El PP recupera espacio en la cúpula de un Partido Popular Europeo en máximos históricos

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Bruselas, 9 abr (EFE).- La nominación de la portavoz del PP en la Eurocámara, Dolors Montserrat, para convertirse en la nueva secretaria general del Partido Popular Europeo sitúa a la formación española de nuevo en la cúpula del PPE en pleno máximo histórico de este partido, dominante en las tres instituciones europeas y que, por primera vez desde 2021, estará pronto al frente también de Alemania.

Doce jefes de Estado y de Gobierno, catorce comisarios europeos, el grupo más numeroso en la Eurocámara y las presidencias de la Comisión Europea y el Parlamento Europeo completan la nómina de cargos que amasa la familia popular europea, que da por superados los años de relativa sequía en los que no lideraban ninguna de las principales economías del continente y los socialdemócratas o liberales pujaban alto.

El presidente del PPE, Manfred Weber, reconocía este miércoles en rueda de prensa que su penúltimo congreso, celebrado en Rotterdam (Países Bajos) en 2022 y en el que él fue elegido para liderar la formación, coincidió con un momento complicado para el partido.

"Desde entonces, hemos ganado 18 elecciones", celebró.

Los últimos comicios al Parlamento Europeo, en los que el PPE fue el único partido proeuropeo que ganó escaños, confirmaron este cambio de tendencia y otorgaron a los populares una doble mayoría sin precedentes en el hemiciclo europeo, tanto con los grupos tradicionalmente proeuropeos a su izquierda como con los conservadores y la extrema derecha.

Con una relación deteriorada con el que a día de hoy es aún su secretario general, Thanasis Bakolas, Weber lleva desde 2023 consolidando su acercamiento a los populares españoles, la segunda delegación nacional más potente dentro del PPE tras los alemanes del propio Weber, también con vistas a que Feijóo pueda llegar a la Moncloa en un futuro próximo.

En esa remontada a nivel europeo, el PP español ha jugado un papel relevante: liderados por Montserrat en las elecciones europeas, llegaron a casi duplicar su número de escaños en la Eurocámara respecto a la legislatura anterior (22 frente a 13).

Con Montserrat, la secretaría general del partido, cargo de confianza del presidente, vuelve a manos españolas después de que Antonio López Istúriz ocupara este cargo durante dos décadas, entre 2002 y 2022, y que antes de él lo hiciera Alejandro Agag en los dos años previos.

Además, por primera vez en la historia del partido, una mujer ostentará este cargo, al que Weber quiere dar un tinte más político en busca de una nueva narrativa para que los democristianos europeos afronten la nueva incertidumbre geopolítica global.

Dentro de la formación no pasa desapercibida, sin embargo, la acumulación de cargos que tendrá Montserrat: jefa de la delegación española en los populares del Parlamento Europeo, vicepresidenta del grupo parlamentario y miembro del comité ejecutivo nacional del PP, además de su labor en el PP catalán, a lo que ahora se suma la secretaría general del partido europeo.

Fuentes del PPE dan por sentado que Montserrat tendrá que dejar alguna de estas responsabilidades, probablemente en el Parlamento Europeo, para dedicarle tiempo a un cargo en el que Weber quiere contar con ella para "desarrollar una estrategia y un programa político a futuro".

Su nominación también pone punto y seguido a unos meses algo tensos en la relación entre el PP español y su familia política europea, particularmente desde que el PP tratara de bloquear la nominación de Teresa Ribera a la vicepresidencia de la Comisión Europea y frenase de esa manera la aprobación del equipo de comisarios al completo, una iniciativa que Weber apoyó en un inicio pero terminó dejando caer.

Los españoles fueron de las pocas delegaciones del PPE que no votaron a favor de ese equipo de comisarios de Ursula von der Leyen, en contra del criterio de su partido.

Más recientemente, el PP trató de cambiar la localización de la sede del congreso desde Valencia a Madrid para evitar las protestas por la gestión de la dana y contra la figura del presidente valenciano, Carlos Mazón, pero el PPE rechazó hacerse cargo de los costes que hubiera implicado la cancelación de los contratos en la capital del Turia, que podrían haberle traído problemas en una potencial auditoría por no estar justificados. EFE

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