El Beato de Liébana, en las Colecciones Reales tras su delicado traslado desde El Escorial

Expertos supervisan el traslado del 'Comentario al Libro del Apocalipsis de S. Beato de Liébana' y otros valiosos manuscritos a la Galería de las Colecciones Reales, destacando su relevancia histórica

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Marina Estévez Torreblanca

Madrid, 23 ene (EFE).- La Galería de las Colecciones Reales ha vivido este jueves un momento trascendente cuando decenas de expertos han participado en el delicado proceso de rotación de varias piezas del ámbito de El Escorial, donde ya se exhibe el 'Comentario al Libro del Apocalipsis de S. Beato de Liébana'.

Este manuscrito iluminado en pergamino del siglo X, procedente de la Biblioteca Laurentina, se incorpora temporalmente al museo de Patrimonio Nacional junto a un manuscrito árabe ricamente adornado conocido como 'Corán de Muley Zaydan' (1599) e 'Himnos en loor de la Virgen María' (1422), un códice con miniaturas de estilo bizantino y una espléndida ornamentación en oro.

Además, dibujos de seguidores de Durero y un singular mapa de 1618 en horizontal del continente suramericano han sustituido al 'Libro de las utilidades de los animales', el 'Apocalipsis figurado de los Duques de Saboya' y el 'Codex Escurialensis', que han emprendido el viaje de vuelta al pueblo de la sierra de Madrid escoltados y con las medidas de seguridad habituales en estos traslados de piezas de gran valor histórico y artístico.

Este tipo de exposiciones son un "momento único" para disfrutar de piezas que normalmente duermen en los depósitos de Patrimonio debido a su delicadeza y solo están unos pocos meses a la vista para evitar cualquier daño, ha remarcado a EFE la directora de la Real Biblioteca del Palacio Real, Nuria Torres, que ayer también participó en la retirada de una primera edición del Quijote y en la colocación de una segunda parte, de 1615.

En la protocolizada ejecución de este proceso, a la que ha asistido EFE, han participado conservadores, técnicos especializados en el traslado de piezas de Patrimonio Nacional, personal de la Galería, que tiene en su adn la rotación de sus fondos, y el padre José Luis del Valle, director de la biblioteca del Real Monasterio del Escorial, es decir, la Biblioteca Laurentina.

La zona donde se sitúa el ámbito de El Escorial, con una luz tenue para evitar cualquier daño sobre las piezas, se ha cerrado al público y se han colocado mesas y atriles para facilitar el trabajo de expertos que iban comprobando, página a página, que las obras retiradas delicadamente de sus vitrinas estuvieran en perfecto estado antes de envolverlas en papel de seda. Mientras, otros decidían, en función de su peso y diseño, por qué página es más conveniente exhibir cada libro sin dañarlo.

"Hay que tener muy en cuenta por dónde se abre una obra, que sea una página que luzca, pero que no moleste excesivamente al manuscrito y lo deforme", ha explicado a EFE el padre de la Orden de los Agustinos, que en todo momento ha participado y supervisado el proceso.

Custodio de uno de los fondos bibliográficos más importantes del mundo, la biblioteca renacentista de 40.000 volúmenes y 600 incunables fundada por el Rey Felipe II en el siglo XVI, Del Valle cuenta que una vez que se ha prestado un libro, se le preserva de la luz, el clima y el público durante un mínimo de dos o tres años.

El religioso saca pecho de la más importante colección de manuscritos árabes, hebreos y cristianos de España y se alegra de que estas joyas puedan disfrutarse en distintas ubicaciones -muchas de ellas además se encuentran digitalizadas y se pueden consultar gratis en internet- pero no oculta su alegría por volver a tenerlos en sus depósitos, como ocurrirá este mismo jueves.

"¿Ves ese Cristo de ahí? Es el que teníamos en la sacristía, y lo veíamos después del oficio religioso. Aunque nos han puesto otro estamos deseando que vuelva", confiesa el religioso señalando a lo lejos el cuadro 'Cristo Sacrificado' de Tiziano, que ahora disfruta temporalmente el público de la Galería. EFE

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