Barcelona, 27 may (EFE).- El Astralpool Sabadell y el Sant Andreu se jugarán este miércoles (19:00 CET) el título de la División de Honor femenina en el tercer y definitivo partido de la final, que se disputará en una piscina de Can Llong que dictará sentencia y decidirá al sucesor del Assolim Mataró en el trono nacional.
La serie, al mejor de tres encuentros, llega igualada tras la ajustada victoria del conjunto barcelonés en el primer duelo (12-13) y la reacción del equipo vallesano en el segundo partido (10-12), con una destacada actuación de Bea Ortiz, autora de cuatro goles, y de la portera neerlandesa Laura Aarts, decisiva con dos penaltis detenidos.
Y es que la igualdad ha sido el denominador común en ambos partidos, resueltos en los minutos finales, con dos equipos entregados y un público que ha sabido valorar ese esfuerzo por dignificar un deporte como el waterpolo.
Así, el duelo de este miércoles no solo coronará al nuevo campeón nacional, sino que pondrá el broche a una intensa temporada marcada por la rivalidad entre ambos equipos, que se han enfrentado en todas las grandes competiciones del curso.
El Sant Andreu ha firmado la mejor campaña de su historia. Ha conquistado por primera vez la Liga de Campeones y ha revalidado la Copa de la Reina, títulos a los que ha sumado también la Supercopa de España y la Copa Catalunya, pero le falta la Liga, que no ha conseguido nunca en su historia.
Es una temporada de confirmación que lo consolida como un proyecto sólido y ambicioso, con un plantel joven liderado por Martina Terré y las hermanas Ruiz que, con la experiencia acumulada tras caer en la final liguera del pasado curso, sueña ahora con el repóquer.
Por su parte, el Sabadell intentará hacer valer su experiencia en finales y, arropado por su afición en la piscina de Can Llong, buscará cobrarse la revancha por las dos finales perdidas esta temporada: la de la máxima competición continental (8-9) y la del título de la Copa doméstica (17-13).
El equipo dirigido por David Palma buscará apoyarse en su solidez defensiva y en la calidad individual de sus jugadoras. Nombres como Rita Keszthelyi, Simone van de Kraats o la propia Bea Ortiz, que ya fue clave en el segundo partido de la serie, serán determinantes para intentar inclinar la balanza a favor del Sabadell.
Todo abierto entre dos equipos que esta temporada ya se han enfrentado en seis ocasiones —incluidos los dos duelos de esta final— con un balance completamente equilibrado de tres victorias para cada uno.
El conocimiento mutuo, la rivalidad creciente y la igualdad en el historial reciente añaden un componente emocional a un choque que se anticipa igualado, físico y cargado de tensión competitiva.
Un pulso que, en caso de empate tras los 32 minutos reglamentarios, se decidirá en la prórroga y, si persiste la igualdad, desde el punto de penalti. EFE
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