Madrid, 10 may (EFECOM).- La compra por Sidenor del 29,77 % de Talgo encara en vía muerta su primer hito, el 15 de mayo que se habían dado de plazo ambos, sin apenas avances en torno a la multa de 116 millones de euros que Renfe impuso al constructor, que los bancos exigen renegociar para cerrar la estructura de la financiación.
El propio acuerdo entre las partes contemplaba la posibilidad de una prórroga de un mes, a partir de este 15 de mayo, y, a juzgar por las palabras del consejero de Industria vasco, Mikel Jáuregui, ese aplazamiento se da por hecho, dadas las dificultades para armar la operación.
Las partes implicadas se muestran herméticas sobre el desarrollo de la negociación, pero el consejero Jáuregui ha sido algo más explícito y ha avanzado que espera que para finales de mayo se pueda cerrar la compraventa.
Ha explicado que ahora se está negociando con los bancos la financiación que Talgo necesita a futuro y después se podrá cerrar la venta de la participación del 29,77 % de Trilantic al consorcio que lidera Sidenor, para hacer el cambio de accionista en junio.
"Vamos por buen camino, hay que ir cubriendo la hoja de ruta, aunque nos ha llevado más tiempo del que queríamos, con dos semanas muy intensas y muchas reuniones en Madrid", ha dicho el consejero, que valora la colaboración entre los gobiernos vasco y español, para los que la del consorcio vasco es una opción de "arraigo y representa éxito industrial de Talgo a futuro".
Fuentes de la SEPI -cuya participación para dar respaldo financiero a la operación se ha barajado en el sector- han eludido pronunciarse.
La compra por Sidenor del 29,77 % del capital de Talgo en manos de Trilantic y otros accionistas de la instrumental Pegaso se acordó el pasado 14 de febrero y estaba previsto cerrarla en dos o tres semanas, según los plazos que manejó públicamente el gobierno vasco.
Sin embargo, la multa de 116 millones de euros impuesta por Renfe al constructor por los retrasos de más de dos años en las entregas de los trenes Avril pesa sobre la operación y podría hacerla descarrilar, según reconocía a finales de abril el propio presidente de Talgo, Carlos Palacio, en una carta al presidente de Renfe, Álvaro Fernández Heredia.
Ahí exigía a Renfe la revisión de la multa, que los bancos exigen para firmar la renegociación de la deuda (400 millones) y la estructuración de la financiación para la compra, porque en caso contrario podría acabar "con la historia de una empresa industrial y tecnológica española de vanguardia".
Inicialmente, Renfe ofreció no ejecutar esta sanción hasta 2031 y fraccionarla hasta en 7 años, aunque Talgo tuvo que provisionar esta cantidad en sus resultados de 2024, lo que le llevó a registrar unas pérdidas de 107,9 millones (frente a ganancias de 12,2 millones en 2023).
El principio de acuerdo del pasado 14 de febrero recoge la venta del 29,77 % de Talgo a cinco euros por acción (4,15 fijos y otros 0,85 euros ligados a determinados hitos financieros en 2027 y 2028) al consorcio liderado por el presidente de Sidenor, José Antonio Jainaga, en el que participan también el fondo público vasco, Finkatuz, y las fundaciones Vital y BBK.
El fabricante lleva más de un año en una danza de ofertas reales y otras que no fructificaron que impacta en la gestión de la compañía, según fuentes del sector consultadas por EFE, que destacan que esta situación de cierta interinidad pesa tanto entre los directivos como entre los trabajadores.
La primera oferta en firme fue la presentada por el grupo húngaro Magyar Wagon, en marzo del año pasado, que lanzó una opa por la totalidad del capital, a cinco euros por acción en efectivo, lo que suponía valorar la compañía en 620 millones de euros. Fue vetada por el gobierno español por razones de seguridad nacional.
La opción que siempre apoyó el Ejecutivo, especialmente el ministro de Transportes, Óscar Puente, fue Sidenor, aunque fuentes del sector consideran que este grupo no resuelve los problemas de capacidad industrial de Talgo.
Puente ha defendido en reiteradas ocasiones, que una vez garantizada la "españolidad" de Talgo, con la compra por Sidenor, cabe la posibilidad de dar entrada a un socio industrial.
La polaca Pesa, propiedad del fondo público PFR, -que también mostró su interés en la compañía española e incluso avanzó su intención de lanzar una opa por el 100 %, a cinco euros por acción- quiere tener el control en caso de entrar y por el momento descarta una participación minoritaria.EFECOM
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