Madrid, 25 may (EFE).- El vino es un producto del campo valorado desde los fenicios; con el paso de los siglos, se ha convertido en un sector económico estratégico en países como España y este domingo celebra su día internacional con resiliencia, por la incertidumbre por los aranceles de Estados Unidos y el impacto del cambio climático.
Como cada 25 de mayo, se celebra el Día Internacional del Vino, una cita en la que sin duda los amantes de este caldo brindan por un sector vitivinícola resiliente.
Su historia empieza en Asia, de donde proviene la planta, pues se empezó a cultivar en la zona del Cáucaso hace 7.000 años, siendo los fenicios quienes la introdujeron en España.
En nuestro país los primeros cultivos datan del año 1.100 a.C y se localizan en Cádiz, siendo los romanos quienes convirtieron a Hispania -España y Portugal- en un territorio importante en la fabricación de vinos, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Pese al valor que aportaron otras civilizaciones al vino y siendo un sector que genera el 1,9 % del producto interior bruto (PIB) de país, según datos de la Interprofesional del Vino de España (OIVE), atraviesa un periodo de incertidumbre por la guerra arancelaria entre Estados Unidos y la Unión Europea (UE).
No es menor el reto que plantea su adaptación al cambio climático, que según los estudios recientes afecta a todas las comarcas, pero especialmente a las españolas.
En materia comercial, no es la primera vez que el sector pasa por esto, en 2019 el presidente de Estados Unidos, Donald Trump impuso aranceles del 25 % para los productos importados españoles; este abril anunció un arancel del 20 % para los productos importados de la Unión Europea (UE) al país, entre los que está el vino español.
Aunque no es todo, ya que este viernes Trump ha dicho que las negociaciones comerciales con la UE "no están dando frutos" y ha recomendado aumentar al 50 % el arancel sobre el bloque a partir del 1 de junio.
Pero, ¿qué significa Estados Unidos para el vino español?. Pues en términos de exportaciones, el país norteamericano es, por ejemplo, el principal destino del vino espumoso español, con un total de 24,3 millones de litros exportados entre abril de 2024 y marzo 2025, según el último informe de OIVE.
Sin embargo, el sector tiene experiencia en este tipo de crisis, pues también se enfrentó al proceso del Brexit, siendo el Reino Unido el primer mercado de los vinos envasados no espumosos con 83,4 millones de litros exportados en el interanual a marzo de 2025.
En términos generales, las exportaciones a marzo de 2025 perdieron un 1,1 % en valor, hasta los 248,3 millones de euros y un 4,6 % en volumen hasta los 167,4 millones de litros, en comparación con el mismo mes del año anterior, según los datos de OIVE.
Al analizar los últimos doce meses, las cifras sí son ligeramente positivas, pues aumentaron su facturación hasta los 2.952 millones de euros, un 0,3 %, aunque el volumen cayó un 7 %, hasta los 1.912 millones de litros.
Pese a estos traspiés en el camino comercial, la resiliencia es la clave de los viticultores y acompaña el comportamiento en el campo, pues se prevé que su producción para este año aumente un 15 %, según el MAPA.
Y para celebrar y brindar por su día, por ejemplo, en Cádiz, donde empezó todo, y concretamente en la Bodeguilla del Bar Jamón, ofrecen una experiencia culinaria con más de 70 vinos diferentes como "una ocasión ideal para explorar la riqueza vinícola de la región".
Una variedad de vinos que maridan con los mejores aliados de la gastronomía española y reconocidos a nivel mundial como el jamón de bellota 100 % ibérico curado hasta 4 años, los quesos andaluces y, por supuesto, el atún rojo de almadraba.
Sin duda el sector del vino en su conjunto ha demostrado a lo largo del tiempo que además de generar economía en las zonas rurales y fijar población, puede presumir de resiliencia para brindar sin duda por el futuro. EFEAGRO
(Recursos de archivo en www.lafototeca.com cód 22706184, 22691997)
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