Controlar los nervios y la presión, claves en la final de Copa vallisoletana

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Valladolid, 23 may (EFE).- Controlar los nervios lógicos en una final, y más en un estadio José Zorrilla con miles de personas, y la presión que impondrá el cambio de escenario, serán claves para llevarse el título de campeón de la Copa del Rey de rugby, en la final que disputarán, este sábado, los equipos vallisoletanos Inexo El Salvador y VRAC Quesos Entrepinares.

Los dos equipos revivirán la final de 2016 en el mismo estadio, con el rey Felipe VI como testigo, pero en una situación totalmente diferente para ambos, ya que en estos años han cambiado muchas cosas y se ha aprendido de errores y aciertos.

En el caso del conjunto blanquinegro, El Salvador, que actuará como local, al ser el de mayor antigüedad, algunos de los jugadores que saltarán el sábado al césped del José Zorrilla fueron recogepelotas en la histórica final anterior, por lo que para ellos la ilusión es máxima, tal y como ha reconocido el capitán, Facundo Munilla.

En una rueda de prensa conjunta, Munilla ha explicado que el cuadro chamizo "tiene muchas ganas" de jugar este encuentro "porque es un escenario y un contexto soñado" y con el objetivo de "disfrutar", para lo cual se están abstrayendo de todo lo que rodea a esta cita.

Por su parte, el técnico del Salvador, Álvaro Gorostiza, ha sostenido que aunque su equipo también disputará el próximo domingo la final de División de Honor tras ganar, precisamente, al VRAC, en semifinales, están centrados en este choque, "para tratar de darlo todo y ganarlo".

"Luego, ya se pensará en la liga, pero ahora estamos totalmente volcados en este partido, que hemos preparado sabiendo que será fundamental controlar los nervios, ya que estos pueden llevar a cometer errores, indisciplinas y malas decisiones, que se traducirán en puntos en contra", ha analizado.

A su juicio, habrá un marcador "muy ajustado" en el que cualquier movimiento puede resultar determinante, como optar por lanzar a palos o touche, y en el que también influirá contar con TMO, "ya que eso penalizará aún más cualquier fallo y añadirá más parones al juego".

"Queremos que sea un encuentro que quede para la historia, que permita seguir creciendo al rugby nacional, y ofrezca un gran espectáculo a los aficionados", ha añadido Gorostiza, quien podrá contar con toda la plantilla para este duelo, a excepción de los lesionados de larga duración, como Juan Martínez, David Barrios o Martin Du Toit.

En cuanto al VRAC, se trata de "una reválida", en palabras de su entrenador, Diego Merino, quien también dirigió al equipo en la final de 2016, que ya está olvidada, porque además terminó con la victoria de El Salvador, y porque para su equipo ésta supondrá el último choque de la temporada.

"Queremos demostrar que podemos hacer cosas diferentes a las que hicimos en la semifinal de liga ante Inexo El Salvador y nos hemos ido mentalizando de jugar en el estadio, porque sabemos que puede ser hostil si no se controlan los nervios", ha señalado.

Al igual que su homólogo en el banquillo rival, Merino cree que va a ser "una final cerrada" en la que confía que puedan mostrar su superioridad en las fases estáticas, sobre todo, en la melé y las touches, y que sepan salir de la presión que impondrá el Chami en los rucks y el juego al pie.

Por su parte, el capitán quesero, Kalokalo Gavidi, ha indicado que siguen dolidos por no haber podido pasar a la final liguera, pero afrontan con ganas este último enfrentamiento como grupo de este curso y con la intención de llevarse el título, para lo cual será importante "ceñirse al plan establecido, aunque falle".

Todos los protagonistas han animado a los vallisoletanos y amantes del rugby a que acudan a este importante evento, y disfruten del rugby y de la Fan Zone que se instalará en los aledaños al estadio donde podrán comer, beber, cantar y bailar, en un ambiente de camaradería, a pesar de la rivalidad entre ambos conjuntos. EFE

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