Belén Delgado
Madrid, 6 abr (EFE).- La ofensiva arancelaria del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está empujando a los exportadores españoles de alimentos y bebidas a la compleja tarea de buscar destinos alternativos, como sucede en otros países penalizados por Washington con sus gravámenes.
En 2024, España exportó a EE.UU. productos agroalimentarios y pesqueros por valor de 3.600 millones de euros, de los que unos 1.100 millones correspondieron al aceite de oliva y casi 335 millones al vino.
Después de que el 2 de abril Trump anunciara un arancel del 20 % a los productos importados de la Unión Europea (UE), fuentes de esos dos sectores reconocen que, a corto plazo, resulta "muy difícil" colocar en otros mercados el volumen vendido a EE.UU., donde los consumidores tienen mayor poder adquisitivo y valoran el producto.
El presidente de Cooperativas Agroalimentarias de España, Ángel Villafranca, ha asegurado a EFE que no existe "un sustituto de la noche a la mañana" y costará "un trabajo importante", pero "tampoco hay que tirar la toalla y todo el esfuerzo que venga de las campañas de promoción del producto español, bienvenido sea".
Las cooperativas son partidarias de buscar nuevas alianzas comerciales y diversificar opciones, algo que contempla el plan del ICEX anunciado el jueves por el Gobierno -el plan de respuesta, en total, contempla 14.100 millones entre nueva financiación e instrumentos existentes- para ayudar a los sectores afectados a afianzar su posición en EE.UU. y acceder a nuevos mercados.
El sector también está pendiente de las oportunidades que puedan surgir de manera indirecta por las tensiones comerciales desatadas entre EE.UU. y Latinoamérica y China.
No obstante, el director general de la Agrupación de exportadores de almendra y avellana de España (Almendrave), Jorge de Saja, rebaja las expectativas y habla de las dificultades en el caso de la almendra.
España es el segundo productor mundial, con una cuota del 8 %, por detrás de Estados Unidos (74 %), pero está lejos de cubrir las necesidades de la UE, que satisface un 60 % de su demanda con importaciones.
Las limitaciones de la producción española impiden que pueda reemplazar el abastecimiento de almendra estadounidense, que -además- forma parte de la lista provisional de productos sujetos a nuevos aranceles anunciada en marzo por Bruselas para contrarrestar los de Washington, del 25 %, al acero y al aluminio.
De Saja ha instado a la Comisión Europea a reconsiderar su respuesta por el aumento de costes que puede tener para la industria española, incapaz de sustituir la almendra de EE.UU., mientras que sería "un sinsentido" que el producto procesado quedase exento de arancel, beneficiando así a la industria de ese país.
Respecto a China, el responsable de Almendrave ha precisado que la única almendra que están autorizados a exportar es la española y no pueden competir con EE.UU. en volumen.
De Saja, también director general de la patronal de fabricantes de piensos compuestos para animales (Cesfac), ha explicado que el sector porcino español sí puede competir en el gigante asiático, aunque afronta una "sustancial" subida en los costes de producción como consecuencia de los gravámenes impuestos por Pekín a la soja de EE.UU., uno de los mayores productores mundiales.
China impondrá un arancel del 34 % a las importaciones de Estados Unidos a partir del 10 de abril en respuesta al 34 % anunciado eL miércoles por Washington, después de haber gravado en marzo con un 10 % las de soja y otros productos agroalimentarios estadounidenses como reacción al del 10 % previamente impuesto por Trump (luego elevado al 20 %).
En este escenario de guerra comercial, el representante de Cesfac ha expresado su esperanza en que China no acelere su investigación por competencia desleal a las importaciones de varios sectores europeos, incluidos el lácteo y el porcino, frente a la decisión de Bruselas de aplicar más aranceles a los vehículos eléctricos chinos.
Canadá y México han evitado la nueva ola de aranceles de Trump por tener, los tres países, un tratado comercial, el T-MEC. Sin embargo, se mantienen otros de hasta el 25 % a productos no cubiertos por el tratado de libre comercio que tienen con EE.UU.
Precisamente el sector hortofrutícola está explorando las oportunidades en Canadá, adonde viajará esta semana la Asociación de productores y exportadores de frutas y hortalizas de Murcia (Proexport) en misión comercial.
Su director general, Fernando Gómez, ha explicado que "Canadá está dando un paso atrás en las compras a EE.UU. no solo por cuestiones económicas, sino también porque se sienten muy heridos" por Trump.
"Queremos ser una alternativa para que, en determinados momentos de campaña, ellos puedan demandar nuestras producciones y nosotros podamos planificar el aprovisionamiento", ha señalado.
Más allá del "destino natural" que es Europa, Proexport se ha propuesto recuperar el terreno que perdió anteriormente por el encarecimiento de la logística en Canadá, Reino Unido y Oriente Medio; y abrirse a otros mercados de África y Asia, movilizándose como en su día hicieron frente al veto ruso. EFE
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