Francisco Tomás-Valiente
Madrid, 17 may (EFE).- Los mensajes privados de personas públicas, como las armas, los carga el diablo, y cuando se divulgan son una bala perdida, algo que han aprendido en carne propia desde el expresidente Felipe González al rey emérito, desde el senador popular Ignacio Cosidó a la exministra Dolores Delgado, y así, hasta Pedro Sánchez.
El diario 'El Mundo' ha publicado en los últimos días wasaps de los años 2020 y 2021 entre el presidente del Gobierno y el exministro y exsecretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos.
Emiliano García Page, el socialista presidente de Castilla-La Mancha, reaccionó públicamente, ante las alusiones que el presidente Sánchez hacía en dichos mensajes a su inclinación a “tocar los cojones”, recordando que en el parvulario de la política se aprende a tener cuidado con lo que se escribe.
Con ello, además de perseverar en la citada tendencia, quizá tenía en mente antecedentes como los que siguen.
En 1991, cuando Txiqui Benegas era secretario de Organización del PSOE comentó en una conversación telefónica con un empresario cercano al partido que “el problema no es Solchaga” -entonces ministro de Economía- “sino el One”, es decir, Felipe González, a quien se refirió como Dios.
Y aludió al entonces ministro como “el enano”. Aquellas conversaciones, divulgadas por la Cadena Ser, pusieron de manifiesto las tensiones entre el partido y el Gobierno.
En 1997, Bárbara Rey y el rey Juan Carlos I también fueron protagonistas de una publicación indiscreta que vulneraba, y cómo, la intimidad de ambos.
En septiembre de 2024 una revista holandesa publicó unas fotografías suyas y, luego Antena 3 y Telecinco divulgaron grabaciones de conversaciones del año 1997 con una tercera persona en las cuales la actriz se refería a su relación con Juan Carlos I.
Las grabaciones suscitaron debate sobre si se habían usado fondos públicos para encubrir la relación entre ambos, dado que ella aludía a que iba a salir "muy cara".
En julio de 2013, el diario 'El Mundo' publicó varios mensajes de WhatsApp intercambiados meses antes entre el entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el que había sido tesorero del PP, Luis Bárcenas, que acabó siendo fue condenado a una pena 29 años y un mes por delitos de blanqueo, contra la hacienda pública y apropiación indebida.
Justo después de que se publicara la supuesta existencia de sobresueldos y de las cuentas suizas del extesorero, Rajoy habría escrito a Bárcenas: "Luis. Lo entiendo. Sé fuerte. Mañana te llamaré. Un abrazo".
Dolores Delgado era ministra de Justicia cuando, en 2018, se hizo pública una conversación privada en la que participó, ocurrida al parecer en un restaurante madrileño en 2009, y en la que, según se publicó, calificaba al entonces compañero suyo en el Gobierno, el ministro de Interior, Fernando Grande Marlaska, de “maricón”.
Delgado intentó desmentir aquellas palabras o, al menos, rechazar cualquier intención despectiva que una interpretación malintencionada pudiera hacer del modo en que se había referido al ministro.
En 2018 cuando el popular Ignacio Cosidó era portavoz de su partido en la Cámara Alta, echó a perder el acuerdo de populares y Gobierno socialista para renovar el Consejo General del Poder Judicial y poner al frente del mismo al magistrado Manuel Marchena.
Cosidó envió un mensaje a un grupo de wasap al que se conectaban los senadores de su grupo alardeando de haber situado al frente del Tribunal Supremo y el órgano de Gobierno de los jueces a un magistrado, Manuel Marchena, con quien podría controlar “por la puerta de atrás” determinados procesos del citado tribunal.
Marchena reaccionó a la publicación de dicho mensaje renunciando al puesto y señalando que nunca había concebido su papel como juez como un servicio a una u otra opción política.
En 2020, otro intento de acuerdo entre los dos grandes partidos sobre el mismo asunto, es decir, la renovación del Consejo General del Poder Judicial y el nombramiento de presidente del Supremo, volvió a fracasar cuando ya estaba casi cerrado.
Y justo después de que el PP truncara aquel principio de acuerdo “alguien” divulgó un intercambio de wasap entre el presidente Pedro Sánchez y el entonces líder conservador, Pablo Casado, en el cual el segundo confirmaba su voluntad de acuerdo.
En todo caso, nadie ha confirmado la procedencia de aquella filtración, algo ocurre en la mayoría de los casos.
Sin embargo, no siempre sucede así. Por ejemplo, no caben dudas en el caso de Juan Lobato, exsecretario general de los socialistas madrileños, además de su exportavoz en la Asamblea de Madrid.
En el otoño del año pasado comenzó a hervir el asunto por el cual es investigado, en torno a una supuesta revelación de secretos, el fiscal del Estado, Álvaro García Ortíz, en relación con el novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
Se conocieron entonces unos mensajes intercambiados por Juan Lobato con Pilar Sánchez Acera, asesora en ese momento del jefe de gabinete de Pedro Sánchez, el actual ministro Óscar López.
Lobato llevó ante notario y confirmó ante el Supremo esos mensajes de wasap, relativos a un documento confidencial en manos de la Fiscalía que afectaba a la pareja de la presidenta madrileña.
- La carta… ¿cómo la tenemos? ¿Se ha publicado en algún sitio? -preguntaba Lobato.
- Porque llega. La tienen los medios -le respondía la asesora. Y luego añadía: "vamos a verlo. Para que estés más respaldado".
Lobato dejó poco más tarde la dirección socialista madrileña, que ocupa ahora Óscar López. EFE
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