Una romería conmemora la desaparición de un pueblo de Zamora hace 58 años

La romería de la Santa Cruz reúne en Villar del Buey a los descendientes de Argusino, un pueblo zamorano inundado en 1967, promoviendo el recuerdo y la convivencia entre sus habitantes dispersos por España

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Alberto Ferreras

Villar del Buey (Zamora), 4 may (EFE).- La romería de la Santa Cruz ha reunido este domingo a los pies del embalse de Almendra a los antiguos vecinos y descendientes de la localidad zamorana de Argusino, un pueblo desaparecido hace 58 años por la construcción del que es actualmente el tercer mayor pantano de España en extensión y el primero en altura de caída del agua.

La romería se celebra en una zona de encinares, campo y terreno yermo situada a orillas de ese embalse, en el término municipal de Villar del Buey (Zamora), en el lugar más próximo al que se ubicó el pueblo y del que en verano, algunos años, aún pueden verse los restos de las edificaciones cuando el embalse está más bajo.

La presidenta de la asociación Argusino Vive, Laura Fernández, ha explicado a EFE que la romería se celebra desde hace más de cincuenta años como forma de reunir en una jornada de convivencia, inicialmente a los vecinos de Argusino, y ahora principalmente a sus descendientes.

Cuando se marcharon de sus casas, en 1967, a los casi medio millar de vecinos que entonces vivían en Argusino no se les ofreció la posibilidad de reconstruir el pueblo en otro lugar y además no se fueron todos a la vez, lo que dificultó que pudieran ubicarse juntos en otro sitio.

"Están desperdigados por casi todas partes de España y hay mucha gente mayor que tiene 80 o 90 años y problemas para desplazarse a la romería porque están con sus hijos en lugares como Barcelona, Tarragona o Madrid", ha indicado Laura Fernández para justificar que la romería suele congregar únicamente a medio millar de 'hijos de Argusino' y por ello en verano se organiza otra actividad de convivencia más numerosa.

Unos años después de que el pueblo quedara anegado bajo las aguas del pantano, las aportaciones vecinales permitieron construir una ermita en la que vecinos y descendientes de Argusino se reúnen cada primer domingo del mes de mayo.

Este año, por primera vez, se puede además recordar a los seres queridos ya fallecidos, ya que el pasado verano se inauguró junto a la ermita un columbario para que los restos mortales de nativos y descendientes de Argusino puedan recibir sepultura en el lugar más cercano al pueblo.

Hace ocho años, coincidiendo con el cincuenta aniversario de la desaparición de ese municipio zamorano, la asociación Argusino Vive promovió que el embalse de Almendra cambiara su nombre para recordar a la localidad que quedó anegada bajo las aguas sin posibilidad de reconstrucción, con el fin de que su nombre no quedara en el olvido.

Esa iniciativa, tal y como ha recordado Laura Fernández, se quedó en el tintero porque fue rechazada por las Cortes de Castilla y León, y pese a ello, los hijos de Argusino mantienen sus reivindicación y su cita anual para que el pueblo inundado para dar paso al progreso de la energía hidroeléctrica continúe en la memoria colectiva. EFE

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