El PP se complica la gobernabilidad de Extremadura con un Vox todavía más reforzado: “¿Y ahora qué, señora Guardiola?"

La presidenta de la Junta, María Guardiola, sigue dependiendo de la extrema derecha, que duplica su resultado y se reafirma como el ganador de la noche electoral

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La candidata del PP a la Presidencia de la Junta, María Guardiola, vota en las elecciones del 21D. (CARLOS CRIADO/ EUROPA PRESS)

María Guardiola ha ganado las elecciones, pero su intento por dar un golpe sobre la mesa ha acabado colocando a la región en el Día de la Marmota, porque sigue dependiendo de Vox. El PP defiende que su maniobra “ha merecido muchísimo la pena” porque ha conseguido retractar el mal momento del PSOE, que registra su peor registrado histórico en uno de sus feudos por excelencia.

Y en este sentido es cierto. La derecha ha arrollado al bloque de izquierdas y Guardiola se ha consolidado como la única líder con capacidad real para ocupar el cargo. “Hay un claro ganador y ese es el Partido Popular”, afirmó la candidata popular en su valoración de los resultados. “El PSOE es ahora un partido en el chasis y lo es por méritos propios”, añadió el secretario general del PP, Miguel Tellado.

Pero el objetivo del adelanto electoral, más allá de la foto que deja la noche electoral, no era ese. Era quitarse de encima a una extrema derecha que continúa fagocitando terreno a la derecha convencional. Hay que recordar que Guardiola decidió apretar el botón electoral ante el bloqueo presupuestario de Vox, después de que los de Abascal decidiesen romper negociaciones al no llegar a un acuerdo.

El PP no solo no ha conseguido quitárselos de encima, sino que ahora deberán afrontar una negociación dura para poder gobernar. Los populares necesitarán que, como mínimo, los parlamentarios de sus habituales socios de gobierno se abstengan en las votaciones. Pero ahora Vox no tiene cuatro diputados como en 2023, sino once.

Una negociación dura

¿De cuánto será la factura a abonar? El candidato de Vox, Óscar Fernández, no ha querido todavía poner precio, pero sí avanzó que “defenderá cada uno de los votos con uñas y dientes” y que “defenderá mañana lo mismo que defendía ayer”. “Vox es el ganador real de esta noche en Extremadura, ha ganado al bipartidismo”, celebró. A comienzos de la campaña, Abascal llegó a sugerir como precio la cabeza de Guardiola si el PP aspiraba a revalidar la Presidencia, aunque todo apunta a que, más allá de la gresca electoral, su lista de peticiones será muy parecida a la que la formación ha exigido en territorios como Valencia: mano dura con la inmigración y la destrucción del pacto verde europeo.

A Guardiola le deja en peor posición esta situación, ya que se ha erigido como la dirigente popular más crítica con la extrema derecha. La oposición, que tendrá que ver estas negociaciones desde la barrera, no ha dudado en recordárselo. “¿Y ahora qué, señora Guardiola? No ha conseguido el órdago que ha lanzado a la ciudadanía. Nos ha llevado a elecciones para que suba un escaño y dependa de un Vox más fuerte. La gran perdedora es ella”, subrayó la candidata de Unidas por Extremadura, Irene de Miguel. Mismo mensaje empleó el PSOE extremeño, que a pesar de su hundimiento ha tratado de disimularlo poniendo en relieve el resultado de la noche electoral: “A partir de hoy, Extremadura tiene un mayor bloqueo”, afirmó el secretario general, Miguel Ángel Gallardo.

Lo cierto es que todavía no se ha dado un escenario en el que PP y Vox no se hayan puesto de acuerdo para formar un gobierno. Otra cosa distinta será un acuerdo presupuestario, que volvería a dejar de nuevo en la disyuntiva de negociación o elecciones. Ahora los populares descorchan el champán, pero tocará negociar en Navidad.