María Requena
Alcoy (Alicante), 14 abr (EFE).- La caja fuerte del edificio neoclásico que albergó en el siglo XX la sucursal del Banco de España en Alcoy (Alicante) custodia la memoria reciente de esta ciudad con una larga tradición industrial, al albergar el archivo histórico municipal.
En 1884, Alcoy se convirtió en uno de los pocos casos de ciudades que no eran capital de provincia con una sucursal del Banco de España y lo hizo por su marcado peso social, económico y sobre todo industrial, que obligaba a disponer de moneda suficiente para el pago semanal en efectivo de las nóminas de los trabajadores.
El Banco de España ocupó diferentes sedes provisionales hasta que en 1927 se construyó un monumental edificio de estilo Art Decó que, con grandes columnas y frontones decorados, fue ejecutado por tres arquitectos: el madrileño José de Astiz Bárcena, el asturiano Luis Menéndez Pidal y Álvarez y el alcoyano Vicente Valls Gadea.
El conjunto arquitectónico disponía de un refugio antiaéreo en su interior, con alumbrado eléctrico y pavimentado, construido durante la Guerra Civil, y coincidiendo con el cierre de estas oficinas, en el año 1982, el Banco de España donó el inmueble al ayuntamiento para uso cultural, tras lo cual fue rehabilitado para una biblioteca pública y el archivo municipal.
El archivo se halla en una caja fuerte que ocupa la planta baja y nada más entrar lo primero que llama la atención es una puerta que solamente se puede abrir girando tres llaves diferentes que custodiaban el director, el interventor y el apoderado, de manera que si no estaban presencialmente los tres a la vez, la gran caja fuerte no se podía abrir.
El director del archivo municipal, Josep Lluís Santonja, ha mostrado a EFE algunos de los documentos más prestigiosos y antiguos conservados en este sótano, entre ellos el considerado más antiguo de la Comunidad Valenciana como es el borrador del Acuerdo de Justicia de 1263 a 1265 de la época de Jaume I, con convenios judiciales que se iban a pasar a limpio, lo que explica una caligrafía complicada de entender.
También se encuentra entre sus estantes un texto del Convenio de Sant Agustí de Alcoy procedente de una biblioteca medieval, uno de los primeros libros hechos con la imprenta, editado en Venecia y en el que se observan todavía anotaciones de los frailes que lo conservaban.
Otra de las cuestiones que llaman la atención es el bilingüismo en el medievo, y el archivo conserva cartas que provienen de la época en la que confluían dos culturas en la zona de las comarcas alicantinas de l’Alcoià i el Comtat, con correspondencia que se enviaba en castellano y se respondía en árabe por la otra cara de la misma hoja.
Entre estas misivas se pueden leer acuerdos de precios y entregas entre tejedores y fabricadores de trapos de Alcoy, que adquirían la lana en la cercana localidad de Benilloba, así como reclamaciones de deudas y sus contestaciones.
Un documento que también se conserva con especial cariño en el sótano de este edificio es la constancia del milagro de la Virgen de los Lirios, patrona de la ciudad, cuyo milagro es uno de los pocos que está representado y acompañado de un dibujo.
El documento más importante del archivo a nivel institucional es la Real Cédula de Isabel II, que concede el título de ‘ciudad’ a Alcoy, con la firma de la reina mediante un sello lacrado con el emblema de la reina: una ‘I’ y un ‘2’.EFE
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