
Los vídeos de la boda de Torrejón de Ardoz en la que se produjo el 6 de noviembre de 2022 un atropello masivo con cuatro muertos y nueve heridos de gravedad desmontan la versión del acusado al no mostrar altercados previos a lo sucedido en el exterior del restaurante El Rancho.
El tribunal que juzga a Micael Da Silva, autor de la matanza, ha visionado esta mañana los vídeos que grabaron los cámaras contratados por los novios para captar la celebración.
El fiscal solicita para 'El Portugués' 226 años de prisión por cuatro delitos de asesinato y nueve de intento de asesinato. Los abogados de la acusación piden prisión permanente revisable al tratarse de un atropello mortal con más de una víctima.
Las grabaciones muestran cómo los invitados estaban festejando la unión de sus familiares con total normalidad. Poco antes del incidente, se ve al padre de la novia hablando con el procesado sin que se produjera ninguna pelea o incidente.
El pasado viernes, el jurado popular escuchó el relato de varios testigos presenciales, familiares de las víctimas mortales. "Quiero justicia. Nos han destrozado la vida", clamó el hijo de uno de los muertos, quien buscó a su padre entre los fallecidos.
La mujer del procesado manifestó en la anterior sesión que tanto ella como sus hijos estaban invitados al convite y que fue el padre del novio quien acudió a casa de su padre para invitarles personalmente.
Su marido fue a la celebración para cuidar a uno de sus hijos al sufrir problemas mentales, indicando la testigo que una persona le quitó a su hijo un vaso en la boda y ahí comenzó el conflicto.
ATROPELLO MORTAL
Los hechos se produjeron la madrugada del 6 de noviembre de 2022, cuando 'El Portugués' acudió a la celebración de una boda en el restaurante 'El Rancho' de Torrejón de Ardoz en compañía de dos hijos suyos menores de edad y de dos sobrinos.
Durante la celebración, uno de los menores protagonizó un incidente con alguno de los invitados, lo que motivó que se le indicara al acusado que abandonara el lugar junto con las personas que le acompañaban.
Fue entonces cuando el procesado se enfrentó a varios de los allí presentes, hasta que una vez en el exterior del establecimiento, se dirigió en compañía de sus hijos y sobrinos al vehículo de su propiedad que tenía aparcado en las inmediaciones.
Tras ponerse al volante aceleró el motor "a sabiendas de la presencia de las personas allí congregadas con motivo de los hechos y con total voluntad de causarles la muerte o asumiendo la posibilidad de que ello sucediera", arrolló a varios de ellos, ocasionando la muerte de cuatro personas: I. M. S., C. R. B., J. M. R. V. y C. B. S.