Capturas accidentales de delfines: el debate que surca la costa gallega

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Carlos Alberto Fernández

Vigo, 7 abr (EFE).- En la playa del Castro de Baroña (A Coruña), los cadáveres de tres delfines se descomponen en el arenal al no contar con acceso rodado para poder retirarlos. Cada vez es más frecuente hallar a estos cetáceos varados en las playas. Los ecologistas señalan a las capturas no deseadas, un debate que surca la costa gallega.

La ONG gallega Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (CEMMA) dedicada al estudio y divulgación atribuye esos hallazgos, principalmente, a esas capturas accidentales en el mar, mientras que el sector señalado se defiende y advierte de que cumplen la normativa vigente.

Fue la ONG ecologista Sea Sheperd France la que puso el foco en la costa gallega a finales de marzo. Publicó imágenes de delfines comunes capturados por un par de barcos de arrastre pelágicos frente a Vigo.

Desde 2018, trabajan en el problema de las capturas accidentales de delfines en el Golfo de Vizcaya. Advierten de que "es evidente" que los pescadores no tienen "ningún interés en capturar delfines", que no es "agradable" ver a esos animales que morir asfixiados en las nasas, pero abogan por "no minimizar el problema, sino enfrentarlo y buscar soluciones".

En un vídeo que han divulgado, siguen a dos pesqueros en un par de jornadas de faena. Registran con las cámaras los delfines que aparecen en las redes y que son soltados, muertos, al mar. Aseguran haber contabilizado unos veinte en un primer seguimiento y otros cuatro o cinco en el segundo, por la noche.

En la oscuridad, afirman que, mientras uno de los barcos subía la red, el otro les "persiguió e intentó evitar, con maniobras de intimidación", que se acercaran.

Los barcos grabados están adscritos a la Cooperativa del Mar Santa Uxía de Ribeira, que esgrime a EFE que esas embarcaciones han sido "perseguidas y se han sentido acosadas" por la de los ecologistas. Reclaman el derecho de las tripulaciones a trabajar.

En esa entidad, piden a los denunciantes rigurosidad, porque "no se puede hablar de veinte delfines muertos cuando en las grabaciones se ven bastantes menos".

Desde la cooperativa, afirman que "se saca de contexto una problemática" sobre los cetáceos porque en realidad -sostienen- es el reflejo de una evidencia: su "población ha aumentado".

Admiten que las capturas accidentales se dan aunque "se pongan todos los medios" para evitarlas.

Y en todo caso, sostienen que hay una normativa que establece la forma de actuar para evitar capturas accidentales en el arrastre de litoral y para abordar las que se acaban produciendo.

De manera preventiva, los arrastreros deben colocar 'pingers' -dispositivos acústicos que ahuyentan a los delfines y otros mamíferos marinos de las redes de pesca- en los aparejos. "Los barcos lo cumplen, por lo menos nuestros asociados", aseguran.

También mencionan que "ante una captura", si el cetáceo está vivo, deben devolverlo al mar y anotarlo en diario electrónico de pesca; y si está muerto, traerlo a tierra en el barco si tiene capacidad en las bodegas y, en el caso de que no lo haya, anotar la incidencia y echarlo al agua.

"Eso es lo que están haciendo los armadores. No puedes criminalizar a nadie que está cumpliendo la normativa", sentencian desde la Cooperativa de Ribeira.

La Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (CEMMA) pone también el foco en esas capturas que son "no deseadas". Y va más allá: "El problema es cuando la captura accidental se convierte en un problema estructural", asegura a EFE el biólogo de esa ONG Alfredo López.

Señala que el año pasado se contabilizaron unos 700 varamientos de delfines en Galicia y llama la atención sobre que en solo tres meses de 2025 se han registrado más de 200, datos "muy espectaculares".

Lo contextualiza con una comparativa: en un trimestre en Galicia, ha habido más que en todo el norte cantábrico junto a lo largo de un año. Y precisa que para saber los que "hay en el mar" habría que multiplicar esa cifra por cuatro. EFE