
El acusado de traer a España una chica rumana con discapacidad intelectual para prostituirla lo ha negado en el juicio y ha asegurado que la víctima era su novia --la ha denominado "mujer" aunque no estaban casados oficialmente-- y "no sabía" que tuviera ninguna deficiencia.
"La amo mucho y no puedo hacer eso", ha afirmado este hombre, que también es rumano, al ser preguntado por los hechos durante la primera sesión del juicio que se ha iniciado este martes en la Audiencia Provincial, en el que la Fiscalía le acusa de un delito de trata de seres humanos en concurso con uno de prostitución de persona con discapacidad por el que le pide nueve años de cárcel y una indemnización para la víctima.
También han declarado dos hombres españoles, conocidos del principal encausado, que están acusados de mantener relaciones sexuales con la víctima pese a conocer su condición, dos extremos que han negado (afirman que ni se acostaron con ella ni sabían que tenía discapacidad). Para cada uno de ellos, el Ministerio fiscal pide tres años de prisión y también que indemnicen a la chica.
La acusación particular, que ejerce la víctima, añade a los delitos que ha planteado la Fiscalía, el de agresión sexual continuada, que atribuye a los tres acusados. Por eso, la pena que solicita para el primero suma 19 años y medio de prisión y para los otros quince.
PRIMERA SESIÓN DEL JUICIO
Durante la primera sesión del juicio, que se prolongará hasta el jueves, el principal acusado, asistido por un traductor, ha relatado que en el pasado tuvo una relación sentimental con la víctima en Rumanía y tiene un hijo con ella de 16 años.
Posteriormente, hacia 2019, volvieron a retomarla y, tras vivir unos meses allí, se trasladaron a España (él tenía una casa en Reinosa), para conseguir dinero y luego regresar a su país.
El hombre le dijo a la víctima --que, según el escrito de Fiscalía padece "retraso mental ligero" y no ha recibido formación escolar-- que, durante ese tiempo, iba a trabajar "en la uva" y ella le acompañó.
A preguntas de la Fiscalía y de la acusación particular, ha negado que instara a la víctima a robar ni a prostituirse o que la forzara a mantener relaciones sexuales con él mismo --"ella quería amor, yo no la obligo", ha mantenido--, o bien con sus amigos u otros hombres y "nunca" recibió dinero porque ella se acostara con otras personas.
También ha negado que impidiera a la víctima tener teléfono móvil y comunicarse con otras personas --"le di uno mío", ha indicado--; viajar a su país o salir de casa sin él. Además, ha explicado que él tenía la documentación de ella para que no se perdiera.
Respecto a su relación con los otros dos acusados, ha explicado que uno le hacía de conductor en ocasiones, mientras que al otro "no le conoce".
Estos acusados han negado taxativamente que se acostaran con la víctima, ni pagando ni gratis. "Absolutamente no", ha aseverado el que ejercía de conductos para el principal encausado, que ha explicado que conocía a éste de hacía "unos 15 años" --de las épocas en las que éste estaba en Reinosa-- y eran "amigos".
Ha indicado que, cuando el principal acusado trajo a España a la chica, se la "presentó como su mujer", y él tampoco se percató de su discapacidad ya que se comportaba "normal y corriente", aunque "no la entendía nada porque hablaba en rumano".
También ha señalado que "nunca" vio que el principal acusado tratara mal a la chica, a la que veía "bien" y "sonriendo". Sí que supo que ella a veces quería ir a Rumanía y su pareja le decía "que cuando quisiera" iban. "Ella decía sí y luego no, como una veleta", ha añadido.
Por su parte, el otro acusado ha asegurado que solo conocía "de vista" al principal encausado y a la chica pues vivían a escasos metros de una casa de su familia y ha insistido en que no se ha acostado con la chica "ni con dinero ni sin dinero". "Tengo unos principios. Soy abuelo y padre de familia", ha agregado.
De hecho, ha indicado que no ha hablado ni siquiera con la víctima porque él no habla rumano, idioma de ella.
LA VÍCTIMA
Tras la declaración de los acusados, se ha reproducido como prueba preconstituida la declaración de la víctima en una grabación en la que ha explicado, también con ayuda de una traductora, que ella y el principal acusado han sido "novios", pero ya no. "Yo no quiero", ha añadido la mujer, que, en otro momento del vídeo, afirma que le tenía "miedo" y también ha hecho referencia a "todos los que la han violado".
Ha indicado que antes de venirse a España con el acusado, éste le dijo que trabajaría "en la vendimia" y que le darían "2.000 euros".
Según el escrito de la Fiscalía, el principal encausado, conociendo esa discapacidad de la chica --que el Gobierno de Cantabria ha valorado en un 65%-- "así como los escasos recursos económicos de ella y su familia en Rumanía, donde la mujer ejercía la prostitución como medio de vida", inició una relación sentimental con ella "con ánimo de aprovecharse de la situación de vulnerabilidad".
Tras convivir con ella durante una temporada y haberse ganado su confianza, le propuso que vinieran ambos a España, haciéndole creer "de forma engañosa que aquí viviría en mejores condiciones, disponiendo de dinero suficiente para vivir, dado que trabajarían en la vendimia o recogiendo chatarra".
El acusado "ocultó que sus intenciones reales eran vivir de ella, satisfacer sus propios deseos sexuales y de terceras personas que él determinara e instarla a que cometiera ilícitos penales contra el patrimonio y a que ejerciera la prostitución, beneficiándose de los ingresos económicos que generaran estas actividades".
Ante la negativa de ella a robar, él, según la Fiscalía, "la prostituyó con amigos y conocidos de la localidad donde vivían, creando en una red social un perfil a nombre de ella que él manejaba para establecer los contactos con diferentes hombres".
Dos de ellos, también acusados, vecinos del municipio donde residían, "mantuvieron a propuesta del acusado relaciones sexuales" con ella, "consentidas por esta y a cambio de la consiguiente prestación económica". En estos actos, según sostiene la Fiscalía, ambos acusados eran conocedores de la situación de discapacidad intelectual de la mujer.
La situación se mantuvo hasta que la víctima se escapó del domicilio y fue localizada por las calles "muy temerosa, portando un cuchillo".