Besos en el arte, 15 escenarios de sensualidad, ternura y drama

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Madrid, 13 abr (EFE).- De la pasión de los besos de Roy Lichtenstein al de Judas de Giotto, de Rodin a Géricault o el celebérrimo y archirreproducido de Klimt, el arte ha plasmado sensualidad, dramatismo y ternura a partes iguales en la representación de un beso que celebra su día internacional este domingo.

En la mejilla, en los labios, en la frente o en la mano, el beso es un acto de amor, de respeto, de familiaridad, de saludo o pleitesía que llena los museos con pinturas y esculturas.

'El primer beso' (1891) es el óleo en el que Viniegra y Lasso de la Vega une a Adán y Eva en el paraíso en una actitud erótica en el que desnudos, tumbados en el campo, él coge con la mano una serpiente.

La traición la plasma Giotto en 'El beso de Judas', la señal que significaba la entrega de su maestro.

Romántico donde los haya es el lienzo de Franceco Hayez, no en vano uno de los grandes del romanticismo italiano. A él pertenece 'El último beso de Julieta y Romeo', considerada una de sus obras maestras, aunque no la única en la que el beso es protagonista.

El brillo que destila el cuadro del austriaco Gustav Klimt, decorado con láminas de plata y pan de oro, inspirado en las teselas de los mosaico bizantinos, atrapa la mirada hacia dos amantes que parecen suspendidos en una burbuja, aislados del mundo, en un momento de intimidad.

Marc Chagall realiza una fantasía sobre el amor al hacer levitar en 'El aniversario' a un hombre y una mujer en ese momento de fusión.

El pintor francés Théodore Géricault realizó algunos dibujos en carboncillo con una gran carga erótica "con un toque de lirismo", apunta Mar Borobia, jefa del área de Conservación de Pintura Antigua del Museo Thyssen, como se puede contemplar en su obra 'El beso' (1816), donde una pareja desnuda se abraza en una cama revuelta.

Rene Magritte, sin embargo, tapa la cara con un velo a los protagonistas de 'Los amantes' uniendo sus labios.

Una de las últimas obras de Picasso fue 'El beso' (1969), pero no la única con ese título. El pintor malagueño dibujó en 1899 a una pareja en la misma actitud a lápiz en un papel; y firma otro lienzo en 1925 con una nueva y agresiva manifestación del amor.

Dos personajes de la divina comedia, Paolo y Francesca, inspiraron a August Rodin para realizar la escultura 'El beso', un momento de infidelidad descubierto por el esposo y hermano de él.

Una pieza que se equipara en sensualidad a la de Antonio Canova que representa a Cupido y Psique.

Uno de los representantes del pop-art, Roy Lichtenstein utilizó el lenguaje de las imágenes de cómic, con tramas de puntos y colores, para pintar besos con mujeres emocionadas, con lágrimas sobre sus mejillas, donde el espectador tiene que elegir si son de alegría o tristeza.

El norteamericano Andy Warhol, artista de la cultura popular, se limitó a pintar de manera colorista cuatro sensuales labios abiertos que alientan a besar a la espera de ser correspondidos.

Pero la muestra total de arte popular callejero se concentra en el icónico y fraterno beso entre Leonid Brézhnev y Erich Honecker (Berlín, 1961) que el grafitero ruso Dmitri Vrúbe pintó en el muro de Berlín en 1990, y que se puede visitar en la galería de arte al aire libre situada sobre los restos del Muro de Berlín. EFE

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