El primer congreso de dramaturgia analiza la crisis de atención de los espectadores

Reflexiones en el congreso de dramaturgia contemporánea sobre la crisis de atención del público y la necesidad de espacios para nuevos dramaturgos en el teatro público español

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Madrid, 9 dic (EFE).- La crisis de atención de los espectadores y la necesidad de brindar oportunidades a los nuevos dramaturgos en teatro públicos son algunas de las reflexiones que se han expuesto este lunes en la jornada inaugural del primer Congreso de Dramaturgia Contemporánea organizado por la Fundación SGAE en el marco de su 125º aniversario.

La Fundación SGAE, en colaboración con el Centro Dramático Nacional (CDN) ha organizado el primer Congreso de Dramaturgia Contemporánea en el Auditorio Jorge Semprún de Madrid, un punto de encuentro abierto a autores de textos dramáticos para debatir sobre el camino actual del sector de las Artes Escénicas y sus futuros retos.

"En este encuentro no están todos los autores porque la nómina de dramaturgos es muy amplia", ha dicho en el acto inaugural el presidente de la SGAE, Antonio Onetti, quien ha asegurado que este congreso nace con vocación de futuro.

En una época de incertidumbre, con la guerra alrededor, con una sociedad volcada en nuevas formas de consumo y relaciones con las tecnologías y con la IA amenazando la creación, "la dramaturgia puede hacer un mundo mejor", ha asegurado la directora general del INAEM, Paz Santa Cecilia, quien considera que el teatro es un altavoz que amplifica las necesidades de la sociedad.

El congreso ha comenzado con la conferencia inaugural 'Ecos y rupturas: la dramaturgia del presente en diálogo con la Historia', en la que el dramaturgo y director Alberto Conejero ha recordado al fundador de la tragedia griega, Frínico, para hablar de dramaturgia, "de nuestro oficio".

"Oficio en el que ofrecemos palabras para la carne, para la madera de un títere o para un sombra, en definitiva para una presencia viva", dice el dramaturgo, quien considera que la sociedad "esta muy necesitada de palabras que hablen de nuestras luces y miseria".

"En un mundo más líquido que nunca, tecnológico y ávido de inputs, el teatro sigue pidiendo al público que acuda a un espacio con desconocidos, que piensan distintos y que además atienda", señala Conejero quien asegura que el teatro propone interrumpir el ruido del mundo para comprender y atender a un fragmento de experiencia humana.

¿Qué tiene que hacer la dramaturgia? ¿Debe adaptarse a los usos de las redes sociales o seguir en ese bastión sensible de aquí y ahora? son algunas de las preguntas que ha planteado Conejero.

Además, este dramaturgo ha reclamado más espacio público para los creadores contemporáneos. "El 80 por ciento de la cartelera esté centrada en los textos clásicos, los temas de la guerra civil y adaptaciones de textos narrativos".

"Tenemos que hacer una reflexión de cómo se gestionan los teatros públicos", ha advertido Conejero, quien, sin ánimo de criticar, considera que hay poco espacio público para los dramaturgos que comienzan.

"Los nuevos dramaturgos tienen derecho a ocupar los espacios públicos y tienen derecho a equivocarse", índice Conejero, quien opina que el fracaso también es una luz que ilumina.

Con un programa paritario que también pone el foco en la diversidad territorial, lingüística y de estéticas, más de un centenar de autores debaten en este congreso distintos aspectos que fundamentan el estado actual de la creación teatral.

Por ejemplo, la importancia de la capacidad de denuncia y transformación social que tiene el teatro con las voces de Ernesto Caballero, María Goiricelaya, Pablo Remón o Lola Blasco.

Este encuentro de dramaturgos pretende abrir un espacio para debatir sobre las nuevas formas de construir personajes, narrativas y estructuras, con las perspectivas de Itziar Pascual, Ana López Segovia, Josep Maria Miró, Patxo Tellería, Laila Ripoll, Carol López, Paco Bezerra y José Ramón Fernández. EFE