Madrid, 8 may (EFE).- Dani Carvajal, futbolista del Real Madrid nacido en Leganés, dio este jueves el pistoletazo de salida oficial a las fiestas de San Isidro, patrón de la capital, a la que calificó como una ciudad de acogida que “está de moda”, que “no se pone frenos” y que tiene por delante un futuro “lleno de oportunidades”.
Carvajal pronunció el pregón en los engalanados balcones de la Casa de la Villa, cuya plaza medieval estaba abarrotada por aficionados madridistas, turistas curiosos y madrileños vestidos de calle o con los típicos trajes de chulapo y chulapa.
“No sé si conocéis al pregonero de este año”, ironizó ante la multitud el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, quien acompañó a Carvajal junto a ediles de todos los grupos políticos del Ayuntamiento.
"A mí, que soy de la otra acera, me suena bastante, la verdad”, dijo el regidor del PP, reconocido aficionado del Atlético de Madrid, antes de enumerar los méritos deportivos de Carvajal:
Tras esas palabras llegó el turno de Carvajal, que, afirmó, subió al balcón de la antigua sede del Ayuntamiento de Madrid no como deportista, sino como un “ciudadano más” y, “sobre todo”, como “madrileño agradecido” por tener el “honor” de ser el pregonero de las fiestas patronales de su ciudad.
El capitán del Real Madrid reconoció que cuando recibió la propuesta del alcalde de ser pregonero de las fiestas se San Isidro estaba atravesando un momento “complicado”, en mitad de una lesión de esas que duelen “en el cuerpo” y en el “ánimo”.
“Cuando uno vive por y para el deporte, quedarse parado es como desaparecer”, pero la propuesta de pregonar las fiestas de San Isidro fue un “chute de energía”, destacó.
Carvajal resaltó que el ofrecimiento de ser pregonero de las fiestas de Madrid, viniendo de un alcalde rojiblanco, le pareció “bonito” y paradigmático de lo que es Madrid.
Porque en la capital quienes tienen “gustos” diferentes o piensan de otra manera “saben encontrarse en lo esencial”, señaló. “Y lo esencial es esta ciudad. Por encima de todas las diferencias está Madrid”, que no es “solo una ciudad”, sino una “actitud”, un “estado de ánimo”, el “contraste” entre la prisa y la calma, agregó.
“Sí, soy de Leganés. Pero eso aquí no importa”, enfatizó el futbolista, que también “representa” a la capital cuando se enfunda la camiseta del Real Madrid, porque ciudad y equipo comparten la misma historia, el mismo “compromiso” y las mismas “ganas” de aspirar “siempre” a lo “más alto”.
Madrid “no conoce límites” y no “se pone frenos”, recalcado el número 2 del Real Madrid, que, antes de terminar su pregón con el típico “De Madrid al cielo”, resaltó que son los vecinos de la ciudad los “encargados” de “seguir haciéndola crecer”. EFE
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