Marcos Díaz
Zaragoza, 24 may (EFE).- Después de casi 70 años, la vieja Romareda dice ‘adiós’ con un legado único. El tapete blanquiazul ha sido escenario de miles de partidos, sede de finales y un mundial y testigo de cómo el Real Zaragoza se convertía en un histórico del fútbol español. Un periplo que concluirá este domingo para dar paso a la piqueta y así renacer con su nueva cara, previsiblemente, en 2027.
Será cambiar todo para que todo siga igual porque, como destaca a EFE Nayim, el héroe de París, el que dio la Recopa de Europa en 1995 al Real Zaragoza, “a La Romareda no la hace el envoltorio, sino que la hace la gente”.
Fue un 8 de septiembre de 1957 cuando los blanquillos inauguraron su feudo con victoria frente al Osasuna y será un 25 de mayo de 2025 el día en que la vetusta Romareda se despedirá. Lo hará, además, con un duelo crucial por la permanencia en Segunda, frente al Deportivo de La Coruña.
Esas paredes han presenciado partidos mágicos y ha sido el lugar en el que los aficionados vieron nacer equipos legendarios, como los ‘magníficos’ y los ‘zaraguayos’.
Sobre su césped, gigantes como el Madrid y el Barcelona han salido goleados y allí fue donde el Chelsea y el Feyenoord hincaron la rodilla para que el Zaragoza alcanzara aquella legendaria final de la Recopa de 1995 en París.
Al héroe de ese encuentro, Nayim, le pesa la nostalgia, sin olvidar la importancia de la última jornada en La Romareda: “Lo más importante de este domingo es ganar el partido, sin duda alguna. Pero, obviamente, los recuerdos de La Romareda serán eternos”.
“Todos esos equipos que han hecho historia, que han ganado títulos, que han llevado la gente en volandas… Eso es La Romareda, va a quedar siempre en la mente de todos nosotros porque va a ser eterna”, insiste el mito blanquillo.
En su recorrido con la elástica del león, recuerda enfrentamientos como aquellos de la Recopa contra el Chelsea y el Feyenoord, “una locura” de noches en las que rememora cómo la afición apretó para que todo saliera bien.
De los partidos en casa, Nayim destaca ese runrún único que tiene el templo zaragocista cuando la grada se enciende: “Ese ‘bufandeo’, cuando la afición empieza a rugir… éramos imparables cuando notábamos eso”, recuerda.
Xavi Aguado, su compañero de equipo y el jugador que, junto con Violeta, más veces ha lucido la camiseta blanquilla, también tiene grabado a fuego el ambiente de la vieja Romareda.
“Se crea una caja de resonancia brutal. Toda la gente que ha venido a jugar en contra a la Romareda y los árbitros decían lo mismo, que cuando apretaba el público se notaba”, destaca.
Para Aguado, el domingo será “un día triste”. De entre sus recuerdos, destaca uno en concreto: “El más emotivo, más bonito y de más explosión a nivel emocional fue el día de la promoción contra el Murcia en el año 91”. “Significó un cambio de ciclo”, subraya.
De cara al nuevo campo, espera que sea una Romareda “moderna, que atraiga a mucho más público, mucho más cómoda y, sobre todo, que se mantenga un poco esa esencia del campo”. Y el defensa añade otra petición, una pequeña capilla: “Como católico que soy y practicante, me gustaría que hubiera un pequeño espacio para la virgen del Pilar”.
Partidos que no se olvidan
El periodista de la Agencia EFE Enrique Pérez, recién jubilado, también conoce muy bien la impronta de La Romareda después de cubrir desde 1991 cientos de partidos, hasta el pasado mes de abril. Ahora vivirá los encuentros como aficionado, una posición en la que “se sufre mucho más” que como profesional.
De sus recuerdos desde la tribuna de prensa rememora el 6-3 al Barcelona de 1994, los dos 6-1 al Madrid (en Liga, en la temporada 74-75, y en Copa del Rey, en el 2006) y la de promoción frente al Murcia. “Son partidos que no se olvidan”, destaca.
En estos últimos momentos del campo, Pérez admite que será “un poco raro” acudir a una nueva Romareda distinta a la actual. “Como estará en el mismo sitio, quizá no se haga tan extraño como si lo tuvieran que levantar en otra parte de la ciudad; está claro que será un estadio distinto, pero será el mismo”, reflexiona.
Para Manuel Poncela, poseedor de la insignia de oro y brillantes que el club entrega a los aficionados que suman 50 años como socios y dueño de tres acciones de la SAD, el fin de La Romareda llega en un momento complicado.
“Con todo lo que hemos gozado y la gente que hemos visto allí, que cuando la Romareda desaparezca tenga que ser con este equipo y en esta situación… estoy decepcionado”, se lamenta.
En esas cinco décadas como socio, Poncela destaca momentos como el 6-1 al Madrid de la 74-75 y el 6-3 al Barcelona, “con el ‘Paquete’ Higuera regateando por toda el área y Zubizarreta de rodillas”, rememora.
De ese recorrido, este antiguo socio hace un repaso en el que aparecen los nombres más importantes del fútbol mundial: “He visto a Pelé, he visto a Cruyff, he visto a Maradona, a Messi…”, afirma.
Y de los de casa, destaca nombres como los de García Castany, ‘Lobo’ Diarte y, cómo no, Nino Arrúa, de uno de los mejores equipos que ha tenido el Zaragoza, el de los ‘zaraguayos’.
Como cada jornada, el domingo acudirá con su nieto más pequeño, Leo, para presenciar el último partido en la Romareda. Este y el resto de sus nietos son, gracias a él, zaragocistas desde la cuna: “Conforme iban naciendo, de la Maternidad los pasaba y los hacía socios”, rememora.
Y, pasada esta fecha, tiene claro que seguirá yendo a ver a su club siempre: “Iré a hacerme socio e iré a verlos hasta que me muera. Cualquier otra cosa sería fallarle al Real Zaragoza”, recalca.
Las máquinas empezarán a derribar el estadio este mismo verano, con el objetivo de que la nueva Romareda llegue en 2027. Dirá así adiós un campo al que desde hace años se le notaban los achaques de la edad.
El proyecto pasa por crear un moderno estadio que superará los 43.000 espectadores y que, si no hay imprevistos, será sede del Mundial 2030. Mientras, el equipo disputará las dos próximas temporadas en un estadio modular.
Sea como sea esa nueva Romareda, Nayim no tiene dudas de que lo que distingue a la vieja seguirá en el futuro, porque eso es “su gente”. “Cada afición tiene una forma de animar, pero la nuestra es única por cómo va detrás del equipo”, insiste. EFE
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