Extremadura da el pistoletazo de salida al ciclo electoral autonómico: estas son las claves para estar al día en el 21D

El PSOE encara su primer examen después del desgaste provocado por los escándalos de corrupción y acoso sexual. El PP busca revalidar el gobierno con una mayoría absoluta que le evite caer a merced de Vox

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Repasamos las claves de las elecciones de Extremadura del 21 de diciembre de 2025

Los extremeños acuden a las urnas este domingo para decidir si dar continuidad al Gobierno de María Guardiola o devolver el testigo al PSOE. El primer adelanto electoral de la región llega después de que la presidenta de la Junta pulsase el botón electoral ante el bloqueo de Vox a los presupuestos autonómicos, convirtiendo a la región un laboratorio en clave nacional por el momento en el que se producen. Porque más allá de lo que se decida en este territorio, Extremadura es la primera parada del nuevo ciclo electoral autonómico, donde los líderes ensayarán sus cartas con la mente puesta en el resto de elecciones que llegarán ya en 2026: Castilla y León, Aragón y Andalucía (y quién sabe si España).

Los populares tratarán de aprovechar el mal momento del PSOE de Pedro Sánchez sin ser adelantados por la extrema derecha, que vive un momento dulce impulsado por las dinámicas en Europa. La izquierda, más allá del PSOE, tratará de mostrar músculo para ofrecerse como una alternativa real que puede trasladar al conjunto de España. Estas son las claves para estar al día en unas elecciones que se interpretarán en clave nacional.

El PSOE trata de evitar la catástrofe

El 21D será, más que una oportunidad, una prueba de supervivencia para el PSOE, y sobre todo, para Pedro Sánchez. El anuncio coincide con un momento crítico para el Gobierno y su partido, desgastado por un reguero de noticias sobre presuntos escándalos de corrupción y por acoso sexual que señalan, entre otros, al ex asesor de Moncloa, Paco Salazar. Este desgaste ha tenido su efecto también en la federación extremeña, que está a las puertas de una debacle electoral en un territorio que históricamente ha sido feudo socialista: el PSOE ha gobernado durante 36 de los 42 años en la historia democrática de la región.

El encargado de evitar lo que vaticinan todas las encuestas es el secretario general de los socialistas, Miguel Ángel Gallardo. La maniobra es, sin duda, una opción arriesgada, pues se sentará en mayo en el banquillo como procesado en el juicio que investiga al hermano del presidente del Gobierno en la Diputación de Badajoz.

El presidente del Gobierno reacciona a las denuncias por acoso en el seno del PSOE.

Las acusaciones piden para Gallardo tres años de prisión por delitos de prevaricación y tráfico de influencias al haber influido en la creación de un puesto en la Diputación de Badajoz para David Sánchez. Las consecuencias podrían ser muy negativas, ya que, en el caso de ser condenado, podría acabar en la cárcel y tendría que dejar su cargo si llegara a ganar las elecciones.

Los socialistas han basado su estrategia en tratar de tapar estos escándalos, sacando a relucir la gestión privada del PP en asuntos como la sanidad o la educación, que ya ha tenido consecuencias a nivel nacional, como el escándalo del CEO de Ribera Salud por su gestión del Hospital de Torrejón, en Madrid.

El PP, destinado a caer (de nuevo) en manos de Vox

En los cálculos del Partido Popular no cabe otro escenario que la mayoría absoluta para evitar caer (de nuevo) a merced de Vox, aunque todo apunta a que volverá a necesitar de los de Santiago Abascal para gobernar. La puesta en escena de Guardiola no ha estado en los debates de la televisión pública, sino en las redes sociales, especialmente en TikTok, donde acumula más seguidores que el propio Feijóo.

Por un lado, los populares han tratado de captar el voto de los socialistas descontentos ofreciendo la imagen de estabilidad institucional frente a la crisis del Gobierno. Por el otro, el PP se ha visto inmerso en una pugna con Vox para hacerse con la porción más grande del electorado de la derecha.

El presidente del PP, Alberto
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, en un acto electoral, a 13 de diciembre de 2025, en Cáceres. (Carlos Criado/Europa Press)

Y es que, más allá de la convencional batalla PP-PSOE, en esta campaña se ha vivido una guerra abierta entre Guardiola y Abascal. El líder de Vox llegó a pedir la cabeza de la líder popular, afirmando que si no es capaz de llegar a un acuerdo de gobierno, “quizá el PP tenga que tomar la decisión de cambiar el candidato”. Y lo cierto es que la relación entre el PP y Vox en esta comunidad nunca ha sido fácil. Fue Guardiola quien dijo a comienzos de su legislatura que no pactaría con “aquellos que niegan la violencia machista”, aunque finalmente acabó incorporándolos a su gabinete. En la recta final de la campaña, a Guardiola solo le ha quedado aferrarse al voto útil para superar al desgastado bloque de la izquierda, más allá del PSOE, y así conseguir la abstención de Vox.

El nerviosismo de los populares también se ha visto con su precipitada denuncia de “pucherazo” a tan solo unas horas de cerrar la campaña, que más tarde suavizó ante la escasa magnitud del suceso. El pasado jueves se produjo un robo (a manos de delincuentes comunes) en las oficinas de Correos de Correos de la localidad pacense de Fuente Cantos. Según relató la Guardia Civil, los ladrones abrieron la caja fuerte donde se custodiaban 124 votos (de los más de 860.375 que se emiten en la región), aunque buscaban el dinero que había dentro. Este sábado se informó de que 122 de los 124 afectados ya habían vuelto a votar.

Una campaña con la cara de Abascal

Es la sintonía que lleva sonando en todas las elecciones y no iba a ser distinto en Extremadura. El auge de Vox es otro de los titulares que deja esta campaña. Las encuestas prevén que podría duplicar su resultado electoral con el apoyo del voto joven. ¿Quién es el candidato de Vox? Técnicamente, Óscar Fernández, un enfermero y empresario de la hostelería que ha tenido una carrera ligada a la política en Cáceres.

Pero la realidad es que la campaña ha tenido siempre en primera línea la cara de Abascal. El líder de Vox desembarcó en Extremadura dos semanas antes que Feijóo y Sánchez y ha basado su discurso en la inmigración masiva y los problemas de seguridad, precisamente en la comunidad con menos migración y con los índices de criminalidad más bajos de España.

Unidas por Extremadura, el espejismo de la izquierda

La quinta candidata al cargo es Irene de Miguel, la líder de la coalición Unidas por Extremadura. Aunque parezca un espejismo, Podemos e Izquierda Unida han logrado un acuerdo en este territorio para ir de la mano, y será sin Sumar en la ecuación (o al menos, con un papel testimonial). El resultado de este experimento marcará que comience a tantearse o no para el resto de comunidades. La izquierda tiene el difícil reto de remontar la sangría de votos que lleva registrando en los últimos comicios

La izquierda de Podemos también espera beneficiarse de la sangría de votos socialistas y defiende que su coalición ha sido la verdadera oposición “al gobierno de las derechas” en la Asamblea de Extremadura, “porque el Partido Socialista ha estado demasiado centrado en lo suyo”. De Miguel ha tratado de mantenerse al margen de la pugna nacional, poniendo el acento en las listas de espera de la sanidad, la privatización de la universidad y el éxodo joven. Critica que “todo aquí se hace en función de lo que Madrid nos dicta”, y denuncia que en estos dos escasos años “el deterioro en nuestros servicios públicos ha sido notable”.