politizado desde el Poder" y por tanto, cree que a pesar de que los socialistas no especifican la legislación que quieren implementar para llevar a cabo su propuesta, el texto está impregnado de un "concepto intervencionista y limitativo en la acción de este movimiento que el PP no ve adecuado".
También el diputado y portavoz de vivienda de Vox, Carlos Hernández, se mostró sorprendido por el "tono de reivindicación social" del PSOE en esta iniciativa cuando, según ha dicho, "es un partido entregado a pijotadas y cursiladas elitistas".
Asimismo dijo estar sorprendido por las intenciones de los socialistas, teniendo en cuenta que "han capturado todas las instituciones" y que además "están alejados de los vecinos" y por tanto desde su formación no comparten la retórica "hueca y vacía de quien solo ve las asociaciones de vecinos como sucursales y extensiones de su pueblo".