El objetivo del nuevo enfoque de la UE para el Sahel: encontrar intereses compartidos que permitan cooperar

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La UE se encuentra inmersa en la elaboración de un nuevo enfoque con el que afrontar su relación con los países del Sahel en un momento en el que el distanciamiento con Malí, Burkina Faso y Níger es más que notorio, pero al mismo tiempo se es consciente de que hay que hablar con las juntas que les gobiernan, y entre los europeos, en particular los socios del sur, hay un incipiente temor a la presencia rusa en esta región y las amenazas que emanan desde allí.

El encargado de la elaboración de este nuevo 'approach' en la jerga europea es el enviado especial de la UE para el Sahel, Joao Cravinho, en el cargo desde el pasado mes de diciembre y quien durante su paso esta semana por Madrid explicó que aún está en la fase de escucha para poder contar con todos los elementos que le permitan elaborar el documento.

Su cometido pasa por "entablar diálogo con todos los países del Sahel", incluidos los tres del Sahel central actualmente gobernados por juntas militares, así como "la vecindad más amplia", explican a Europa Press fuentes del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEA), del que depende Cravinho, antiguo ministro de Exteriores de Portugal.

En el "corazón" de lo que será el nuevo enfoque, precisan las fuentes, estará "identificar intereses mutuos" con estos países "como la base para la posible cooperación" en un futuro, al tiempo que dejan claro que "variará país por país dados los diversos contexto del Sahel", una región que arranca en Mauritania y termina en Sudán.

HABLAR CON LOS MILITARES

Para encontrar esos puntos en común, tal y como sostuvo Cravinho en el acto en el que participó en EsadeGeo esta semana, es necesario hablar con las juntas militares. "No nos podemos permitir el lujo de decir que no nos gustan porque llevan uniformes", sostuvo el enviado de la UE, entre otras cosas porque "estos regímenes que han llegado al poder de forma inconstitucional no van a desaparecer de un momento a otro".

Según explicó, si algo ha podido constatar en los meses que lleva en el cargo y en los contactos que ha mantenido, el diálogo europeo con los países del Sahel central "estaba muy degradado" principalmente por "una incapacidad mutua de escuchar al otro y explicar lo que es importante para nosotros".

En estos países, no se entendía bien lo que querían los europeos e incluso se veía con suspicacia su ofrecimiento de asistencia porque se pensaba que había algún tipo de "agenda detrás" cuando, según Cravihno, los europeos no tienen "nada que esconder" aunque sí unos intereses en lo que se refiere a la estabilidad del Sahel.

EL ACERCAMIENTO A RUSIA NO FUNCIONA

Así las cosas, dejó claro que "es más útil cuando los explicamos y buscamos la convergencia" con los intereses de estos países máxime cuando, según él, están empezando a comprobar que su acercamiento a Rusia, en particular en el caso de Malí y en menor medida en el de Burkina Faso y Níger, no está teniendo los resultados esperados.

Una de las razones detrás de la ola de golpes de Estado que comenzaron en Malí en agosto de 2020 y culminó en Níger en julio de 2023, con un segundo golpe en el primer país y dos también en el caso de Burkina Faso, fue precisamente el malestar de los militares con cómo se estaba llevando a cabo la lucha contra el yihadismo.

Estos tres países se han convertido actualmente en el principal escenario terrorista a nivel mundial. Según el Índice de Terrorismo Global 2025, esta región contabilizó el 51% de los muertos a nivel mundial y el 19% de los ataques. Además, cinco de los diez países más afectados por el terrorismo están en esta parte de África y Burkina Faso es el país más castigado a nivel mundial.

Las juntas militares vieron además en Occidente, y más en concreto en Francia, su antigua potencia colonial, a uno de los responsables del deterioro de la situación, ante el fracaso que las distintas operaciones antiterroristas tuvieron para frenar la expansión del yihadismo. Por ello, todas ellas rompieron con París y forzaron la salida de las tropas francesas, lo que en el caso de Malí también se hizo extensible a la Misión de la ONU, así como a la misión de la UE, que también tuvo que poner fin posteriormente a sus misiones en Níger.

Los tres países pusieron su mirada entonces en Rusia, que les ha brindado apoyo militar tanto en forma de equipamiento como en el caso concreto de Malí, en forma de efectivos, con el despliegue de mercenarios del grupo Wagner, ahora reconvertido en Africa Corps y bajo el control del Ministerio de Defensa ruso. Según sostuvo Cravihno, ahora son conscientes de que la respuesta militar sola no es suficiente y que el apoyo ruso tiene "límites".

En este sentido, se mostró convencido de que la UE tendrá que abordar la cuestión de la seguridad en el Sahel en algún momento, sin que ahora mismo haya margen para una "intervención" europea, pero sí que hará falta "apoyar militarmente" a estos países que, según él, ahora se muestran "más receptivos" de lo que lo estaban antes.

HAY QUE ENTENDER SU DISCURSO SOBERANISTA

Por otra parte, Cravinho advirtió de que la UE debe "tomarse en serio" el discurso soberanista panafricanista que emplean las juntas militares, para las que les resulta "muy difícil aceptar la asistencia humanitaria", ya que eso pone de manifiesto su incapacidad para resolver los problemas, pero ven mejor la ayuda al desarrollo.

Así pues, defendió, se trata de algo que la UE tiene que "saber trabajar y hacerlo de forma sensible". En este sentido, llamó la atención sobre la necesidad de encontrar nuevos instrumentos de cooperación con estos países. Actualmente, indicó, la cooperación al desarrollo europea se enfoca en grandes proyectos, como los financiados por el Global Gateway, "poco compatibles con la realidad" en el Sahel, o en la ayuda humanitaria.

Entre ambos hay una distancia enorme, por eso la UE ya está trabajando para "desarrollar instrumentos más pertinentes", señaló. "Va a llevar tiempo", admitió Cravihno, incidiendo en que "el Sahel es un buen ejemplo de por qué necesitamos otro tipo de cooperación" en la UE.

Asimismo, advirtió de la importancia de contribuir al desarrollo de estos países, donde la población es mayoritariamente joven y donde la falta de oportunidades empuja a muchos a buscar una vida mejor en otros lugares, incluida Europa. En este sentido, "si no sabemos trabajar en el Sahel y con el Sahel las dinámicas migratorias van a continuar", previno Cravinho.