Patrimonio Nacional entra en el mundo de los videojuegos con Assassin’s Creed Shadows

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Javier Picazo Feliú

Madrid, 5 mar (EFE).- Patrimonio Nacional ha roto las barreras entre el mundo digital y el artístico con una colaboración histórica en ‘Shadows’ el último título de la exitosa franquicia de videojuegos ‘Assassin’s Creed’, ambientado en el Japón feudal y cuyo personaje podrá recoger una pieza digitalizada de la colección real que formará parte de la aventura.

“Es nuestra primera colaboración con un videojuego, ‘Assassin's Creed Shadows’ que todo el mundo sabe la fama y la repercusión que tiene. Algo especialmente interesante porque nos ha llevado a un mundo absolutamente digital en el que se recrea la historia y nos ha permitido recrear un objeto histórico”, destaca a EFE Álvaro Soler del Campo, Jefe del Departamento de la Real Armería de Patrimonio Nacional durante la presentación del juego.

En concreto, Patrimonio Nacional participa en el videojuego con la inclusión de un kabuto real, un casco samurai original del siglo XVI regalo de una delegación de cuatro nobles japoneses al rey Felipe II en su primer contacto en suelo europeo en 1584 y que quedó malogrado en un incendio en la armería real en 1884.

El kabuto, que los jugadores podrán encontrarse en el juego, se ha digitalizado ahora para el videojuego de Ubisoft y reconstruido para el museo gracias a fotografías del siglo XIX y el uso de una impresora digital en 3D con polvo de acero, en un trabajo exhaustivo que se ha prolongado durante un año.

“La inclusión de este objeto en el Códice del juego (una enciclopedia con objetos que se van descubriendo según el protagonista va superando misiones) ha sido todo trabajo de investigación, eso es lo realmente interesante, dar a conocer este patrimonio en un videojuego a una escala que generalmente los museos no llegamos a alcanzar”, detalla.

Vivir el japón feudal en primera persona

Meterse en la piel de un samurai o una asesina shinobi en plena unificación del Japón feudal en el siglo XVI, infiltrarse en un castillo o disfrutar simplemente de la belleza de un país recreado a la perfección son parte de la magia del juego, última entrega de una franquicia de aventuras que ha vendido más de 230 millones de copias desde su salida en 2007.

El título, que verá la luz el próximo 20 de marzo, vuelve a ofrecer una experiencia de mundo abierto que, como es habitual en la saga, otorga al jugador libertad total para completar la historia y explorar a su antojo los escenarios.

“Es muy importante que los museos rompamos esa barrera que nos ve como sitios muy académicos, incluso para gente joven que nos pueden ver como muy aburridos, pero la historia puede ser muy divertida si la tratas de una manera distinta”, apunta Soler del Campo.

El videojuego permite a los jugadores visitar enclaves como Tokio, Kioto, Osaka o el puerto de Sakai, reconstruidos digitalmente y llenos de vida para encontrarlos tal y como eran en el periodo Azuchi-Momoyama (1573-1603), con todo tipo de elementos históricos, artísticos y sociales perfectamente documentados gracias a acuerdos con museos y una labor de investigación impecable.

Los jugadores se pondrán en la piel de dos protagonistas, la asesina Naoe y Yasuke, el poderoso samurái africano inspirado en una figura histórica documentada, que acompañan el relato en una tierra inmersa en el caos y las luchas de poder.

“A nuestros jugadores les va a encantar vivir en Japón en la era Azuchi-Momoyama, podrán ver unos gráficos de nueva generación con nuestro nuevo motor gráfico, ver un mundo en constante movimiento con estaciones, efectos meteorológicos, de noche y de día, que afectarán al sigilo y la ambientación del juego, con dos personajes icónicos”, destaca por su parte Jonathan Dumont, director creativo del juego. EFE

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