Lilja Ingolfsdottir: "Es muy difícil ser madre y tener una vida laboral al mismo tiempo"

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Barcelona, 1 may (EFE).- La cineasta Lilja Ingolfsdottir dedica su debut en el largometraje a la maternidad, a las relaciones de pareja y a las rupturas con 'Adorable' (Loveable), un filme que explora aspectos de la mujer que "rara vez se ven en el cine" y que retrata la dificultad de "ser madre y tener una vida laboral al mismo tiempo".

"La idea surgió de una experiencia muy personal, de una crisis con mi esposo hace años", explica Ingolfsdottir en una entrevista con EFE, aunque asegura que la película no trata sobre la tensión entre un hombre y una mujer, sino sobre el "material más profundo" que uno aporta a una relación, los "asuntos psicológicos" y las "barreras" que se construyen "contra el amor".

Maria (Helga Guren) hace malabarismos con cuatro hijos y una carrera exigente mientras su segundo marido, Sigmund, viaja todo el tiempo, hasta que un día se enzarzan en una discusión que lleva a Sigmund a pedirle el divorcio.

"Hay mucho de mí en ella", reconoce la directora, pero asegura que al principio tuvo que "mantenerse distante", hasta que comprendió que está muy unida al personaje y que quería mostrar todo lo que hay detrás de una ruptura.

"A menudo pienso que crecimos con la historia de Disney que dice que si encuentras a la persona perfecta, ésta satisfará todas tus necesidades, cumplirá todos tus deseos y serás feliz para siempre". "Es la mayor mentira de la historia, una sola persona no puede satisfacer todas tus necesidades", sentencia la cineasta.

La película es realmente una crítica a la sociedad, que presiona a las mujeres a "vivir sanas, hacer ejercicio, estar presentes y amarnos, y esto es imposible".

Así, asegura que aunque "todas las parejas modernas" se encuentran bajo esta presión, son las mujeres las que pueden "identificarse más" con la película, pues "están mucho más conectadas con sus hijos".

"Conozco a directores con seis hijos y todo va bien; pero también hay mujeres con un solo hijo y es muy diferente porque sienten la responsabilidad de un modo distinto", señala la cineasta.

Lilja Ingolfsdottir tenía muchas ganas de explorar estos aspectos de la mujer que "rara vez se ven en el cine", pues asegura que a menudo se ve como un "objeto de deseo" o una "víctima".

Y se preguntó: "¿Qué tal si creo una mujer que sea un ser humano real?".

De esta manera, asegura que no se ve la "ira femenina" en el cine, y que el enfado de las mujeres se debe, en muchos casos, a la impotencia.

Así que cuando empezó a idear el filme, se dio cuenta de que estaba entrando en una especie de tabú femenino, y se preguntaba: "¿De verdad quieres mostrar a una mujer así, enfadada?".

Pero tras el lanzamiento de la película, gente de todo el mundo le escribía diciéndole: "Soy yo. La película soy yo. Es mi vida. Es mi madre. Es mi marido".

Ingolfsdottir señala que uno de sus objetivos era romper con la idealización de la madre perfecta. "Las madres que no tienen apoyo no pueden ser buenas madres", afirma, pues en su opinión, muchas mujeres hoy en día están solas, sin respaldo familiar y sin trabajo; "Sin apoyo, la maternidad no es fantástica, es terrible", resume.

La cineasta también destaca el trabajo de Helga Guren, que encarna a María, por su "autenticidad y profundidad emocional", y explica que "aporta matices distintos en cada escena", especialmente en aquellas donde el dolor y el llanto están muy presentes. EFE

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