Madrid, 12 may (EFE).- El inspector de Policía que instruyó las primeras pesquisas sobre la red de narcotráfico con la que se vincula a Joakim Broberg, hijastro de la alcaldesa de Marbella y exsenadora del PP, Ángeles Muñoz, ha explicado que sospecharon de él al descubrirle en un ferry procedente de Marruecos junto a uno de los principales investigados, previamente señalado por la Policía sueca.
Así lo ha relatado este inspector en su declaración de este lunes, en el juicio que comenzó la semana pasada contra Broberg y otros 24 acusados, once de los cuales han alcanzado un acuerdo con la Fiscalía Antidroga a cambio de reconocer los hechos: fundamentalmente, su relación con una organización dedicada al transporte de hachís y marihuana entre España y Suecia, y que se abastecía de droga en Marruecos.
Según el testimonio del instructor policial, la primera noticia acerca de esta presunta organización partió de una solicitud de vigilancia transfronteriza de las autoridades suecas, que alertaron de la presencia en España de unos "objetivos" que se estaban disputando la distribución de droga en Suecia de forma violenta, con asesinatos incluidos, y que tenían presencia en España, por lo que alertaron de su peligrosidad.
A alguno de ellos, que iban y venían de Suecia, les vincularon con un tiroteo en la discoteca Opium de Barcelona en 2018.
Entre esos objetivos, figuraba el acusado Nils Anders Fischer al que vieron por primera vez con Broberg en una oficina con otro de los investigados, Ivan Cikat. Posteriormente le vuelven a ver en un ferry procedente de Tánger (Marruecos) en el que también viajaba Nils Anders, pero con el que, a pesar de conocerse, no se juntó.
Los dos fueron detectados en ese ferry después de las vigilancias a otro de los primeros investigados, que se embarcó en un ferry de Tarifa a Tánger en un vehículo al que le habían puesto una baliza, que este debió descubrir porque durante el viaje perdieron su geolocalización, con lo que creen que pudo avisar a las personas que le esperaban allí y con las que supuestamente decidió no encontrarse, entre las que se encontrarían Nils Anders y Broberg.
Posteriormente a este hecho, los investigadores detectaron un nuevo indicio de la presunta actividad delictiva del hijastro de la alcaldesa: la compra en un locutorio de varias tarjetas telefónicas holandesas encriptadas para mantener conversaciones a través del sistema Encrochat. Europol pudo descifrar que Broberg utilizó al menos una de ellas para contactar con una persona con el nick 'green colector'.
Las circunstancias en las que fue a Tánger y el uso de comunicaciones encriptadas le hizo pensar que podía "estar relacionado con el tráfico de drogas", ha precisado el inspector de Policía ante el incisivo interrogatorio al que le ha sometido la abogada de Broberg, que se enfrenta a 18 años de cárcel por estos hechos y multa de 30 millones de euros.
Desde ese momento Broberg empieza a ser vigilado, y comprueban que de forma de habitual le acompaña Roberto Bayona, otra de las personas que iba en ese mismo ferry en el que los sospechosos viajaron de separados a pesar de conocerse.
A raíz de esas vigilancias descubren que Broberg abastece a organizaciones que acuden a él para obtener estupefacientes, principalmente suecos que quieren establecer relaciones con distribuidores españoles.
Es él, según el inspector, quien personalmente enseña a esos potenciales clientes muestras de los estupefacientes y Bayona es quien se encarga de contactar con el proveedor y quien hace las entregas.
Tras ser testigos de diversas reuniones de este tipo, muchas a través del coche de Bayona que la Policía tenía sonorizado, los investigadores llegan a la conclusión de que un tal "Rubio" es su principal proveedor.
"Ellos enseñan la muestra a clientes, después se la devuelven y cuando confirman la compra, Rubio la negocia en Marruecos y Roberto hace las entregas", ha resumido así el inspector el 'modus operandi' de Broberg y su presunto socio.
La defensa de Bayona, le ha preguntado por su parte si, pese a afirmar que se le desconocía un trabajo a su cliente, no sabía que era "el hombre para todo de la alcaldesa", y que hacía desde arreglos en la casa a ocuparse de los coches de la familia. "Si lo hacía, yo no tuve conocimiento de eso durante la investigación", ha asegurado el responsable policial.
El juicio continuará este martes con el testimonio de otros partícipes en las pesquisas para el desmantelamiento de esta red. EFE