Jan Téllez Asensio
Barcelona, 5 abr (EFE).- Las presentadoras del pódcast 'Las Amigas Estupendas', Estela Cebrián y Virginia de la Cruz, repasan en un libro de crónica negra trece historias de crímenes rurales en España, con asesinatos por violencia machista u odios ancestrales, desde los crímenes de Puerto Hurraco (Badajoz) a los de la montaña de Tor (Lleida).
Una de las dos autoras del libro y copresentadora de 'Las Amigas Estupendas', Estela Cebrián (Girona, 1980), conversa con EFE sobre 'Crímenes Rurales' (RBA Libros, 2025), el último libro de crónica negra que narra las historias de trece crímenes en distintos pueblos de España, entre ellos el de Alcàsser (Valencia), el casi centenario de Níjar (Almería) o el más reciente de Mahasandhi en Murcia.
Cebrián destaca que escogieron contar estos trece casos porque les llamaron especialmente la atención, y algunos de estos sucedieron cuando las autoras eran niñas o adolescentes, por lo que les marcó 'mucho' de jóvenes, explica la también periodista de la revista Lecturas.
En el libro hay tres tipos de historias; en primer lugar, los casos de violencia contra las mujeres; en segundo lugar, los problemas familiares, rencillas, envidias, peleas y odios ancestrales que desencadenaron crímenes en el pueblo y, en tercer lugar, historias de asesinatos que se hicieron muy mediáticos en su día.
Lo que sí tienen todos en común es que sucedieron lejos de grandes ciudades, en zonas apartadas, pueblos pequeños y lugares rurales donde todos se conocen entre todos. "La vida de los pueblos no es la de las ciudades. Si te peleas con el vecino en una ciudad, luego sales a la calle y al ver a 200 personas te olvidas, pero en un pueblo lo tienes delante todos los días", apunta Cebrián.
Cebrián cataloga como "odio ancestral" aquellas rencillas, ya sean intrafamiliares o entre dos familias distintas cuando, por ejemplo, después de que dos niños se peleen, los padres y las madres entran al trapo "y esa inquina se acaba contagiando al resto de la familia y de generación en generación", cuenta Cebrián.
De entre todos los casos, Estela Cebrián destaca el de Macastre -el caso no resuelto de la muerte de tres adolescentes- como “el más impactante" por el "vínculo emocional” que le ligaba, ya que fue un crimen que ocurrió tan solo tres años antes del de Alcàsser y que también sucedió cerca de Valencia.
Señala Cebrián que el caso les marcó mucho porque en esa época ellas tenían la edad de las víctimas.
El caso con el que se involucró más Virginia fue el del asesinato de Diana Quer porque fue una historia "muy injusta, donde se antepuso la libertad de un hombre a la vida de una mujer", destaca Cebrián.
Cebrián también explica el caso de Denise Thiem, una mujer estadounidense que estuvo unas semanas haciendo el Camino de Santiago sola y, guiada por unas señales que un hombre cambió a propósito para atraer a peregrinas hacia su casa en Castrillo de los Polvazares-Astorga (León), terminó en sus manos y la asesinó.
"La gente del pueblo lo conocía por tener varias denuncias por asaltar a mujeres, y te quedas con la sensación de si se podría haber hecho algo más para evitarlo", comenta.
En Santoalla (Petín-Ourense), un pueblo también al noroeste de la península, una pareja neerlandesa se instaló para vivir allí y montar huertos con una vida tranquila pero "los vecinos se molestaron por la llegada de estos foráneos y esos problemas desembocaron en la muerte del hombre", señala Cebrián.
Según la coautora, estos casos guardan un enigma "que engancha" a la hora de intentar comprender qué ha pasado y "buscar las piezas que faltan", y cree que la crónica negra "no está de moda, ha gustado siempre" porque "a las personas nos gusta que nos cuenten historias", añade. EFE
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