Barcelona, 27 ene (EFE).- Las personas con esquizofrenia tienen un déficit en la percepción visual del contraste, lo que dificulta su capacidad de ver diferencias en la intensidad de luz entre áreas adyacentes, clave para identificar formas, texturas y detalles en el entorno.
Así lo han demostrado investigadores de la Universidad de Barcelona (UB) a través de una revisión de más de seiscientos estudios sobre este trastorno mental grave que afecta a cerca del 1 % de la población mundial.
Estos resultados podrían ayudar a descifrar disfunciones en los mecanismos neurales y computacionales de la esquizofrenia y, además, esta alteración perceptiva también podría explorarse como un potencial biomarcador no invasivo para el diagnóstico o seguimiento de este trastorno.
Sin embargo, los autores han subrayado la necesidad de llevar a cabo más estudios para confirmar esta relación y aclarar el papel que desempeñan en esta alteración visual otros factores como la medicación.
Los síntomas de la esquizofrenia se caracterizan por alteraciones del pensamiento y de la conducta, como la pérdida de contacto con la realidad, delirios o alucinaciones, pero también se presentan anomalías en la percepción de los estímulos visuales, como por ejemplo déficits en la percepción del color o contraste.
Comprender estas anomalías puede dar pistas sobre cómo las alteraciones en el procesamiento de la información contribuyen a los síntomas característicos de la esquizofrenia.
"La percepción del contraste es una de las capacidades más fundamentales de la visión, ya que sin ella no podríamos percibir adecuadamente el entorno y los objetos que hay", ha explicado el equipo investigador, que pertenece al Departamento de Cognición, Desarrollo y Psicología de la Educación.
Los mecanismos neuronales implicados en esta alteración podrían estar relacionados con los niveles de glutamato, un neurotransmisor que se considera tener un papel central en la patogénesis de la enfermedad.
"Una disminución de este neurotransmisor puede provocar una reducción de la actividad en las áreas cerebrales responsables de procesar el contraste. Esta disminución de la sensibilidad al contraste, puede reflejar un deterioro subyacente en el sistema glutamatérgico de los afectados", han apuntado los especialistas.
Por tanto, las pruebas de sensibilidad al contraste podrían ser una herramienta válida para identificar a individuos con esquizofrenia que demuestren una disfunción más pronunciada en esta vía de neurotransmisión.
"Por ejemplo, estos pacientes podrían ser candidatos ideales para ensayos clínicos que evalúen medicamentos que se dirijan específicamente a la señalización glutamatérgica", han dicho.
Los resultados de la investigación muestran una alteración en la percepción del contraste de gran magnitud en personas con esquizofrenia, pero también que esta disfunción podría estar influida por otros factores.
"Hemos identificado una relación con la dosis de antipsicóticos administrada, lo que sugiere que la alteración podría deberse, al menos parcialmente, a los efectos de la medicación", han destacado los investigadores.
Igualmente, instan a conocer con más detalle qué papel representa la atención, ya que ninguno de los estudios revisados ha tenido en cuenta que los pacientes podrían realizar la prueba menos concentrados, aunque, según los expertos, es sabido que estas personas "son más propensas a sufrir lapsus atencionales".
"Un déficit a la hora de realizar una tarea perceptiva o cognitiva puede derivar de un deterioro específico en los procesos que la tarea está diseñada para evaluar, pero también podría reflejar un deterioro cognitivo más generalizado, como lapsus de atención, cosa que podría estimarse por la proporción de errores en tests muy fáciles", han detallado.
El hecho de que los estudios no hayan tenido en cuenta este factor, según los investigadores, "abre la posibilidad de que estos lapsus contribuyan al déficit que se ha observado". EFE
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