Amaral regresa a casa y convierte el dolor en belleza con su ‘Dolce Vita’

Guardar

Naiare Rodríguez Pérez

Zaragoza, 16 may (EFE).- Zaragoza ha vibrado este viernes, como si el universo hubiera girado un poco más deprisa, con el concierto de Amaral, quienes han colgado el cartel de “no hay entradas” en el Pabellón Príncipe Felipe y han invitado a cantar a Juanjo Bona.

Eva Amaral y Juan Aguirre han regresado a su casa y lo han hecho por todo lo alto, ya que desde el primer minuto han convertido a la capital aragonesa en el epicentro de su propia revolución emocional, con un homenaje a la naturaleza y a los buenos tiempos.

Esta banda, una de las más queridas en la tierra, ha iniciado este concierto con el tema ‘Dolce Vita’, donde piden que les recuerden “disfrutando de una vida relajada, placentera y siempre radiante”.

Y así, de hecho, es como les han hecho sentir en todo momento a las miles de personas que se han dado cita en esta velada, donde también han sonado entre explosión de confeti y danzas eléctricas canciones como ‘Eso que te vuela la cabeza’ y ‘Tal y como soy’.

La sorpresa de la noche ha llegado cuando Juanjo Bona, natural de Magallón y cuarto finalista de Operación Triunfo, ha aparecido en el escenario para crear una explosión maña con ‘Toda la noche en la calle’.

“Nos hace mucha ilusión tocar este disco entero como si estuviésemos en un bar del centro, esos en los que tocábamos cuando empezamos”, ha confirmado Juan Aguirre muy emocionado.

Eva, con una voz que no ha perdido ni un gramo de fuerza ni de verdad, y Juan, con su guitarra inconfundible, han compartido temas como 'Mares igual que tú', 'Rompehielos' o 'Ruido'. Mientras tanto, en todas ellas, el público zaragozano no ha dejado de cantar y dar su máxima energía.

Para dar paso a uno de los momentos más mágicos de la noche, con la canción 'Tardes', Juan Aguirre ha recordado que su letra fue escrita "entre Duquesa Villahermosa y la Avenida Valencia, justo donde está el Montesol".

Este guiño, conocido para "los de aquí", ha sido un abrazo con el que recordar que esta es y será siempre su casa, el lugar en el que la canción 'Libre' tiene más fuerza que nunca.

Levitar entre colores rojos mientras suena 'En el centro de un tornado', sentarse a la luz de las velas con 'Podría haber sido yo' y emocionarse con 'Te recuerdo Amanda' de Víctor Jara, a quien han llamado "eterno".

Como dice la canción 'Resurrección', Zaragoza ha confirmado que ruge muy fuerte 'Hacia lo salvaje' y que Amaral hace que se vaya su melancolía "devolviéndole de nuevo a la vida".

Ha sido una oda a la belleza y a la vida, con míticos temas como 'Kamikaze', 'Moriría por vos', 'Días de verano', 'Cómo hablar' o 'Sin ti no soy nada'.

El público ha sido parte del espectáculo en todo momento al afinar sus gargantas con cada canción, no bajar los brazos con ninguna nota y sentir las canciones, como 'Viernes santo' o 'Podría haber sido yo', con ojos brillantes.

Aunque Amaral canta 'La suerte', este sentimiento de fortuna es compartido y bidireccional, ya que el público también se ha encargado de convertir el Príncipe Felipe en ‘El universo sobre mí’, invocar a ‘Los demonios del fuego’, y conseguir, aunque la noche pudiera ser de dolor, poner anestesia con ritmo.

Y cuando ha llegado “Hasta que la música se acabe”, muchos no querían que llegara ese momento. Sin embargo, el punto final lo han tenido que poner a continuación con 'Pájaros', 'Salir corriendo', 'Marta, Sebas, Guille y los demás' y 'Ahí estás'.

No obstante, a pesar de que lo bueno acaba, Amaral repite este sábado en el Pabellón Príncipe Felipe, una cita que también tiene todas las entradas vendidas y que confirmará que, cuando cantan en casa, no solo se escucha la música sino el latido de una ciudad entera.EFE

1012039

(foto)