Investigado un comisario por acoso sexual y lesiones a su ayudante en la embajada en India

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Madrid, 11 abr (EFE).- La Audiencia Nacional investiga a un comisario hasta hace poco destinado en la Embajada de España en la India por acosar y hostigar durante meses a su ayudante, que ha denunciado que le dio un beso en la comisura de los labios sin su consentimiento y que la llegó a amenazar y a lesionar, incluso en público.

El comisario Emilio de la Calle, cesado ya de sus funciones como consejero de Interior de la citada Embajada y suspendido desde hace semanas, debe declarar el 21 de abril como querellado por delitos de acoso sexual y laboral, lesiones, amenazas, agresión sexual y contra la intimidad de quien fuese su ayudante en la legación diplomática.

El juez Francisco de Jorge, titular del Juzgado Central de Instrucción 1, quiere escuchar su versión y la de la víctima -citada el 12 de mayo-, después de admitir a trámite la querella de esta última al ser la Audiencia Nacional competente por haberse cometido los hechos, presuntamente, en el extranjero por un español.

La mujer, también subinspectora de Policía, denuncia en su querella haber sido víctima de un hostigamiento "permanente en el tiempo", de un control "sistemático" sobre su vida, e incluso haber recibido collejas del comisario, entre otras lesiones.

"¿Qué hago? ¿Te pego? ¿Te doy una hostia? Sí, a ver si con un ojo morado...". "Te he dado una colleja, porque no me... Sí, te he dado una colleja y te la volveré a dar". Frases como estas le dijo el comisario a la subinspectora hace apenas unos meses, según unas grabaciones aportadas al juzgado.

La querella, presentada por el despacho Frago & Suárez Abogados, relata que el acoso se produjo desde que la subinspectora entró a trabajar en la Embajada de España en la India como personal de apoyo operativo, en julio de 2024, hasta que denunció los hechos por vía interna ante la Dirección General de la Policía, el mes pasado.

Denuncia que su superior la denigraba, la "insultaba y descalificaba gratuitamente", la acosaba incluso fuera de su horario laboral, miraba sus mensajes de móvil pese a su oposición y la llamaba y escribía a diario hasta el punto de decirle: "Que te vayas al baño con el teléfono, que cagues con el teléfono".

La querella también relata un episodio en el que, el pasado 14 de febrero, cuando la subinspectora sufrió un desmayo "fruto del estrés acumulado" y se encontraba indispuesta en su casa, el comisario se acercó y "mientras le acariciaba la mejilla, le dio un beso en la comisura de los labios que ella no consintió" ni "estaba en disposición de consentir".

Este episodio y otros "comportamientos con connotaciones sexuales" fundamentan, según la querella, la acusación por el delito de agresión sexual.

Los abogados Juan Antonio Frago y Verónica Suárez han aportado grabaciones en las que el comisario le decía expresiones como "Vete a casa, date una ducha, saca el Satisfyer"; "¿tan gilipollas eres?; o "que te doy una hostia que te vuelvo loquita, eh. Escúchame, que te doy una hostia, que estás otra vez haciendo gilipolleces. No me toques los cojones".

La subinspectora también relata que en un acto en la Embajada de Hungría, el comisario la sujetó del brazo "violentamente", "la empujó y la dirigió" a un sitio apartado "para abroncarla" después de que ella estuviese hablando con un chico durante un discurso.

Estos hechos motivaron que el cónsul de la Embajada le mandase un mensaje en el que lamentaba no haber intervenido después de que su jefe la agarrase "violentamente del brazo", un comportamiento "inaceptable" en Hungría, dijo, y confesó que quiso hablar con el comisario pero un colega le "contuvo".

La subinspectora denuncia también que el comisario frecuentaba su domicilio, vigilaba su rutina, la conminó a hundirle la carrera y llegó a aislara socialmente, al prohibirla tener contacto con numerosas personas que, sin base alguna, "consideraba peligrosas".

Además de la denunciante y el comisario, el juez ha citado el 28 de mayo a los peritos que elaboraron informes sobre las "secuelas psicológicas" sufridas por la subinspectora.EFE