València, 26 may (EFE).- La Oficina de Recuperación Cultural, que acoge la Universitat de València (UV), ha organizado los primeros talleres de atención emocional de la mano de la ONG Psicólogas y Psicólogos Sin Fronteras para apoyar a los profesionales de las artes escénicas, el audiovisual, la gestión cultural y el periodismo golpeados por la dana.
Esos sectores se enfrentan, desde la tragedia del pasado 29 de octubre, "a un bloqueo creativo permanente que no les permite continuar con su trabajo", según informa este lunes la UV.
Se ha detectado que "buena parte de los profesionales de la cultura afectados han dejado de crear o encuentran más bloqueo de lo habitual al comenzar nuevas producciones o proyectos, lo cual no les permite incorporarse al trabajo con la consecuencia lógica inmediata: la pérdida de calidad, sensibilidad y creatividad artística", añaden desde la Universitat.
Según Yessica Díaz, psicóloga de emergencias y crisis, este bloqueo creativo se debe al impacto emocional de la catástrofe, que ha provocado “un impacto negativo muy alto por la pérdida en general, pero también por la pérdida de talleres, estudios, implementos y material de alto coste que ha supuesto un problema evidente en el proceso de recuperación".
“El estrés por la catástrofe sufrida ha causado falta de concentración, pérdidas de memoria, ansiedad reactiva al estímulo y, en los casos más severos, trauma”, ha indicado Díaz.
En el comunicado de la UV se recoge el testimonio de Paco, ingeniero de sonido de Paiporta, quien reconoce que no se encuentra con capacidad para retomar el proyecto que iniciaba el mismo día de la dana y lo justifica así: “cuando quiero volver al montaje recuerdo aquella tarde y me bloqueo”.
El caso de Carlos y Sebas, creadores de iluminación escénica y audiovisuales, demuestra una relación directa entre la necesidad de recuperar la normalidad y la seguridad en el espacio de trabajo, según la Universitat.
“Nosotros vivimos en Chiva, en la montaña. Nos salvamos, pero la casa sufrió daños importantes que no conseguimos reparar. Ver nuestro espacio así no nos permite seguir adelante”, indican ambos profesionales.
Fátima, caracterizadora y diseñadora de vestuario para cine y espectáculos en vivo, residente en Picanya, donde tiene la sede de la empresa y su casa, aún apuntalada, asegura que está "sin fuerzas para continuar".
Sobre el tiempo que tiene que pasar para que estos profesionales puedan volver a crear y si hay solución, Yessica Díaz responde: “Tenemos que integrar lo que nos ha pasado en nuestra vida y no desplazarlo ni enterrarlo, sino que debemos incorporarlo para sanar de manera colectiva y proseguir con nuestro proyecto de vida”. EFE