Madrid, 16 may (EFE).- Los museos españoles celebran el domingo su Día Internacional con buena salud una vez superado el bache de la pandemia, o al menos eso parece a tenor de lo que manifiestan sus visitantes, pues según la última Encuesta de Hábitos y Prácticas Culturales, el índice medio de satisfacción es del 8,2, un notable.
Y si no visitan más estas instituciones es por falta de tiempo (27,2%), de interés (17,8 %), falta de oferta en su zona (17,5 %) o el precio (14,5 %), es decir, que no parece disuadirles la gran afluencia de turistas que engrosan las colas a sus puertas.
La encuesta de Hábitos y Prácticas Culturales en España 2024-2025 del Ministerio de Cultura también resume que el 41,2 % de los encuestados visitaron un museo al año, y que cada vez internet es una herramienta clave para el acceso a la cultura: el 6,6 % de la población encuestada realiza, al menos una vez al año, una visita virtual a un museo.
Estos resultados demuestran que se ha superado la crisis del periodo 2021-2022 por la pandemia, cuando se registraron mínimos de participación cultural en general, y todo parece indicar que en los grandes museos la tendencia es prometedora.
El más visitado de España es el Museo del Prado, que en 2024 batió su propio récord con 3.457.057 visitantes, doscientos mil más que el año anterior. Y en lo que va de año, ya ha recibido 1.301.648 visitantes (hasta el 11 de mayo).
Las obras favoritas son 'Las Meninas' de Velázquez, 'Fusilamientos de Goya', así como piezas de El Bosco, Rubens y Tiziano, aunque el cuadro de mayores dimensiones es la 'Degollación de San Juan Bautista y banquete de Herodes' de Bartholomäus Strobel el Joven, que mide 5.61x7.28 metros.
Pero no es la obra de mayor tamaño que alberga un museo español. El 'Cristo de los gitanos y los cuatro elementos: cielo, fuego, agua y tierra' de José Luis Mesas, que mide 4.50x20 metros, la encontramos en el Museo Mayte Spínola, en Marmolejo (Jaén).
En la otra cara, está el 'Museu Més Petit del Món' de Noemí Batllori (Barcelona), un micromuseo de 9x13 centímetros que se encuentra en la Vila de Gràcia. No es un museo único, sino una serie de microsalas de exposiciones repartidas por el barrio.
Se trata de huecos en la pared, las antiguas llaves de agua de la ciudad, agujeros escondidos tras pequeñas puertas negras de metal que han ido quedando vacías, y que la artista Noemí Batllori empezó a llenar, hace unos años, con su hija Gala, con pequeñas obras de arte.
El museo más nuevo, que abrió sus puertas en 2023, es la Galería de las Colecciones Reales, ubicada junto al Palacio Real para exhibir tesoros de Patrimonio Nacional, en un imponente edificio diseñado por Emilio Tuñón y Luis Mansilla. Y el último en ser remodelado, el centenario Museo del Teatro en Almagro (Ciudad Real) reconvertido desde el pasado mes de marzo en el Museo de las Artes Escénicas.
La próxima gran apuesta estatal es el Centro Nacional de Fotografía, un espacio necesario y largamente esperado por el sector y por la afición manifestada entre los españoles: un 21,6 % participa en talleres de esta disciplina. El nuevo proyecto se ubicará en la antigua sede del Banco de España en Soria en 2026.
Pero el primer museo público de España fue el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, creado por Carlos III, en 1771, como Real Gabinete de Historia Natural.
Más allá de las grandes instituciones, proliferan las curiosidades y particularidades, desde el Museo del Calamar Gigante de Luarca (Asturias), o el Bosque de Oma (País Vasco) del artista Agustín Ibarrola, donde se puede disfrutar de 34 árboles pintados.
El orinal y el botijo también tienen su propio museo en España. El primero, en Ciudad Rodrigo (Salamanca), y el segundo en Toral de los Guzmanes (León), con piezas del siglo XIII y XVIII, respectivamente. EFE