Carla Aliño
València, 12 abr (EFE).- El Ayuntamiento de València busca controlar el exceso de palomas existente en la ciudad, cuya población ha crecido exponencialmente en los últimos años y genera ya un "verdadero problema higiénico y sanitario en entornos como mercados, plazas, colegios o centros de salud".
Según señalan a EFE desde el área municipal de Bienestar Animal, que dirige Juan Carlos Caballero, la población de palomas ha aumentado cerca de un 60 % desde 2021, al pasar de las 22.000 contabilizadas ese año a las más de 35.000 que hay en la actualidad.
Explican que el anterior gobierno local aplicó políticas esterilizantes con la distribución de puntos de alimentación pero muchos de esos alimentadores no han funcionado, y en estos momentos la sobrepoblación de estas aves es "un auténtico problema" para València.
"No hay barrio o distrito que no tenga problemas de exceso de población de palomas. En todos han aumentado las quejas por la presencia de estos animales", aseguran desde esta Concejalía, que ha iniciado el proceso para poner solución a esta situación.
Para ello, se ha adjudicado a la empresa Lokímica, con experiencia en el control de avifauna, el contrato para el control de la población de palomas y estorninos de València, y como primer paso, la adjudicataria hará un estudio de los "puntos negros" de la ciudad para diseñar un plan de control más intenso en esas zonas.
"El primer paso es tener ese estudio de las zonas más problemáticas para tener un censo real de palomas y estorninos, y establecer medidas de control acordes a lo que refleje el estudio", afirman.
Además, y de forma complementaria, se redistribuirán los comederos en aquellos lugares de la ciudad donde sean efectivos, y se complementarán también con otros mecanismos de control de la sobrepoblación, como la captura selectiva de palomas y su traslado a palomares ecológicos en la ciudad o en zonas rurales.
Desde la Concejalía aseguran que en todo momento se garantizará el bienestar de los animales y remarcan que en ningún caso se sacrificará ningún ave.
Destacan que el problema detectado de los últimos años es que el Gobierno anterior optó solo por una de las vías para el control de la población de palomas, los comederos con pienso esterilizante, pero esa medida por sí misma no es suficiente si se tiene en cuenta que las palomas encuentran comida de forma muy fácil.
De hecho, la ordenanza de limpieza urbana de València prohíbe en su artículo 6.14 depositar comida para animales en la vía publica, salvo autorización específica.
Pero la realidad es que el problema con las palomas no radica tanto en que haya personas que las puedan alimentar, sino en que tienen un fácil acceso a las comida en mercados, terrazas, bares o patios de colegios, entre otros espacios.
El contrato con Lokímica también prevé la realización de una serie de acciones de concienciación para evitar la alimentación de este tipo de animales por parte de la ciudadanía.
Además, contempla otros elementos de control complementarios, tanto para palomas como para estorninos, como cañones de aire para modificar el hábitat de los estorninos en los puntos donde causen problemas o molestias en función de los datos que arroje el estudio.
En cuanto a las palomas, también se estudian otras medidas como identificar puntos de anidamiento para impedir su acceso, en especial en zonas sensibles como centros sociales, de salud, centros educativos o inmuebles que son patrimonio cultural. EFE