
Todos los dueños de gato conocen la regla por excelencia: al gato le gusta que lo acaricien y disfruta del contacto durante unos minutos, ronronea y parece relajado, pero de repente, sin previo aviso aparente, se da la vuelta y te muerde la mano.
Este comportamiento, tan común como desconcertante, suele sorprender a quienes conviven con gatos por primera vez. Para nosotros, los humanos, la razón no suele ser evidente de inmediato. Los gatos son expertos en la comunicación a través de señales que nosotros no siempre percibimos.
Algunos gatos simplemente se levantan y se van, cuando se cansan. Otros se vuelven más explícitos cuando ignoramos sus señales, y proceden a acciones no del todo agradables: mordernos la mano es una de las más usuales.
¿Qué está intentando decirnos nuestro gato?
Los gatos se comunican casi exclusivamente a través del lenguaje corporal. Acariciándolos con atención, puedes saber cuándo tu gato ha tenido suficiente. Si el gato se retuerce o agita la cola, está irritado o molesto. Las orejas movidas o aplanadas también son señales de que el animal está nervioso. Si notas estas señales, es aconsejable dejar de acariciarlo.
Acariciar o tocar zonas sensibles durante un tiempo prolongado puede provocar sobreestimulación. En estos casos, el gato podría morder. Los signos de sobreestimulación incluyen espasmos en la piel, pupilas dilatadas u orejas aplanadas.
Razones por las que tu gato muerde
Hay varias razones que podrían provocar que tu gato te muerda, que van desde la sobreestimulación hasta la percepción de que se trata de un juego que el felino simplemente quiere seguir jugando. Las cuatro razones más comunes de este comportamiento son:
- Sobreestimulación
Si el gato gira la cabeza y mira fijamente tu mano, debes dejar de acariciarlo inmediatamente. La reacción a la sobreestimulación puede ser repentina e intensa. Por lo tanto, es importante saber cuándo tu gato ha tenido suficiente, y respetarlo.
- Quieren jugar
Esta razón es especialmente válida para los gatos jóvenes pasan rápidamente de los mimos a jugar. Así, animan a sus humanos a jugar agarrándoles o mordisqueándoles suavemente las manos. Si no hay silbidos ni gruñidos, morder se considera un juego. Sin embargo, es mejor usar un juguete.
- Algo les asusta
Los gatos pueden morder cuando ven algo que les asusta. Si observan a otro gato, esta agresión puede dirigirse a los humanos. Los expertos denominan este comportamiento “desplazamiento de la agresión”. La actitud agresiva se dirige a la persona que se encuentra cerca.
- No es nada personal
Si un gato muerde, no suele ser nada personal. En estos casos, lo más importante es no perder la paciencia, gritar o ponerse violento. Esto puede dañar gravemente la relación. Lo mejor es observarlo de cerca y reconocer sus señales de alerta a tiempo.
Si no dejas de acariciarlo antes de que muerda, debes terminar la interacción inmediatamente después de la mordedura. Los gatos también pueden transmitir enfermedades al morder, incluyendo patógenos previamente desconocidos.
Después de jugar, deja que el gato decida qué quiere hacer. Algunos gatos se retiran, otros se quedan cerca, pero ya no quieren que los acaricien. Como dueños, debemos ser respetuosos con las preferencias de nuestra mascota.
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