El BCE mantendrá en 2026 los tipos de interés en “modo pausa” tras controlar la inflación e impulsar el crecimiento de la eurozona

Los analistas no anticipan cambios en las tasas oficiales y si se producen “serán mínimos”; vaticinan que el guardián del euro siga con el precio del dinero en torno al 2%, salvo un giro inesperado de la economía

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Christine Lagarde, presidenta del Banco
Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo. REUTERS/Heiko Becker

El Banco Central Europeo (BCE) ha hecho sus deberes y, tras recortar los tipos de interés 200 puntos básicos desde junio de 2024, ha conseguido doblegar la inflación muy cerca de su objetivo del 2% e impulsar el crecimiento económico de la zona euro. En este escenario, los analistas prevén que 2026 sea un año de estabilidad monetaria y que el eurobanco apenas mueva ficha respecto a las tasas y mantenga el precio del dinero cerca del 2% actual.

“Con una inflación controlada, un mercado laboral sólido e incentivos fiscales para reactivar la economía, el BCE se encuentra cómodo con el nivel actual de tipos de interés”, señalan los analistas de Bankinter, y no prevén recortes de tasas en 2026 por parte del supervisor. Señalan que “sólo detectamos un riesgo de un recorte adicional si la Fed adopta un enfoque más suave de lo previsto y propicia una apreciación excesiva del euro que ralentizaría el crecimiento y presionaría la inflación a la baja”.

El Consejo de Gobierno del BCE mantuvo estables los tres tipos de interés oficiales en su última reunión celebrada el pasado 18 de diciembre. Así, los aplicables a la facilidad de depósito los mantuvo en el 2%, los de las operaciones principales de financiación, en el 2,15%, y a la facilidad marginal de crédito, en el 2,40%.

Con esta decisión tomada por unanimidad, el BCE mantuvo las tasas sin cambios por quinto mes consecutivo tras revisar al alza las previsiones de crecimiento de la zona euro: un 1,4% para 2025, frente al 1,2% previsto en septiembre; el 1,2 % en 2026, frente al 1% estimado, y el 1,4% en 2027, frente al 1,3% anterior. Para 2028 calcula una remontada del 1,4%.

El principal catalizador de estos incrementos será “la demanda”, según informó la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, en la rueda de prensa celebrada tras la reunión de diciembre del Consejo de Gobierno.

La sede del Banco Central
La sede del Banco Central Europeo (BCE) en Fráncfort, Alemania. REUTERS/Wolfgang Rattay

Precios y crecimiento

“La economía ha mostrado capacidad de resistencia”, dijo Lagarde, con un crecimiento del 0,3 % en el tercer trimestre, debido principalmente al fortalecimiento del consumo y de la inversión. Otros factores que remaron a favor fueron el aumento de las exportaciones, sobre todo de los productos químicos, junto al sector servicios, “especialmente, el sector de la información y la comunicación”, explicó Lagarde, para quien el gasto de los gobiernos en infraestructura y defensa también seguirá apoyando el crecimiento de la zona euro.

No obstante, advirtió de que “el entorno desafiante para el comercio global va a ser posiblemente un lastre para el crecimiento de la eurozona este año y el próximo”. En cuanto a la inflación, las estimaciones del emisor apuntan una subida para 2026. Prevé que la general se situará en el 2,1% en 2025, el 1,9% en 2026, el 1,8% en 2027 y el 2% en 2028.

En cuanto a la futura política monetaria del eurobanco, Lagarde no quiso mojarse y señaló que “simplemente no podemos ofrecer una orientación” y que la posición de los tipos no es estática y que decidirá qué hacer según lo que ocurra en la economía.

Próximos movimientos

En este contexto, los analistas prevén para 2026 mínimos movimientos en los tipos de interés y que el supervisor se mantenga prácticamente en “modo pausa”. No obstante, una minoría estima que puede producirse una nueva bajada de tasas.

“Seguimos esperando que el BCE recorte los tipos de interés oficiales en 25 puntos básicos en la reunión de marzo de 2026. Y seguimos considerando más probable que se produzcan dos recortes en los próximos 18 meses que una subida de tipos”, sostiene Rubén Segura-Cayuela, economista jefe de Bank of America para Europa.

En tanto que, Konstantin Veit, gestor de carteras de Pimco, augura que “los tipos de interés oficiales se mantengan sin cambios en el futuro inmediato, pero mantenemos una actitud abierta sobre la dirección que tomará la próxima medida”. Argumenta que el BCE se mantiene en una “buena posición”, con una inflación cercana al objetivo y un crecimiento resistente en niveles similares a los de tendencia.

Por ello, considera que “es probable que la mayoría de los miembros del Consejo de Gobierno consideren que el tipo de interés oficial del 2% se sitúa en el punto medio de un rango neutral”. Incide en que “el mercado ha descontado por completo cualquier flexibilización adicional de la política monetaria y ahora coincide con nuestra opinión de que el ciclo de recortes ha concluido en el 2%”.

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Un recorte si el BCE se equivoca

Sandra Rhouma, vicepresidenta y economista europea del equipo de Renta Fija de AllianceBernstein, prevé que la desinflación interna, la fortaleza del euro y los cambios en el comercio global podrían ejercer fuertes presiones desinflacionistas a partir de 2026, por lo que “sigo esperando que el BCE aplique un recorte en 2026, ya que preveo un crecimiento más modesto y un aumento de los riesgos de que se quede por debajo del objetivo”.

No obstante, Rhouma señala que si, por el contrario, la previsión del BCE es correcta y el crecimiento se acelera por encima del potencial en 2027 y 2028 y la inflación vuelve al objetivo, “entonces no se justificarían recortes adicionales”. Reconoce que el gasto fiscal y un crecimiento más sólido ayudarían al BCE a lograr la estabilidad de precios a medio plazo y “a mantener sus tipos cerca del extremo superior de las estimaciones de neutralidad, es decir, en torno a una tasa de la facilidad de depósito cercana al 2%”.

En cuanto a una posible subida de tipos a corto plazo, Annalisa Piazza, analista de investigación de renta fija de MFS Investment Management, lo considera poco probable: “Sigue siendo baja, ya que las incertidumbres dominan las perspectivas”. Subraya que Lagarde evitó respaldar los comentarios agresivos de otros miembros del BCE, lo que indica “un consenso para mantener la actual orientación de la política monetaria”. A su juicio, la decisión unánime de mantener los tipos sin cambios y preservar la flexibilidad “sugiere que no habrá cambios inminentes en la combinación de políticas”.

Nachu Chockalingam, directora de crédito en Federated Hermes, cree que la situación tendría que empeorar mucho para que el BCE volviera a bajar los tipos en 2026.